Capítulo 33

5.6K 725 2.1K
                                    

Inmerso en un pozo de crueles meditaciones, Chris llevaba a sus labios una copa de cristal fino, colmada de un vino carmesí cuyo sabor agridulce embriagaba su paladar. Desde el amplio ventanal de un espacioso salón, su mirada se posó en el palacio de Zeus, donde los primeros rayos de luz acariciaban con delicadeza las elegantes estructuras.

<<Quiero ver si lograrás ser valiente como yo nunca lo fui, porque créeme, hermano, me encantaría ver que tú sí puedes liberarte de la maldita imposición de nuestro padre y así ser feliz>>

Cerrando los ojos con fuerza, recordó las palabras de Rodo, las cuales despiadadamente perforaban su pecho.

—¡Chris! —el angustioso llamado de Seungmin lo sobresaltó, y girando su cuerpo se encontró con la mirada preocupada del menor, cuya respiración agitada parecía anhelar expresar un sinfín de pensamientos— La guerra... La... —Seungmin se acercó al mayor, y deteniéndose frente a él, detalló su rostro imperturbable— ¿Pelearás? —preguntó en un susurro.

Frunciendo el ceño, Chris depositó la copa en una pequeña mesa y contempló la armadura negra de Seungmin, quien sujetaba un yelmo con nerviosas manos.

—¿Pelearé? —repitió, alzando la mirada hacia el menor— ¿De qué hablas?

La sorpresa fue evidente en los ojos de Seungmin al escuchar esa respuesta, pero antes de que pudiera decir algo más, un fuerte temblor sacudió el suelo, haciendo que los candelabros oscilaran y las copas se desplomaran, estallando en fragmentos. Chris observó por el ventanal cómo varios árboles caían cerca del palacio de Zeus, mientras una multitud de jinetes guerreros, liderados por un enigmático jinete de cabello negro que ocultaba bajo un yelmo, avanzaban hacia el reino, galopando un caballo blanco con ímpetu.

—¿Hyunjin? —susurró Chris, quedándose sin aliento, al ver la tropa a la lejanía.

Sintiendo el temblor retumbar bajo sus pies, Zeus avanzó con paso acelerado por el pasillo que conducía hacia el salón principal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sintiendo el temblor retumbar bajo sus pies, Zeus avanzó con paso acelerado por el pasillo que conducía hacia el salón principal. El estruendo de los cristales de los ventanales al quebrarse y el agitado vaivén de las lámparas, amenazantes al borde de caer, lo llenaban de una tensión atosigante.

—¡Señor! —exclamó Hermes, logrando detener los pasos del mayor, quien, girándose con una mirada sombría, lo observó en silencio— He cumplido con su mandato y he buscado a Changbin, pero lamento informarle que su hijo ya se encuentra con la tropa de Ares, listos para atacar.

Apretando los dientes con desesperación, Zeus se limitó a asentir y prosiguió su rumbo hacia el salón. Tras traspasar las pesadas puertas, quedó paralizado y turbado a la vez, al encontrarse con Hades, que yacía sentado en el trono, portando una leve sonrisa, mientras sus ojos se teñían de un perturbador y gélido rojo, posándose de manera intensa y exclusiva sobre él.

—Hermano —la voz ronca del pelinegro, que resonó penetrante por cada rincón del lugar, fue el último sonido que alcanzó a escuchar Zeus, cuando sin percatarse, la figura de Hades se abalanzó sobre él como una sombra oscura y tomándolo con fiereza por el cuello, lo alzó en el aire como si fuera una marioneta impotente.

Luna del inframundo | Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora