𖦞 𝗁𝗂𝖽𝖾 𝖺𝗇𝖽 𝗌𝖾𝖾𝗄 𖥧

72

El silencio se instala en mi habitación con sólo el sutil zumbido del aire acondicionado audible. Está oscuro, la noche oscurece tu cara. Me inclino un poco más cerca a medida que el calor se extiende a través de cada una de mis venas, ardiendo tan dulce a pesar de que me cansa estar siempre tan nervioso.

Hoy es martes y han pasado once días desde que me dijiste que me amas. Once días desde que nos besamos por primera vez. Once días y todavía me pregunto si estoy en un sueño. Después de todo, el tiempo parece durar para siempre en mi cabeza, donde puedo ensayar lo que quiero decirte sin perder mis oportunidades.

Eres mi novio ahora. Meses atrás te estaba robando miradas al otro lado del comedor. Estaba acostumbrado a ver tu espalda y los casi imperceptibles detalles de tu rostro, la luz del sol brillando sobre tus iris. Tu sonrisa desde lejos fue el punto culminante de mi día, lo que guardaba en mis bolsillos mientras caía en un sueño sin sueños, atrapado en los pensamientos de ti.

Pero mes llegó y te vi caminando por el pasillo sosteniendo mi chaqueta, mi corazón revoloteando con mariposas. La gente encontraría la vista tormentosa, como si se burlara de lo que nunca sería, pero hizo a un tonto como yo feliz. Por una valentía ridícula, puse esa chaqueta sobre ti en la biblioteca y ese valor loco me dio algo tan precioso a cambio. Al menos podría mantenerte caliente ese día y tal vez unas cuántas veces más.

Por alguna coincidencia demasiado buena para ser verdad, nuestro equipo se dirigía a casa cuando tú también lo hacías. Por supuesto, no debería haberme importado mucho ya que eran sólo tú y Changbin hablando entre sí. Pero para mí, significaba que sabías que yo era su compañero de equipo. Tenía quizás una pequeñita mancha en tus recuerdos como la persona que era ahora, más alto y un poco menos silencioso.

Durante treinta minutos permanecí ansioso, sabiendo que nos quedaríamos a solas después de que Changbin y Wooyoung bajaran. ¿Debería decirte algo cuando nos quedemos sólo tú y yo? ¿qué digo? ¿pensarías que soy extraño si te hablara? Era un manojo de nervios, mis palmas estaban sudorosas mientras seguía en la esquina. Jongin me preguntó si había algo mal y apenas pude dar una respuesta.

Cuando todo el mundo se fue, el silencio me dijo qué hacer. Éramos extraños, no los dos pequeños niños de antes apretados en la multitud de la mañana. No teníamos ninguna obligación de hablar el uno con el otro, te extrañaría si me acercara. Con mi corazón hundido en mis entrañas, miré a mis pies, disfrutando de los pocos momentos que quedaban de soledad contigo.

Nunca podré olvidar la forma en que retrocediste y me hablaste. Con una sonrisa suave, dijiste que debía estar cansado y me perdí a mí mismo, afortunadamente tan sólo unos segundos. Habían pasado dos años desde que me hablaste con la esperanza de una conversación. Lo más que había recibido fueron los cortos "disculpa" cuando tú pasabas rozándome en el tren y eso era suficiente para iluminar mi día. Pero aquí estabas, mirándome y esperando una respuesta de mi apretada garganta.

Mis piernas dolían por los circuitos que nuestro entrenador nos hizo hacer. Mis brazos estaban doloridos y cuando salí de la cancha de baloncesto, en todo lo que podía pensar era en ir directamente a casa a descansar. Pero no podía dejar ir la segunda oportunidad que me estaba dando el destino después de haber perdido la de hace dos años. ¿Estabas molesto cuando te enteraste de que mentí, Seungmin? Lo siento por decir que me bajaba en la misma estación que tú, a pesar de que la mía era una después de la tuya. Sólo quería pasar tanto tiempo como pudiera contigo. Después de todo, podría haber sido el único día que conseguiría alguna vez hablar contigo así.

Al día siguiente, un poco de valor insano me hizo bajar por esas escaleras hasta ti. Con la conversación de ayer rebosando en mi caja torácica, el sonido de tu voz quemando en mi corazón, pensé en cómo tú te acercaste a mí y tomé prestada tu confianza. Fue a partir de ahí que supe que era posible caer aún más profundo por ti.