CAPITULO XXI | Confesarse

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Al estar en la puerta de la casa nadie respondía los golpes que provocaba en la puerta, ¿acaso salieron a alguna parte? Qué bien, así sería aun más sorprenderte el momento en que veré a ellos. Recordé al instante en la llave de "emergencia", así la nombraba papá cuando no encontraba sus llaves o estaban adentro de la casa.

Me fijo en aquella lamparita que estaba al lado de la puerta, retirando la tapita se podía ver la llave, la asirlo con cuidado y la coloco en la cerradura y, al darle vuelta, hace un pequeño sonido indicando en que ya está abierta; la empujo en torno a adentro de la casa dándonos a Chan y a mí una vista asómbrate y tan consabido.

El lugar se veía igual, no había nada distinto en la zona, todo estaba igual como la última visita.

Bang acude a las maletas que aun seguían en el auto. Sin embargo, yo entro a la casa, sentándome en una silla clásica de madera clara muy bien tallada que permanecía en el comedor. Jugando con la maseta tan bonita y las flores realistas que casi estaban al punto de marchitarse, Chan cierra la puerta y deja el equipaje en los muebles cómodos.

***

Un silencio pasaba por el aire, las manijas del reloj resonaban en el silencio, se escuchaban perfectamente en momento de esperar. Súbitamente se escucha un coche estacionarse al frente de la casa rompiendo el silencio que habitaba en la casa, me levanto sigilosamente y encamino a la ventana que era tapada por una persiana blanca y fina.

Abro un poquito sus láminas paralelas y le echo un ojo afuera: un señor de cuarenta y nueve años ya notados, con unas canas tan plateadas y sonrisa ínfula, vestido tan pulcramente salía del coche grande y oscuro, caminando hacia el lado contrario del coche abre la puerta dándole la mano a una señora muy bien vestida y con una apariencia muy envidiosa; sin duda alguna eran mis amados padres.

- ¡Chan, han llegado mis padres! - Doy un susurro caminando en dirección a la puerta.

Ambos estábamos en la puerta, esperándolos pacientemente con una sonrisa pintada en nuestras caras, no faltaba en que un ladrido del can que tanto nos preciaba cada vez que veníamos; se dieron cuenta de que estábamos dentro de la casa.

La puerta se abre, y unos pasitos que se oían tan familiar como si rasguñaran el suelo salen a la luz. Un pastor de Sheltand de una tonalidad oscura nos recibe con mucha ansiedad, ladrando y rasguñando la ropa tan alegremente.

Por otro lado, mis padres estaban asombrados, con un rostro iluminado nos dan un abrazo cálido de bienvenida; mi padre interrogaba de por qué no íbamos a visitarlos a menudo mientras que mamá hablaba de qué tan diferente nos veíamos.

***

- Así que, ya te vas a graduar. - Habla papá.

- Sip. De hecho, estoy buscando en que lugar me apetece trabajar; es muy agotador, ninguno tiene lo que me gusta. - Hago un gesto de berrinche. - Y Channie siempre trabaja.. no puede ayudarme en encontrar el lugar perfecto.

- Ay.. por mi Dios, Lixie. - Suspira papá con su rostro avergonzado de tener un hijo así.

Mamá Lee coge los hombros del señor de cuatro décadas, dándole unos golpecitos para alentarlo y se dirige a la cocina para ayudarme en el postre. Channie revisaba su teléfono acariciando a Sunnie.

Luego de que la comida esté lista empezamos a comer y platicar sobre lo que nos ha pasado últimamente, novedades sobre nuestros hábitos en casa, trabajo, cosas por el estilo. Era una noche maravillosa, me sentía como en los viejos tiempos cuando venía con Bang aquí, riendo y hablando de nuestro futuro juntos; un sentimiento sofocante aparece.

***

Chan se encontraba en la cama leyendo un libro y, una bola de pelos llamado Sunnie estaba echado en los pies de la cama, entro a la habitación con una toalla en la mano vestido con un pijama de cuerpo entero y el cabello mojado; una expresión deprimente se apodera en mi ser, tragando saliva nerviosamente al ver a Bang tan tranquilo, me hacía quebrar del dolor.

- Chan.

- ¿Qué ocurre?

- Tengo que hablar contigo.

- ¿Sobre qué? - Cierra el libro que leía pacíficamente. - ¿Ocurre algo en que te afectó en venir aquí?

- N- No, no es eso.

Camino hacia la cama para sentarme y respirar; mi corazón latía tan fuerte.

- Quiero hablar sobre los momentos en que interrumpo cuando quieres hacerlo o cuando intentas tocarme. - No mostraba la cara, solo una espalda rígida y estable.

- ¿Es porqué estás cansado, no?

- Eso es solo una excusa.

- ¿Excusa? ¿Por qué? - Chan estaba confundido.

- Sabes, que nunca te guardo secretos, pero este lo he llevado por cuatro semanas y ya no podré guardarlo más. - Aplico con una voz quebrante. - ¿Recuerdas el día en que cancelamos nuestro aniversario por el clima?

- Así es.. ¿por qué lo dices?

Un gemido lacerante irrumpe.

- Lleve a un amigo hasta su casa y como la tormenta no paraba.. tuve que quedarme allí. No tenía otra opción.. HanJi, sabes que vive un poco lejos y, Yang vive con su novio, no quería interrumpirlos. - La voz quebrada se transforma en delirante. - Comimos y pasábamos el tiempo hasta que cayó la noche. Tuve que darme una ducha para dormir cálido, no obstante en que él estaba adentro. Y, de repente.. - El recuerdo aparece repentinamente. - Me dio un beso..

Chan estaba en shock, no sabía que hacer.

- Es por eso que.. - Volteo y una lagrima pasa por mi mejilla. - quiero pedirte que nos divorciemos, por favor..

Secret Secret | hyunlixWhere stories live. Discover now