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LOUIS.

Dejándome caer sobre mi culo, miré a mi alrededor con fastidio. Odiaba trabajar, no me avergonzaba admitirlo. Mamá tenia dinero y me llenaba de lujos y comodidades, por lo que nunca había movido mi culo más que para aceptar uno de sus cheques o sacar una de mis tarjetas de crédito. Esta mierda de pintar paredes estaba por lograr que perdiera la cabeza. Además, había descubierto que realmente no servía para esto.

Miré a Noah al otro lado de la habitación y estreché los ojos hacia él, imaginándome que su cabeza estallaba como un volcán. Por más que me concentré en ello, nada sucedió y eso solo lograba que mi irritación creciera. Todo eso había sido su culpa, no era justo que a él le fuese tan bien en esto de las reparaciones. ¡Él también era un nenito de papá! No se Valia.

—¡Louis! —la voz de Harry gritando a mi derecha casi rompe mi tímpano.

—¿Que?

—¡Ponte a trabajar, el profesor Noah está haciendo todo el trabajo por ti! —se quejo.

Lo miré mal, ensenándole mi dedo medio mientras me dejaba caer sobre mi espalda. Me importaba una mierda si Noah tenía que meterse un pincel en el culo para poder terminar a tiempo, se merecía pasar un poco de trabajo luego de todo lo que le había hecho a Zayn durante la secundaria. Además, tenía mis propias cuentas pendientes que cobrarle.

Noah había sido mucho más que un simple abusador, era un hijo de perra de primera. Había pensado que me libraría de él luego de la graduación, bastante tenía con haberlo soportado tanto tiempo. ¿Ahora también tenia que hacerle el favor de alivianarle el trabajo? Ni de broma, tal vez si tenía suerte los químicos de la pintura le harían mal.

—¿Louis? —el rostro de Harry apareció frente a mi cuando se dejo caer en sus rodillas.

—¿Mmm?

—Levántate y ponte a trabajar. —pidió.

Volteando la cabeza, lo miré directamente. Estaba cerca, tanto que podía ver perfectamente las largas y espesas pestañas que eran casi invisibles a distancia pero mirándolo de cerca, se podían ver perfectamente haciendo que el verde de sus ojos fuera más impresionante. Sus labios, apretados en una mueca de fastidio se veían suaves y besables.

Sonriendo, coloqué mi mano en su nuca y tiré de él hacia abajo con un poco de brusquedad. El niño no esperaba el movimiento por lo que no debí usar mucha fuerza para que se acercara. Subiendo la cabeza, pegué mis labios a los suyos rápidamente sin darle tiempo a apartarse. El chico se congelo por un segundo pero no intento alejarse por lo que aprovechando esto seguí con el beso, aprovechando un pequeño gemido de su parte para colar mi lengua dentro de su boca.

Harry sabia dulce, a inocencia. Sabia que el chico no había sido besado muchas veces antes gracias a la forma torpe en la que intentaba seguir el beso. De igual manera me parecía tierno el entusiasmo del niño por intentar seguirme el paso. Cuando el oxigeno fue estrictamente necesario, me separe suavemente, dejando pequeños besos sobre sus labios. Le había robado un beso, debía al menos compensarlo por ello.

—¿Por qué hiciste eso? —jadeo, mirándome con las mejillas sonrosadas.

—Porque creo que eres lindo. —susurré.

El sonrojo se intensifico—. ¿Gracias?

—¿Al menos te gustó? —asintió rápidamente, apartando la mirada avergonzado. Sonreí—. ¿Te habían besado antes, Harry?

Si era posible, el sonrojo se profundizo aun más mientras el chico lanzaba una mirada en dirección a Noah, quien nos estaba fulminando con la mirada desde el otro lado de la habitación. Volví a mirar al rizado, elevando una ceja en su dirección. El chico solo sacudió la cabeza rápidamente, levantándose.

—Ponte a trabajar, ¿si? —pidió—. El profesor Zayn me pidió que te vigilara y se enojara si ve que no estas haciendo nada.

Lo miré un segundo, viendo el nerviosismo del chico antes de asentir—. Esta bien. —me levanté, tirándolo nuevamente mi lado con un brazo. Harry era unos cuantos centímetros más alto que yo pero no me costó mucho llegar a sus labios y dejar un beso rápido—. No dejes que Noah te fastidie, es solo un idiota. Además, besa horrible.

—¿Como lo sabes?

—Confía en mí, lo sé. —aseguré antes de voltearme y tomar uno de los rodillos para seguir pintando.

Poniendo más pintura blanca en el mismo, comencé a pintar el trozo de pared que me faltaba, sintiendo la mirada fija de Noah sobre mí. El chico prácticamente estaba cavando un hueco en mi nuca y no sabia si era porque había besado a su nueva conquista o porque le molestaba que yo hubiese besado a otra persona.

Sí, el hijo de perra había sido un maldito posesivo desde que tenia memoria. Más aun si era algo que él ya había tenido y le había gustado. Sí, me había acostado con Noah durante la secundaria pero la relación era enteramente sobre sexo y luego de que Zayn me había dicho sobre su enamoramiento, había cortado todo trato con el rubio. Podía ser una puta pero no era un mal amigo.

Ahora, Noah parecía estar intentando todo lo posible por recuperar esa relación de intereses. Lastima que ya no estuviese para ello. Me gustaba tener relaciones, eso era algo que no podía negar pero había veces en las que me hartaba la soledad que sentía cada vez que volvía a mi departamento. Deseaba algo real y aunque la tentación de caer con Noah nuevamente era fuerte, iba a hacer todo lo que estaba en mi mano para evitarlo.

—¿Que estas intentando hacer? —la voz de Noah detrás de mi me hizo dar un salto del susto y espantó mis pensamientos.

—Pintar la maldita pared. —masculle—. Sabia que eras tonto pero pensé que al menos podías con los razonamientos básicos.

—Sabes que no hablo de ello —gruñó—. ¿Por qué besaste a Harry?

—¿Por qué no? —replique—. A él le gustó, a mi me gustó. No le veo nada malo.

—Es menor de edad.

—No pareció importante cuando tú lo besaste. —tiré el anzuelo.

—¿Te lo dijo? —pop, el pececito por la boca muere.

Sonreí—. No pero tu si, gracias por ese dato.

—Hijo de perra. —mascullo.

Antes de que me diera cuenta me había rodeado con sus brazos y parecía a punto de besarme. ¡Aja, así que el bastardo quería jugar a dos puntas! Podía ver los celos sobre mi pero la forma en que había hablado sobre Harry me decía que el niño también le gustaba. Perfecto, esto me daba el juego perfecto para cobrarle todas juntas. Lo que le hizo a Zayn y el haberme humillado con sus amigos en la secundaria. Jamás iba a olvidar las asquerosidades que me decían o me invitaban a hacer.

Noah Davies había arruinado mi reputación y aunque era un hijo de perra sexy, no había manera de que dejara pasar eso sin una venganza. Además, me ayudaría a mantenerme alejado de la tentación que representaba.

Sus labios se acercaron a los míos y reaccionando por puro instinto, subí una pierna y clave mi rodilla en su centro, logrando que me soltara con un jadeo. En el momento que me vi libre, subí el rodillo empapado en pintura y lo aprete sobre su cabeza, arrojando todo el liquido sobre su cabello.

La mala mirada que me dio, me dijo que esto recién había comenzado. 

Intocable |Ziam|Where stories live. Discover now