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24 de diciembre, día del desfile nocturno de los cien demonios.

Me habían colocado en un sitio diferente a mis compañeros, me encontraba desalojando personas antes de que empezaran a llegar las maldiciones por lo que tuve que llegar mucho antes que ellos. 

Después de estar horas desalojando el área las primeras maldiciones se dejaron ver, mis pies dolían por estar de arriba a bajo sin un descanso digno. ¿Cuándo terminaría esto?

Para no agotarme tan pronto inicie peleando con una daga que me había prestado Kamo, quien de paso me enseño a usarla, a las malas aprendí que era digno de su clan por la gran variedad de armas y estilos de pelea que sabia emplear en combate.

Mi respiración se hacia pesada a medida que pasaban los minutos, deseaba encontrarme con alguien conocido, quería que me cubriera por 1 minuto para poder descansar al menos. El sudor recorrió mi espalda por el esfuerzo que hice al exorcizar esta ultima maldición de segundo grado. 

La calle en la que me encontraba estaba vacía, solo era yo luchando con esa maldición, ahora que la había exorcizado estaba sola, camine lentamente hacia la siguiente calle. A pesar de que mi cabello se encontraba sujetado en una coleta alta se alcanzaban a pegar algunos mechones sobre mi cuello húmedo. Que triste era sudar en invierno. 

A lo lejos observe 2 maldiciones de bajo rango por lo que lance dos flechas de mi energía maldita justo como me había enseñado Noritoshi, dándoles justo en la cabeza antes de que reaccionaran ante mi presencia. 

Lo bueno de encontrarme sola era que había muchas maldiciones débiles que con un simple golpe eran exorcizadas. Junto con esas dos maldiciones se encontraba otra de casi primer grado, sentí su fuerza a pesar de encontrarme lejos de ella. Intente luchar a distancia pero cada que daba un paso atrás ella daba 3 al frente acortando la distancia. A pesar de que lograba levantarle del suelo para dejarle caer necesitaría más fuerza para poder dejarle inmóvil.

Lance nuevamente mi energía en estado puro, esta vez en dirección a su pecho, por fin había logrado causarle suficiente daño como para dejarle inmóvil. Me acerque lentamente para ponerle fin a esto.

Llevaba aproximadamente 34 maldiciones exorcizadas, con esta seria la número 35. Toque por última vez su cabeza para hacerla trizas con mi energía maldita, estaba por activar mi ritual cuando una imagen atravesó mi mente. Había leído sobre este tipo de maldiciones las cuales te mostraban el futuro más reciente antes de partir, pero nunca me espere encontrar con una.

Gracias a esta maldición logre ver mi muerte y no sería en unos años cuando mi cuerpo haya envejecido y hubiera formado una familia, sería hoy. 
Quería llorar por qué tenía miedo a morir, por qué no quería dejar solo a mi padre, a Noritoshi, ambos me necesitaban aquí.
Quería llorar por lo efímero que fue mi romance con Noritoshi, pero el destino ya estaba escrito, sabía que no podía alterarlo, no podía alterar la realidad aunque lo deseara desde el fondo de mi corazón.

Lance una última ráfaga de energía maldita a la maldición exorcizándole de inmediato.  Me aleje del lugar para distraerme, pero no podía dejar de ver mi cuerpo sin vida rodeado de sangre, nací en soledad y moriría en soledad. 

A unos metros de mi se encontraban mis compañeros, Miwa, Mechamaru y Mai. Esta sería la última vez que los vería. Me acerque  a ellos para ver como les estaba yendo en cuanto a maldiciones, las cuales no dejaban de aparecer por culpa de Geto quien las había enviado.

A mi lado llegó Noritoshi y les pidió que se concentrarán, que se mantuvieran alerta debido a que Miwa y Mechamaru se habían distraído un poco. Al momento sentí las lágrimas picar en mis ojos, tal vez sería la última vez que lo miraría también.
No podía dejar de mirar a Noritoshi, mientras él se comunicaba con Nishimiya para preguntar por las maldiciones que se acercaban y por Todou quien se acercaba a lo lejos mientras luchaba con una maldición enorme.

-¡Es peligroso Todou! ¡No vayas solo! ¡espera! -Noritoshi le intento advertir acerca de la maldición, pero Todou le dijo sobre el especial de Navidad de su querida Takada, el cual no se perdería. Los 5 que estábamos ahí nos quedamos perplejos por sus motivos para no perder el tiempo. Apenas se fue Todou, Kamo hablo de nuevo -¡preparense para interceptar a 10 maldiciones que se acercan! ¡regresen a su trabajo! -nos ordenó, ser el próximo líder del clan lo hacía tener una postura inquebrantable. Me acerque a él lentamente antes de que se fuera y lo tome del brazo para capturar su atención. -¿Estas bien, querida?

-Si... solo quería... -me quede en silencio a medida que me acercaba, le di un último beso de despedida. Noritoshi correspondió tiernamente el beso, tomando con suavidad mi mejilla para alargarlo un poco más.

No quería finalizar el beso, pero teníamos que regresar a exorcizar maldiciones. Él se separó primero, pero aun sin alejarse completamente me dijo en un susurro.

-Cuando terminemos con esto podemos tomar chocolate caliente, tu y yo, bailar mientras te sostengo cerca de mi y después irnos a dormir, es una cita Hyori. -me dio una última sonrisa antes de darse media vuelta e irse. Escuchar sus palabras me hacían querer llorar ahí mismo además de que esta sería la última vez en que miraría el negro grisáceo de sus ojos.

Me di media vuelta y empecé a correr, no tardaría mucho para que la profecía se hiciera realidad.
Apenas recorrí unas calles cuando mire como una maldición de varios metros de altura chocaba contra un edificio. De bajo de este se encontraban diferentes chamanes, entre ellas varios conocidos que no alcanzarían a salir antes de que los escombros tocaran el suelo.

Active mi ritual de Wolf-Rayet para mantener los escombros en el aire, debido a que eran bastantes no podría solo con la telequinesis que se originaba de este. Pocas veces activaba el ritual WR completo ya que necesitaba una enorme concentración para no causar un desastre con la gravedad a mi alrededor.

Estaba totalmente enfocada en mantener los pedazos de cemento y vidrios fuera del alcance del suelo que seguía generando la maldición al destruir el edificio de a lado, que no note cuando una segunda se me acercaba a mi espalda.

Like You Do  。⁠*゚⁠╹⁠Noritoshi Kamo╹⁠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora