ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛

715 102 0
                                    

Wabi-Sabi.

La capacidad de encontrar belleza en la imperfección.

Celebrar la simplicidad y aceptar que la vida es única, hará que tú vida sea mucho más sencilla.

Narra Satoru Gojo.

Al inició de nuestro segundo año, ya con 16 años ambos éramos catalogados los más fuertes.

Me gustaba, ya que apesar de que éramos tres en el equipo, junto a la adorable Shoko, el Apodo era para nosotros dos. Algo intimidó de ambos.

Suguru Geto y Satoru Gojo, los hechiceros más fuertes.

Sonaba demasiado bien, desde Navidad que nos habíamos hecho más unidos.

-¿Salida a un Arcade?- pregunto Nanami mientras estábamos en el patio de la escuela comiendo, alcé mis dedos feliz en forma de Maloik para mostrarles el volante que había conseguido sobre un nuevo centro de video juegos para ir todos.

-me gusta la idea -me apoyó Haibara.

-yo también, quiero jugar Mario Cars- dijo Shoko, miramos a Nanami y el Suspiró más por la mirada de Haibara.

-bien, también iré, puedo sacar varios peluches de la máquina de garra -dijo ladeando la cabeza con fastidio mientras Haibara celebraba, ellos dos también se habían hecho muy amigos, apesar de que ellos eran de primero ya se habían hecho parte de nuestro grupo.

Volteamos a ver Geto que sonrió de lado alzando una de sus cejas.

-no puedo decir que no, así que vayamos -dijiste sonriendo de lado, esa era de mis favoritas, sin dudarlo pase mí brazo por tus hombros abrazándote celebrando junto a Haibara, pero me tuve que haber dado cuenta de ese rubor, de esas señales invisibles para un adolescente de 17 años.

.
.
.

El día del Arcade llego y fuimos los cinco, nos la estábamos pasando bien. Nanami ya había ganado bastantes peluches dándoselos a Haibara ya que a él no le gustaban. Suguru y yo en cambio nos entretuvimos bastante con unos juegos de carreras que jugabamos juntos aunque él estaba por ganarme así que hice un poco de trampa para ganarle, y lo hice.

Él se quejó por perder y yo reía de forma malvada y él entendió que yo hice trampa. Me tomo del uniforme para sacudirme mientras me insultaba y yo seguía riendo para levantarme quedando en la misma altura pero bastante cerca. Tanto que podía oler su perfume. Era delicioso.

-¡oigan! Las pizzas ya estan- anuncio Shoko y fuimos a comer ya que teníamos bastante hambre.

Nos sentamos, Nanami con Haibara, enfrente Suguru y yo, y en una punta Shoko. Era una buena forma de sentarnos y hablar.

Suguru siempre fue de sentarse con las piernas abiertas e encorvado y yo con las piernas cruzadas sentándome derecho como me educaron en mí familia, al ser la próxima cabeza del clan, debía ser perfecto.

Seguimos comiendo y tomando nuestras bebidas, en un momento había apoyado mí mano en los asientos, para al rato, sentir otros dedos, ví de reojo los de Suguru y no me molestó así que seguimos hablando dejando nuestras manos, con las puntas de los dedos entrelazadas, después de todo si a él no le molestaba a mí tampoco.

.
.
.

Cuando volvimos de noche estábamos riendo a carcajadas en la estación hasta que llegó en tren y debíamos hacer un poco más de silencio ya que era tarde. Teníamos una hora de viaje aún así que nos acomodamos en los asientos, yo como siempre junto a Suguru, Nanami con Haibara y Shoko se acostó en una fila para ella sola durmiendose rápido.

-¿Quieres uno?- me preguntó Suguru a mí lado desconcentrandome de sacarle una foto a Nanami dormido con Haibara rodeados de peluches.

-¿Uh?- volteó notando lo cerca que estábamos y me sorprendí un poco sintiendo mí corazón dar un saltó.

-la música Satoru- me repitió mostrando que tenía un auricular y su Close-up iPod que le regalé - ¿Quieres escuchar conmigo?

-la música Satoru- me repitió mostrando que tenía un auricular y su Close-up iPod que le regalé - ¿Quieres escuchar conmigo?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-claro- le dije acomodándome para ponerme el auricular para escuchar con él la música que a ambos nos gustaba.

Nosé cuando fue que fui cayendo por el sueño apoyándome en él, sintiendo de cerca su perfume que me hizo sonreír levemente y hundir mí cara más en su cuello para sentirlo de cerca.

-me gusta tu perfume- le dijo bajo antes de caer dormido.

Esos momentos después de tanta diversión o peleas eran lo que me encantaba. Era esa paz que me daba él lo que más amaba de nuestros momentos juntos. La paz que me daba.

𝓣𝓾𝓹𝓪𝓷𝓪𝓷𝓬𝓱𝓲𝓼𝓴𝓪𝓶𝓪. || 𝓢𝓾𝓰𝓾𝓢𝓪𝓽𝓸.Where stories live. Discover now