Cap 38: Los miedos

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Jiang Cheng siente a su esposo entrar a la habitación ya avanzada la madrugada. Lo sabe porque XiaoXue y QiuQiu levantan la cabeza con él al escuchar el ruido, pero se aquietan apenas lo reconoce. Lan Huan se queda de píe en la puerta, como si dudara si tiene permitido entrar. Es ridículo, a estas alturas le debería quedar claro a Lan Huan que su cama está siempre dispuesta para él. Por si le quedaba duda, Jiang Cheng levanta la mitad de su cuerpo, con cuidado de no lastimar su brazo lastimado y le mira con su ceño enfurruñado.

—Ven. —Es una orden. Jiang Cheng tiene demasiado sueño como para detenerse a ser más amable que eso, pero su esposo no muestra molestia y simplemente acepta la invitación.

Se juntan en la cama en una cómoda unidad. Jiang Cheng piensa, medio dormido, que cada vez se hace menos necesaria la otra habitación, considerando que pasan más tiempo durmiendo juntos. No le molesta, es más, le agrada. Le asusta lo mucho que podría estar acostumbrándose a esto y son justo en esos momentos, donde no tiene ninguna otra preocupación más que quedarse en silencio e intentar dormir, que esos pensamientos a los que no suele dedicarle un tiempo en el día, vuelven y se asientan.

No quiere darle lugar. Si lo hace... ¡ah! si lo hace seguramente será él quien de nuevo dará más de lo que la gente está dispuesta a recibirle, porque solo esperan de él otra cosa.

—Wanyin —escucha la voz de su esposo y se obliga a abrir los ojos y buscarlo. Lan Huan está acostado contra su pecho, con la mejilla sobre la punta de una de sus cicatrices más horrorosas, como si eso no fuera nada que pudiera molestarle. Sus ojos están pequeños e hinchados y al notarlo, Jiang Cheng siente una honda sensación de impotencia.

—¿Debería ir a quebrarle la otra pierna a tu didi? —Lan Huan responde con una sonrisa a sus palabras

—No... pero gracias por la oferta.

Jiang Cheng hace una mueca con su boca antes de intentar dormir una vez más. Lo aprieta contra su costado con su brazo sano para sentirlo cerca, para hacerle saber que está allí y que sí, por él haría muchas cosas incluso impensables. Incluso indescriptibles. Pero Lan Huan está inquieto y Jiang Cheng no tarda en notarlo. Está buscando sexo y bueno, a él no le molesta. No obstante, distinto a como lo ha hecho en otras ocasiones, donde hace la invitación, donde sus caricias van al punto y buscan excitarlo, está vez Lan Huan se entretiene besando las cicatrices de su pecho. Una a una, suave, sentido, íntimo. Jiang Cheng siente pequeñas cosquillas que levantan algo dentro de él, algo menos carnal.

—Lan Huan... —Jiang Cheng suelta más suave de lo que quiso. Los besos de su esposo no descienden como hubiera esperado, sino que suben y suben hasta alojarse en su cuello y luego respirar allí, abrazándolo—. Si lo que quieres es follar...

—¿No puedo solo besar y acariciar a mi lao gong?

—¿Es parte de tu tortura de castigo? —respira, estremecido. Jiang Cheng no puede recordar alguna vez que ambos se hubieran conformado con solo besar y abrazar. En respuesta, su esposo ríe contra su cuello.

—No... hoy no creo poder resistirme a tí, Wanyin.

—¿Qué ocurrió?

—Solo estoy muy feliz y agradecido.

—Que bueno que te fue tan bien con tu didi —Jiang Cheng no sabe qué sentir, está confundido ante la sensación de Lan Huan y sus propios sentimientos. En toda respuesta, Lan Huan alza la mirada y lo contempla sobre él, así, sin más. Su mano acaricia el cabello que rueda en las sábanas y su mejilla derecha.

—No es con él con quien estoy feliz y agradecido...

Algo ha cambiado. Jiang Cheng lo ve en su mirada. No es la primera vez que nota estos ojos llenos de adoración que se siente impropios dirigidos hacia él, no es la primera vez que a Lan Huan se le escapa esta contemplación profunda e íntima que muchas veces ha ignorado por el bien de su cordura. Pero ahora, ahora que puede verlo allí, en la soledad de la habitación, con sus cuerpos tan juntos, con sus labios tan cerca, Jiang Cheng puede ver que hay más... como una cascada que empezó a caerle en la cara, fresca, tibia, deliciosa.

(No) Nos amamos (MDZS)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن