Patio para dos

Capítulo 23

Una semana después Ethan todavía no había vuelto, y me empecé a preocupar porque no sabía si volvería. A ver, que su trabajo era el gimnasio y algún día volvería pero... ¿y si no? ¿Y si ocurría algo y se tenía que quedar en Francia para siempre? Y no es que me importara porque no éramos nada, pero ¿con quién me tocaría compartir patio entonces? No podía arriesgarme. Mejor lo malo conocido que...

Todos los días habíamos hablado, aunque fuera un solo mensaje y otro en respuesta. Simple cordialidad, supuse. Y ese día decidí meterme un poco en su vida, ahora sí, para preguntar.

Yo:

¿Ya sabes cuándo vuelves?

Y no es porque te eche de menos, no te hagas ilusiones, es porque tus plantas agradecerán que vuelvas, créeme.

Vecino tocapelotas:

¿Me has matado las plantas?

Yo:

No he dicho eso.

Creo que están mustias porque te echan de menos, hay muchos estudios que afirman que tienen sentimientos, que no lo digo yo, lo dicen los científicos, que son más listos.

Vecino tocapelotas:

Vuelvo hoy, cojo el vuelo esta tarde.

Yo:

Se lo diré a Angustias y las demás.

Vecino tocapelotas:

¿Y esas quiénes son?

Yo:

Pues tus plantas, ¿quién sino?

Vecino tocapelotas:

O sea, que encima de matarme las plantas, les pones nombres horrorosos...

Recuérdame que no deje que bautices a ningún otro ser vivo de esta tierra.

Eres de lo que no hay.

Yo:

A ver, es que le pega el nombre, es una quejica, ahí toda pocha y caída, por eso Angustias. Que aprenda, que está muy mimada y la vida es muy dura.

Y la otra se llama Dolores.

La única que sigue así como sana se llama Alegría. Iba a ponerle Milagros, pero no creo que sobreviva tanto como para que tenga sentido su nombre.

Cuando vengas te digo cuál es cuál porque ya se han acostumbrado y si no les llamas por sus nombres igual se ofenden.

Vecino tocapelotas:

Te juro que lo que menos esperaba de compartir el patio, era toparme con una chica que les pone nombres (horrorosos, por si no te ha quedado claro ya) a mis plantas.