Cap 50: La ira

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Entre los gritos de las personas, las órdenes de sus discípulos y su propio corazón golpeando indolente, Jiang Cheng está hiperventilando. Con la amenaza encima de su secta, los recuerdos horribles de haber huído antes vuelven a él como una lluvia de saetas. Es solo porque su sobrino lo está empujando que él se puede mover. Todo lo demás es una conjunción desesperante de estímulos, entre las memorias pasadas y los hechos presentes, todo convirtiéndose en una atroz mezcla.

La sangre, la lluvia, el fuego, el agua, todo se conjuga con los gritos de sus hombres, la muerte del séptimo shidi y los gritos de su madre. Ser empujado por Jin Ling se siente como tal.

Su pecho se presiona entre el miedo y la ira, aún cuando es recluido a la habitación donde el aroma de Lan Huan es persistente.

—Respire, zhongzhu —Yu MiLing lo sujeta de sus hombros, obligándolo a volver en sí—. Estaremos a salvo, necesito que respire.

—¿Se aseguraron que estaremos bien aquí? —Escucha a Jin Ling preguntar.

—Sí, Jin-zhongzhu, las protecciones aquí son fuertes.

Jin Ling tiene su espada desenvainada y estudia el lugar con atención. XiaoXue y QiuQiu ladran contra todas partes, como si no supieran exactamente a dónde dirigir su ira. Su corazón sigue latiendo rápido y una mano toma el hombro de Jin Ling para evitar que haga una locura. Su hijo no saldrá lastimado, no lo saldrá.

—¿La barrera se levantó? —Yu MiLing pregunta, con su mano en la espada. Jiang Cheng nota que aún no, no lo han hecho.

—No... ¿qué demonios están esperando?

—HuFei-jie....

—Saldré a investigar.

La araña beta sale de la habitación para certificar la situación. Jiang Cheng siente que debería estar con ella. Debería ir y estar frente a todos, debería dar el ejemplo, pero su núcleo está protegiendo al fruto de su entrega con Lan Huan y hay algo más importante que proteger, incluso más allá de sí mismo. Jin Ling y XiaoYang... solo por eso, solo por eso no ha corrido a desobedecer.

Aún cuando aprieta sus puños con impotencia.

Yu Hufei llega de nuevo, pálida. Un talismán está en sus manos.

—Hay un espía dentro.

Jin Ling se acerca para ver la escritura. Jiang Cheng siente que se le cierra la garganta y una ira inhóspita resurge de su estómago.

—Es un talismán de bloqueo. ¿Cuántos hay? —Su sobrino pregunta, con voz de mando.

—Conseguí uno en la puerta de la habitación del heredero. Ya dí órdenes de buscar a los otros.

—¿Quién se atrevió? —Jiang Cheng suelta con veneno en su voz, sus ojos inyectados de sangre.

—Lo descubriremos cuando acabe el...

El piso tiembla. Jiang Cheng mira la madera y envía su energía espiritual hacia debajo de sus pies, más abajo, atravesando metros de agua profunda hasta llegar a los cimientos de las bases del ala familiar. La presencia de cadáveres se percibe como una ola maligna, agarradas todas como una masa deforme. Jiang Cheng aprieta su garganta al notarlo y ver, ahora con mayor atención, a sus perros ladrando hacia el piso.

Como si hubiera sido una ola expansiva, antes de que alguien pueda gritar una advertencia, una de las bases cede ante el choque de los cuerpos como proyectiles. La esquina de la habitación choca contra el agua y hace ceder a las otras dos columnas por el exceso de peso. Jiang Cheng, Jin Ling y sus arañas caen contra la pared derrumbada y agrietada; el sonido de los muertos se escucha alto y claro. Recuerdos horribles de la guerra y el asedio vuelven a él como una maldita obra interminable.

(No) Nos amamos (MDZS)Where stories live. Discover now