14. Cállate...

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* Sólo cállate *
*  *  *

El plazo de dos meses más a pasado volando. Y lo mucho que Hanji disfruta de la compañía de Levi es indiscutible.

Está sentada frente a la chimenea con un libro entre sus manos cuando voltea hacía la ventana lateral y lo ve a lo lejos partiendo unos troncos de leña.

Puede notar como el abrigo se tensa cada vez que levanta los brazos con el hacha y las facciones duras cuando el tronco se parte en dos en un corte perfecto.

Con una de las mangas se limpia las gotas de sudor helado que hay en su frente y luego repite el proceso al tomar otro tronco y hacer todo de nuevo.

Lo cierto es que Hanji a sido consiente de lo mucho que le gusta el otro. Su cuerpo, sus facciones y sus gestos.

De un tiempo acá a utilizado la excusa de leer juntos frente a la fogata solo para colarse entre sus piernas y dormirse en su regazo.

Se a deleitado con aquellas mañanas en las que amanece entre los brazos del felino. Sintiendo su calor y con la oportunidad de ver su rostro sereno, en total calma y comodidad.

—Dios, no se como sobrellevar esto...— terminó suspirando mientras releía por tercera vez el mismo párrafo de su libro.

Y es que Hanji no a podido dejar de pensar en el felino. Constantemente este se encuentra colandose en su cerebro e invadiendo sus pensamientos, dejando un calor indescriptible en su pecho.

—¿Quieres que haga chocolate caliente?.— fue lo primero que preguntó Levi al pasar por la puerta. Hanji ni siquiera se dio cuenta de esto hasta que él estuvo a unos cuantos metros de ella

—Sí quiero.— mencionó enterrando la cara en el libro. Por alguna extraña razón, el hecho de ser pillada pensando en él le calentó las mejillas

Lo escuchó alejarse y al cabo de unos minutos más, volver. Traía en sus manos una bandeja con dos tazas humeantes y un platillo con galletas simples.

Sintió y escuchó el característico sonido de la madera al momento de sentarse en el suelo, a su lado.

—Deja eso un momento o lo mancharás con chocolate.— le dijo a la vez que apartaba el libro dejando al descubierto su rostro —¿Hmn, estás enferma?

La pregunta era real con total interés pues la cara de Hanji delataba un color rosa característico de la fiebre, el cual solo se intensificó aún más con la pregunta.

—Si realmente creyeras eso no te acercarías a mí, ¿cierto, enano? .— bromeó ella, a la vez que tomaba la taza que le ofrecían

Un tsk fue lo único que obtuvo como respuesta y disfrutaron de la bebida en un silencio cómodo pero extraño debido a que Hanji rara vez mantenía la boca cerrada.

—¿Realmente no vas a decirme que te sucede?.— cuestionó el azabache

Hanji se tomó unos minutos más en silencio para pensar en lo que hiba a decir, quizá lo mejor sería hablarlo directamente con el felino.

—Es solo que, últimamente pienso mucho en ti.— dijo con una seriedad imposible en ella, tomando desprevenido al otro —Lo cierto es, que me gustas mucho, Levi.

Y de todas las cosas que Levi podría esperar esa era la que menos se imaginaba. Instantáneamente el calor recorrió sus mejillas y tuvo que apartar la vista a la pared más cercana, hasta los hilos de la alfombra le parecieron una mejor salida que la chica de ojos brillantes frente a él.

—Lo que trato de decir es que me gusta el tiempo que pasamos juntos. Y cuando me abrazas y despertar contigo...— siguió como si le estuviera explicando con emoción un nuevo libro, con una rapidez extrema que Levi había aprendido a escuchar —Y cuando me besas siento un cosquilleo en el estómago que me hace querer saltar pero no tenemos muchos momentos así por lo que me gustaría que tu lo hic-

Gatitos LeviHan Where stories live. Discover now