Amor en la cancha

Edson omega

Edson tiene complejos. Es un omega grande y fuerte, alguien que parece un alfa más que un omega. No es delicado, ni adorable ni alguien que necesita que lo cuiden. Sabe valerse por sí mismo y eso mismo lo ha llevado a aceptar que nunca va a estar con nadie. Sabe que va a estar solo el resto de su vida.

Diego tiene complejos. Es un alfa que parece todo menos un alfa. Es demasiado bajo, y aunque es fuerte y sabe pelear, todos se burlan de él por ser tan pequeño y tener una apariencia que puede considerarse adorable. No parece demasiado un omega, pero tampoco parece un alfa ni un beta. Diego es Diego y punto. Y por supuesto que sabe que difícilmente va a encontrar a alguien que lo quiera teniendo en cuenta que no aparenta lo que debería.

Diego y Edson coinciden un día en el metro. Diego estudia literatura, Edson derecho. Desde ese primer día que se topan sentándose de frente en el mismo vagón se empiezan a encontrar en todos lados. Lo del metro se repite, pero también se ven en los lugares cercanos a sus facultades, resulta que tienen amigos en común, se topan en fiestas, se topan incluso en el mercado.

Diego es quien se acerca a hablar una tarde mientras va de regreso a casa de la escuela. Hablan por cinco estaciones de trayecto y luego Edson baja, Diego sigue dos estaciones más, pero en ese tiempo se dan cuenta de que ambos aman el futbol, que le van al América, que les gusta la misma música... que no son lo que parecen.

Edson le pide su número de teléfono a Diego y envía el primer mensaje. Desde entonces comienzan a intercambiar mensajes casi todo el tiempo. Hablan de todo y nada; descubren que a Diego le dan miedo las arañas y que Edson tiene un tatuaje; descubren que a ambos les acompleja no encajar con su casta y que creen que morirán solos.

No saben quien se enamora primero.

En cuestión de un mes se vuelven uña y mugre. Se escriben diario, se ven al menos una vez a la semana y por la noche, en una especie de reunión virtual mientras hacen tareas que de otra forma serían mucho más insoportables, videollaman; a veces sus video llamadas son solo estar en silencio haciendo lo que sea que tienen que hacer, pero se hacen compañía y aman eso.

Edson es el que lo dice. Una noche simplemente no puede más y le escribe a Diego diciéndole "tengo un perro crush que casi muerde con... tigo". Diego se ríe como loco en su habitación, e incluso salta de la emoción. Al día siguiente es Diego quien inicia el primer beso y todo se siente correcto.

La primera y única pelea fuerte la inicia Edson y la verdad es que no es más que un malentendido que tiene como personaje antagónico al compañero guapo y mayor de Diego. Edson piensa que le está siendo infiel, y nada está más alejado de la realidad, pues en esos tres años que llevan saliendo Diego no ha tenido ojos para nadie más. La pelea termina cuando Diego grita "Él me estaba ayudando a ver cómo te propongo matrimonio, wey".

Edson dice que sí.

Se casan medio año después en una boda chiquita, que apenas contiene una treintena de invitados, sólo las personas más importantes. Diego es el primero en darse cuenta que sus complejos valen madre cuando estás al lado de la persona correcta, cuando se lo comenta a Edson, ríen porque a pesar de todo, se encontraron y se amaron.

Diego y Edson tienen complejos. Pero se tienen el uno al otro para recordarse que juntos son perfectos.