Epílogo

67 6 2
                                    

Te amo.




Los ladridos de Kkami despertó mis sentidos desconectados en la realidad, veía como las gotas se pegaban al vidrio de la ventana, siendo así en que se volviera fría. La empañé y dibujé un cara sonriente en la mancha blanca. Esperaba a Hyunjin. Ya hacía mucho tiempo en que miraba a la ventana sentado, y cargando a Kkami en brazos, quien se había bajado para ladrarle a la puerta al ver a un canino más grande que él.

Se detuvo, y empezó a rascarse las orejas con las patas traseras mientras sacaba la lengua. Se veía muy tierno.

Volví a mirar la ventana, nuevamente llega el pensamiento que me hizo desconectar de todo. Aquel pensamiento llevaba vivo casi un año. Aunque intentara e intentara, no podía dejarlo en paz, siempre invadía mi mente. ¿Y cómo no dejar de recordar aquella frase? Si Hyunjin la repetía una vez al día, "¿No me recuerdas?" era lo único que me decía después de levantarme.

Esperaba y esperaba a que él me lo explicase, pero no fue así.

¿Qué era eso?

¿Tal vez estaba haciéndome una broma? No, no lo creo. Antes de que convertirnos en pareja lo decía.

Sacudí mi cabeza para olvidarme e irme a cocinar unas deliciosas galletas hechas por el cocinero Lee Félix, calientitas, recién salidas del horno. Era el cumpleaños de Hyunnie, así que debo prepararle una buena delicia.

A lo lejos, escucho como unas llaves suenan detrás de la puerta. Me volteo conmovido fijándome en la cerradura. Kkami chillaba de la emoción, mientras que yo, estaba ansioso y con el corazón a punto de salirse.

— Hola. Hola Kkami ~ — Saludó mientras entraba y tomaba en brazos a su mascota preferida.— ¿Extrañaste a papá?

Hyunjin restregó su rostro en la pancita del peludo y le dio unos buenos besitos. 

Mis labios no podían dejar de formar una curva revelando mis dientes, Hwang era tan lindo y tierno, era inevitable mostrarle una sonrisa abobada.

— Feliz cumpleaños, Hyunjin.

El alto sonrió al escuchar mi voz y al darme una mirada, bajó al can para que correteara en el suelo.

Sentí unos largos brazos que rodeaban toda mi cintura por detrás, luego una cabeza apoyándose en mi hombro y seguidamente de un beso en la mejilla. Sus ojos miraban fijamente en el movimiento de mis manos dedicadas a preparar la masa.

— ¿Qué hace mi bella esposa?

¿Esposa?

La palabra dio un impacto, bufé con risa, ¿por qué de repente me llama de esa manera? Presentí que mis pómulos se coloraron porque sentí el calor por mi cara. Pero le seguí el juego. Se sentía bien.

— Estoy preparando unas galletas muy especiales para mi querido esposo. —Presumí.— ¿Quieres ayudarme?

— Con gusto lo haré.

— Okay, ayúdame a ponerles las chispas.

— Sí, esposa mía. —Accedió, y al terminar un beso en la mandíbula.

El beso provocó un cosquilleo, lo cual hizo que levantara mi hombro y soltara una risita. Hundí el dedo en la mezcla tan espesa, luego miré a Hwang con una sonrisa malévola. Llamé, y al tenerlo de frente, ensucié sus labios rosados.

Hice un pequeño sonidito de satisfacción al hacer mi travesura. Como siempre lo hago, incluso cuando me invita a ayudarlo a pintar, ensucio su rostro perfectamente detallado y hermoso, luego va y se limpia el caos que provoqué y sigue con su trabajo. Sin embargo, en esta ocasión era totalmente lo contrario; él estaba en frente mío, casi a la distancia de un milímetro, tan cerca que escuchaba su respiración.

Secret Secret | hyunlixWhere stories live. Discover now