Amor en la cancha

Querido Guillermo

Querido Guillermo:

He recibido tu carta. Tuve que leerla una infinidad de veces para entender lo que pasaba, y créeme, conforme asimilaba lo que pasaba mi sonrisa se iba haciendo más amplia.

Sos el amor de mi vida. Sobra decirlo si te lo he demostrado con cada acción, cada beso, cada pequeño toque, cada mirada. Y también sobra decir que sí, que quiero pasar cada día de mi vida a tu lado, y si los muertos aman, después de muertos amarnos más.

No puedo terminar de explicar como me hace sentir el que decidieras pedirme que seamos esposos. Llevo todo el día sintiendo que estoy eufórico y me está costando demasiado trabajo fingir que estoy tranquilo mientras escribo esto y tú me miras desde la puerta de nuestra habitación. Sé que estás nervioso, que esperabas que llegara y te dijera sí o no apenas vernos. Pero cariño, si yo sufrí leyendo cada línea esperando el momento en que me dejaras, tú tendrás que sufrir un poco más.

Sí que eres desesperado. Decidiste no esperar más y ahora estás leyendo por encima de mi hombro mientras yo aun escribo.

Puedo ver que has llegado a la parte en la que acepto, pues ahora tienes en el rostro la sonrisa más bonita que he visto en mi vida. Claro, lo has leído y es por eso que estás besando mi mejilla y diciendo un montón de cosas cursis que no dirías ni siquiera bajo pena de muerte.

Ahora pretendes que deje de escribir y que vayamos a celebrar nuestro compromiso, ¿Pero por qué sos tan ansioso? ¿Qué no ves que aún necesito decirte que te amo?

Amo como cortas las orillas de tu pan, amo como cuando despiertas no eres tú mismo hasta que has tomado café y ha pasado al menos media hora desde que dejaste la cama. Amo tu cara de concentración cuando estás intentando ocuparte de tus negocios y ser un empresario en toda la extensión de la palabra. Amo la forma en que me abrazas cada vez que llego a casa, amo los besos que nos damos, el como podemos comunicarnos solo con miradas.

Ahora estás besando mi cuello, y créeme, eso también lo amo. Amo cuando susurras a mi oído que me amas tal como lo haces ahora.

Creo que adivino tus intenciones y a lo que te referías con celebrar.

Sí, en efecto. Me has pedido que pare de escribir con esa voz que sabes provoca demasiado en mí.

Querido Guillermo, solo quiero decirte que te amo, y que quiero pasar el resto de mis días contigo.

Sí, quiero casarme contigo.

Te ama:

Lionel.

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Banda, estoy bieeeen sad. Necesito que me apapachen.