CAPITULO XV | Junto Con Seungmin

75 15 3
                                    

Como cualquier final de trabajo, completamos las organizaciones y recolectar documentos importantes a lo largo de la ocupación. No obstante de que regresaremos a casa de inmediato, debíamos de esperar al embajador a que chequeara el trabajo hecho.

- ¿En serio debemos de esperarlo? Tengo que ir a mi casa. Mi familia espera por mí. - Un compañero queja, y se sienta para reposar.

- Silencio todos. Saben lo que tienen que hacer en este sitio, así que dejen de quejarse.

- Pero, director.. nosotros..

La puerta interrumpe dejando el lugar en un silencio muerto, siendo así, nuestro comportamiento formal se establece repentinamente.

- ¿Son estos los papeles? - Comenta el legado.

- Así es. Nuestros empleados lo terminaron como es debido.

- Huh.. - Se fija en nosotros y nuevamente ojea el criterio. - Este.. ¿Quién lo hizo? - Levanta la octava hoja que le pertenecía a Kim Seungmin. - Este trabajo no está completamente estable.

El castaño levanta el brazo para demostrar que estaba presente.

- Esa hoja es mía, señor.

El físico de Kim no estaba muy bien, su piel se le veía más pálida desconformada a su tono ordinario, era obvio que no pudo comer bien en estos días. No por el incumplimiento de la empresa, al contrario, se saltaba la comida a menudo. - No fue a propósito. Es sólo que, no estaba bien para terminarlo a tiempo.. - Su expresión se vuelve deprimida y culpable, sabía que el embajador no aceptaría excusas.

El legado deja la habitación cautelosa, el director se inclina y deja igualmente la habitación. Todos nos mirábamos con preocupación e inseguridad; no sabíamos qué decir.

Finalmente podemos ir a casa, todos se van despidiéndose con un apretón de manos y un "Hasta luego", pero este no era como el caso de Seungmin, el castaño. Solo se fue sin decir una palabra; era sofocante. Me dirigí rápidamente hacia él y lo invito a comer.

No era mucho, pero al menos debía de asegurarme de que no esté en mal estado; el alto acepta.

***

- Gracias por llevarme aquí, pero.. no era necesario. Podía comer en casa. - El cachorro mira a todos lados evitando mi rostro mientras juga con sus dedos. - Sin embargo, tú me invitaste. No podía decir que no.

- Es verdad, eres mi invitado. Así que, tengo que complacerte, debes de alimentarte bien. ¿Qué dije la otra vez?

- Que no sea muy orgulloso, lo sé. Pero, el documento era demasiado largo, no sabía que hacer. Por esa razón saltaba las comidas..

Oh, mi Dios..

- Deja de dar excusas y empieza a comer de una vez. Se enfriará y será un completo desperdicio y tendré que comerla yo. - Un berrinche sale a la luz.

- No seas tan grosero.

- ¿Qué hice ahora?

- Tú actitud es muy confusa: "Debes de alimentarte." "Si no comes, entonces comeré yo." Ya deja eso. - Uno de los palillos apunta a mi frente.

- El grosero aquí eres tú.

Sus ojos se convierten en blanco y empieza a comer su primer bocado, su rostro se ilumina al sentir la comida deliciosa en su boca; no quiero exagerar, pero de verdad creía que saldría una lagrima acompañado con su gesto; sin embargo, mi sonrisa no pudo evitar mostrarse frente a él, se veía como un niño, no, como un cachorro alegrándose al ver a su dueño después de un tiempo estando alejados; sus aplausos eran tan adorables que reía de ternura.

- ¿Te gustó? - Una risita sale repentinamente.

- Muchas gracias, Bang. Estuvo delicioso~ - Agarra el vaso con ambas manos. - Uhh, la bebida también está deliciosa.

- Me alegra mucho.

Es una ternurita.

- ¿Quieres que te lleve a casa? - Me levanto y recojo mi chaqueta.

- Oh, está bien.

- Está bien. Pagaré la cuenta; mientras espera aquí.

Más adelante de pagar la cuenta y, de manejar por la carretera iluminada por las luces, al fin llegamos hasta su casa. Era muy bonita a simple vista, un jardín rodeando la casa tan preciosa de tres pisos, con ventanas decoradas con cortinas claras.

- Muchas gracias por lo de hoy. De verdad me siento muy bien, ya puedes irte despreocupado.

- No es por nada. Ahora entra, descansa bien.

Acaricio su cabello una última vez, debo admitir que me gusta hacer esta acción, es demasiado adorable en ciertas relaciones. El castaño al final baja del auto y yo arranco sin más.

Al fin llego a casa, y para mi sorpresa veo a Félix golpeando a un chico de cabello azul teñido con una almohada ubicados en el sofá. Suspiro y agarro a mi querido Félix; el castaño daba patadas en el aire estando muy furioso mientras que su hermano se recuperaba de aquel ataque.

Luego, al fin queda dormido en la cama. Se veía igual de hermoso aun durmiendo.

Sin embargo, algo no estaba igual a como era antes. Mi rostro no sonreía con semejanza a las otras veces, ¿tal vez las gasté estando con Seungmin? No, no lo creo. Era algo extraño, mis latidos no eran como los de antes, mis ojos no se iluminaban. Esto no es normal.

Secret Secret | hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora