17.

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Sentí el color de mi cara huir al ver a Hyori en el suelo con sangre a su alrededor, esperaba que ella se defendiera pero no lo hacía, estaba inmóvil con una maldición sobre ella lastimando su cuerpo. Sabía que algo andaba mal con ella por eso decidí ir a buscarle, pero no estaba preparado para ver esto.

«¿Por qué no peleas?¿Por qué no puedo defenderte? Hyori... por favor haz algo para saber que estas viva, no puedes abandonarme»

Al ver que no iba a luchar corrí hacía ella para exorcizar a la maldición la cual estaba muy interesada en destruir el frágil cuerpo de Hyori, estaba reaccionando muy tarde, lo sabía, pero no iba a permitir que me la arrebataran de mi vida.

Cuando estuve lo suficientemente cerca le lance a la maldición un grillete carmesí causándole daño en la espalda, captando su atención. Los latidos del corazón de Hyori eran muy débiles, pero aun se escuchaban. Observé un momento a la rubia y entendí el por que no luchaba contra la maldición, estaba concentrada en mantener los escombros del edificio que se derrumbaba en el aire para que pudieran escapar los hechiceros que se encontraban debajo.
Quería gritarle que se detuviera, que se enfocara en sanar sus heridas, pero no importaba lo que le dijera, ella siempre pondría la vida de los demás antes que la suya. Por una vez en su vida debería de ser egoísta y centrarse en ella.

Estaba enojado con Hyori por no curar sus heridas, con la maldición que la atacó, con el edificio, con las personas que corrían de los escombros por no ser tan rápidos. Todo mi enojo acumulado lo pago la maldición, en algún punto deje de utilizar mi ritual y empecé a a utilizar mis puños para exorcizarla, la cual no ponía resistencia de su parte, simplemente se quejaba ante mis golpes.

-¡Kamo! Ya fue suficiente... ya la exorcizaste-no sabía en que momento había aparecido Mechamaru a mi lado, pero me estaba deteniendo y centrando en la realidad, voltee hacía el edificio el cual se encontraba completamente en ruinas. En algún punto de la pelea Bae había dejado caer los escombros y no lo había notado.

Mi corazón se detuvo al igual que todo a mi alrededor, ver que Miwa se encontraban a lado del cuerpo de Hyori llorando fue un golpe muy duro, el corazón de Hyori ya no latía y la sangre a su alrededor había aumentado. Sentí unas inmensas ganas de vomitar al pensar mi vida sin ella. Ya no tendríamos más charlas sobre libros, ya no tendría compañía en las noches en la biblioteca, ya no me acompañaría a nuevos sitios en busca del pastel de café más deliciosos de todo Kioto.

Camine lentamente hacia ella, un ligero hilo de sangre corría desde su boca hasta su mejilla. Sus ojos dorados permanecían cerrados, ya no los miraría sonreír, ya no brillarían cuando me contara de un tema de su interés o llorar cuando sintiera que no podía con lo que venía. Se miraba tan tranquila y sin ninguna preocupación en esa posición.

Me arrodille a su lado y toque ligeramente su rostro, era la única parte de su cuerpo que no contenía ninguna herida a diferencia de su cuerpo que estaba lastimado a profundidad. Era una escena horrible que quedaría en mi memoria grabada, ver su uniforme rasgado lleno de sangre, con su piel destrozada... En sus últimos segundos con vida debió pasar por el mismo infierno.

-Perdón... perdón... perdóname -empecé a murmurarle, le había prometido que no dejaría que la lastimaran pero no pude cumplir con mi promesa. -No... voy a perderte a ti también, no puedo... Eres la única que no puedo perder.

Coloque mis manos sobre su corazón y comprimí, lo hice una, dos, tres veces haciendo que su corazón bombeara la sangre nuevamente para que latiera. Mis manos y mi uniforme se empaparon de su sangre aunque solo me importaba traerla de vuelta.

-Kamo... -La voz de Miwa lucía preocupada de lo que iba a hacer, pero no iba a permitirme perder a Hyori.

-¡CÁLLATE, ELLA NO ESTÁ MUERTA! -Le grité, ¿Cómo podría morir alguien tan fuerte como mi Hyori? ella es usuaria de la técnica maldita inversa, solo tenía que hacer que estuviera consciente nuevamente para que pudiera utilizar su ritual y poder sanarse así misma. -Ella no esta muerta... ella dijo que no me abandonaría, aun tenemos planes por hacer -el nudo que se formaba en mi garganta me impidió seguir hablando.

Mechamaru abrazaba a Miwa mientras ella lloraba, ellos se habían rendido, pero yo no, fui un idiota todo este tiempo por no aceptar mis sentimientos hacia ella. Le tape la nariz para poder darle respiración de boca a boca, dos veces hasta volver a bombear su corazón. Sabía que Hyori no estaba muerta, aun sentía su temperatura corporal y su energía maldita.
Darle RCP era más difícil de lo que pensé ya que también estaba usando mi técnica con ella, tenía que ser muy cuidadoso para no hacerle más daño a su cuerpo.

-Kamo... detente, solo estas lastimando su cuerpo. -Dijo Mechamaru. Quería gritarle por qué si él estuviera en mi posición y Miwa estuviera herida gravemente reaccionaría igual o peor, por ella daría su vida, al igual que yo por Hyori. Si tan solo entendieran lo que estaba pasando no habría oposición de su parte.

Ignore su comentario y seguí ejerciendo presión en su pecho, no podía rendirme, estábamos tan cerca de las estrellas y ahora me encontraba cayendo sin su presencia. Nadie me amaría nuevamente como ella lo hacía.

-¡DETENTE, YA FUE SUFICIENTE! -gritó Miwa mientras me empujaba, deteniendo mi intento por salvarle la vida a Hyori.

Sentí las lágrimas correr por mis mejillas, estaba llorando como un niño pequeño. Toda la felicidad que había sentido estos últimos meses se desvanecía y huía de mis manos, desde que la conocí todos los días parecían brillar un poco más y ahora regresaba a mi punto inicial, perdido en la tristeza.

¿Qué se supone que haría sin ella en mi vida?¿Cómo seguiría adelante ahora?

Era injusto que me arrebataran la felicidad de mis manos, dándome una prueba gratis por unos meses para después quitármela por el resto de mi vida. 

Like You Do  。⁠*゚⁠╹⁠Noritoshi Kamo╹⁠Where stories live. Discover now