Capítulo XIII: La rutina

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Dicen que no hay que ser esclavos de la rutina, que es mala, pero todo el mundo de cierta forma le gusta, se acostumbran a ella, y cuando realmente cambia, da miedo.

Todo cambio da miedo.

Eso es cierto, cuando las cosas cambian da miedo, tenías todos tus pasos fríamente calculado pero de repente todo da un giro.

Muchos dicen que la rutina fastidia, pero no si te gusta esa rutina, si esa rutina te hacia estar con la persona que tanto amas, que te hacía feliz.

El día de hoy fue muy distinto al de los demás, un reto a decir verdad.

Me había acostumbrado a la idea de que Liam siempre estaría en casa, estaríamos comiendo juntos en la mesa, ambos jugaríamos con los niños, algo que estaba en nuestra rutina diaria, pero ahora que no está en casa es difícil, para todos, y es algo que realmente no me quiero acostumbrar; el tener que despertarme y que no tenerlo a mi lado, que no tenga a quien contarle mi día en el trabajo, mis pesadillas, y no tener con quien hablar en mis días de insomnio, de abrazar a una almohada a la hora de dormir porque él no esta ahí.

El insomnio estaba hoy presente en mí, estos últimos días era la única cosa que lo estaba, ningún programa de mi agrado pasaba en la televisión, había intentado en contar ovejas, pero ya a la oveja número cincuenta me había cansado de contar, mi mirada estaba fija en el techo.

-Veamos, ¿que es lo que hace que me quede dormida cuando usualmente tengo insomnio?- me pregunté a mi misma.- Leer un libro.-pensé- no eso me quita más el sueño, veamos, caminar por la casa- me dije.- no, ya lo hice dos veces.- bufé.- algo falta.- me dije, claro que faltaba algo, más bien alguien- Liam, eso es lo que falta-dije- ¿él también tendrá insomnio? lo dudo, a Liam muy pocas veces le faltaba el sueño, al menos que este pensando mucho, ¿y si lo llamo?- al decir esta última pregunta me di una palmada en la frente- no seas estúpida María de seguro esta durmiendo- miré la hora 11:10 P.M- ¿él también piensa en mi como yo pienso en él?- me pregunté, abracé su almohada y mi mirada estaba fija en el reloj, mirando el segundero marcar los segundos, un pequeño clic marcó el siguiente minuto.- 11:11 es hora de pedir un deseo- me dije a mi misma, cerré los ojos y apreté la almohada que abrazaba.- Me gustaría estar a tu lado- espeté en voz alta con la esperanza de que me pudiera escuchar, unas lágrimas brotaron por mi mejilla, algo habitual últimamente en mí.

Unos pequeños golpe tocaron a mi puerta y la puerta se empezó a abrir, un niño se asomaba por la puerta.

-Mami, ¿estas despierta?- preguntó cerrando la puerta detrás de él, traía en su mano su cobija azul, la estaba oliendo, tal vez por el hecho de haber estado recién lavada y que aún mantenía el olor.

-Si Chris- dije, le di la vuelta a la almohada de Liam y la coloque en su lugar, Christian corrió hasta mi cama y tuvo que dar unos brincos para subirse en ella.-¿Por qué no estas durmiendo?- le pregunté mientras lo ayudaba a acomodarse un poco en la cama.

-Tenía ganas de hacer pipí, y se me había quitado el sueño, ¿puedo dormir contigo?- preguntó.

-Claro mi vida- le dije, lo ayude a arroparse completo y el acercó las almohadas, se acurrucó en mi, su pequeña cabeza en mi pecho, y brazos alrededor de mi cintura, desde pequeño hacía eso.

-Mami, que sueñes con los angelitos.- me dijo, le di un beso en la cabeza y le respondí un igual.- Te amo mucho mami.- dijo y se acerco mas a mi, como si eso fuera posible.

-Yo te amo mucho más mi vida- dije.

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Hoy había sido un día muy raro, algo que nunca había estado acostumbrado, desde que me levanté en la mañana en mi cama donde pase toda mi infancia y adolescencia, era como un viaje el pasado, como si volviera ser niño de nuevo, pero de alguna forma no era así.

Después de haber hablado con los chicos realmente mis ánimos estaban por el piso, realmente no me gustaba hablar de los problemas que estaba pasando.

Me encuentro acostado en mi vieja cama, mirando el techo de mi vieja habitación, hoy no podía dormir, traté varias veces de dormir pero cualquier posición me parecía incomoda, no había ninguna que me hacía sentir cómodo, no se si es insomnio, o la cama se volvió un poco incómoda por los años, o tal vez por el hecho que me sentía raro, como si me faltara algo, realmente no lo sabía.

Miré la hora de mi celular, 11:07 P.M, genial pensé, llevaba mas de 2 horas tratando de dormir y no por el momento no tenía ni una gota de sueño.

-Liam mañana tienes trabajo tienes que dormir- me dije a mi mismo, se frotó la cara con sus manos.- ¿Por qué no puedo dormir?.- cerré los ojos y traté de visualizarme a mí en mi habitación que compartía con María, tal vez así podría ver cual es la diferencia del por qué aquí no puedo dormir y allá si. Hice todo, hable con los niños, me duche, vi televisión, leí un poco, puse mi alarma, me había quitado las medias, hasta había arreglado las sábanas como solía hacerlo María.

Tal vez el problema es que nunca me faltó hacer algo,solo me falta alguien, ese alguien es María. Me había acostumbrado a dormir con ella, era nuestra rutina, después de pasar tiempo con los niños la pasábamos juntos, no importase si estuviéramos peleados o no, siempre a la hora de dormir nos abrazábamos o aunque sea nuestros pies chocaban, tal vez me falta ella aquí, no me importa si me odie, si quiera matar, me falta tenerla a mi lado.

Miré nuevamente la hora 11:11.

-Es hora de pedir un deseo- desde que era pequeño María y yo teníamos esa costumbre, a las 11:11 de la mañana o de la noche pedíamos un deseo, cerré mis ojos.- Me gustaría estar a tu lado María- dije.

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Hola chicas, nuevo capítulo, espero que les guste, me costo un poco hacerlo pues no tenía inspiración, pero me ayudaron a hacerlo y salió este capítulo. Realmente espero que les guste.

No olviden de votar y dejar sus comentarios.

Los amo.

MrR xoxo


Cold As You - Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora