03. Debilidades...

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* Debilidades Humanas *
* * *

Había pasado una semana desde el incidente con el Skin-Walker y Hanji no podía sacar de su mente ciertas imágenes...

La verdad era que desde que vio la desnudez de su compañero felino no había podido concentrarse en sus lecturas, llevaba repitiendo el mismo párrafo una y otra vez pero las palabras simplemente parecían recetearse en su mente.

El cuerpo tallado y músculoso del azabache aparecía en sus más profundos pensamientos, incluso en uno que otro sueño y Hanji no tenía idea del por qué.

Sabía de antemano que su compañero era guapo y bien parecido, un amargado sí, pero un amargado muy bonito y a juzgar por su rutina de caza y la corta de leña no debería sorprenderle su físico tan bien cuidado.

Pero aún así no entendía porqué, aún sabiendo ya todo eso, no podía sacar de su mente aquellas imágenes.
Había leído un par de historias de romance en el pasado y trataba de compararlo con la situación que vivían a diario pero no, no había nada igual salvo el rescate del ogro malvado, en el caso de Hanji, del Skin-Walker.

Así que no podía ser amor, sino más bien una atracción física. Su parte humana se había rendido ante el físico de Levi, no había otra explicación.

La cuestión era; ¿Qué hiba a hacer al respecto? O más bien dicho ¿Haría algo al respecto?

Normalmente los humanos dejan de sentir atracción por el otro después de 5 o 6 meses y si va más allá de eso podría considerarse cariño eh incluso amor.

¿Podría abrir su propia investigación Felina/Humana en cuanto a Levi?

Sí.

¿Le hiba a pedir permiso al otro para estudiarlo?

No.

—¡Apresurate, cuatro ojos

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—¡Apresurate, cuatro ojos.— escuchó gritar a un molesto hombre/gato —No tenemos todo el día!

Hanji corrió escaleras abajo mientras se ponía un par de guantes de lana que el otro le había dado.

—Tranquilo, enano. Los peces no se irán a ningún lado.— respondió ella en cuanto llegó a su lado.

El día anterior Levi le había avisado que iría a abastecerse de comida y como ahora ella vivía con él también debía acompañarlo. Hanji no se negó puesto que sería excelente comenzar su investigación cuanto antes.

—¿Cuánto más falta?.— preguntó con desgano y por enésima vez la castaña.

—Dicen que entre más callado estés más rápido puedes llegar.— fue la respuesta que le dio Levi

Hanji bufó mientras se arreglaba la bufanda. Ya llevaban casi una hora caminando y le dolían los pies, la nieve estaba muy alta y eso hacía que le costará despegar las botas del suelo.

Gatitos LeviHan Where stories live. Discover now