Carta

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A estas alturas ya he perdido la cuenta de cuantas noches no he pasado a tu lado. El calendario dice que son menos de cinco, pero mi pecho calcula un millar.

Es muy tonto decir que te extraño cuando fui yo quien pidió no verte más, quien comenzó a sentir ansiedad al recibir un mensaje tuyo ahora que solo somos amigos, quien dijo todas esas cosas hirientes sacando el dolor de que me dejaras.

Lo lamento mucho, te dije que era una mala persona. Pero, Lionel, nunca quisiste creerlo. Te dije que tenía demasiado amor que darte, pero ahora todo ese amor se ha tornado en odio después de que me dejaras de una forma tan injusta.

Entiendo que preferiste decirme que ya no me amabas, que había alguien más que te confundía y que preferiste ser honesto antes que salir a buscar ese amor perdido en otra cama. Pero no puedo negar que dolió, que me quebró el darme cuenta que después de que juraras hasta el cansancio que Ronaldo no iba a ocupar jamás mi lugar en tu corazón, fue eso lo que terminó haciendo.

Messi, no te quiero volver a ver. No quiero volver a saber de ti. No quiero nada que me recuerde tu maldita existencia. Quiero que los meses juntos causen amnesia en mi vida y que lo nuestro se evapore en dirección a las estrellas.

Es ahí es donde voy a dejar el recuerdo de horas al teléfono, de sonrisas compartidas, del beso que te di sin saber que sería el último.

¿Sabes algo? Sabía que te irías. Siempre son los demás los que se van, y yo el pobre imbécil que se queda atrás con el corazón en la mano repitiéndose una y mil veces el mismo maldito refrán: "ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre". Pero es que en el amor, yo no se hacer las cosas a medias. Doy todo o mejor no doy nada.

Ahora que te fuiste espero de manera egoísta que me recuerdes, que al andar por la calle un sábado al medio día de repente escuches una canción, sientas un aroma, veas algo que te recuerde a mí, que sientas ganas de tomar el teléfono y de escribirme "hoy me acordé de vos". Y ¿Quién sabe? Quizá con el tiempo pueda ser que te responda con el mismo cariño que te he tenido desde que comenzó nuestra amistad.

Por un momento te desee el mal, pero ahora solo espero que la vida te bendiga, que pases por el existir lleno de gloria. Espero que él pueda curar todas esas heridas que te han ido haciendo a lo largo de tu paso por este mundo tan cruel y despiadado.

Se que dije hace unas líneas que no quiero volver a verte ni saber de ti, pero la verdad es que espero que algún día nos una el destino, que nos crucemos a media calle, que compartamos un trago y después nos despidamos sabiendo que no volveremos a saber del otro si no es que la casualidad nos junte. Quiero saber de algún modo que conocerte no fue un error, que el destino nos tiene algo preparado, que eres en mi vida tan especial como siempre te he sentido. Y entonces, si es que te encuentro de nuevo, aún con el paso de los años recuerde lo bonito que eres, lo listo y apasionado; y entonces espero recordar que te ame con locura y pasión al calor de mis 25 primaveras.

Te fuiste cerca de las 2 de la mañana. Han pasado algunos días ¿Por qué te siento de otra vida? 

Amor en la cancha Where stories live. Discover now