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Hyunjin se pone de pie, con el entusiasmo revoloteando en sus pupilas. Probablemente planeó ir al mercado nocturno con otra persona, pero el proyecto se interpuso en su camino. Esa es la vida de nosotros los estudiantes; la escuela siempre nos molestará.

Un brillante color rosa salmón tiñe el cielo nocturno, como las mejillas enrojecidas y los dedos tímidamente entrelazados, el aire frío eriza nuestros brazos mientras caminamos juntos por la calle.

—¿Vas a menudo a este tipo de cosas?— pregunto.

Él niega con la cabeza, las esquinas insinúan de manera sutil alegría. Lleva una chaqueta colgada sobre su hombro.

—La gente siempre viene acompañada— comenta dejando el resto para mi interpretación. La tonalidad cereza que tiñe su rostro le da un toque dulce a sus características principescas. —¿Qué hay de ti?

—A veces... Fui solo una vez— le respondo, recordando a mi yo de catorce años de edad, insoportablemente aplastado entre las personas. —Estaba bien hasta que las parejas empezaron a llegar.

—Van a pasar el rato. Es incómodo— se ríe. —Es por eso que observo desde lejos.

—Bueno, hoy soy tu cita— bromeo —Así que vamos a explorar al máximo.

Después de una pausa embarazosa, tararea con voz ronca. Levanto la cabeza para observar el mercado nocturno, ya hay una pequeña multitud a pesar de que algunas tiendas no se han establecido todavía. Hay gente poniendo sus stands y la iluminación, un vocero grita en la entrada para que la gente venga.

Compramos hotteok y algunos dumplings, mordisqueamos panqueques mientras nos abrimos camino a través de la multitud. Al parecer quitaron el estacionamiento que había aquí desde que demolieron el centro comercial, por lo que están abriendo un mercado nocturno permanente en este sitio. Hay una gran variedad de tiendas, además de los puestos de comida habitual, desde tiendas de ropa hasta tiendas de dulces.

—¿Quieres probar eso?— tiro de su manga, entrecerrando los ojos en la tienda de juegos que está a nuestro lado. Él detiene sus pasos, haciendo frente a lo que estoy viendo. Es un juego de tiro al blanco, donde le disparas a unos globos.

Asiente con la cabeza y con entusiasmo saco algo de dinero. —Un juego para cada uno, por favor.

Como era de esperar, Hyunjin se mete de inmediato la mano en el bolsillo para pagar, pero rápidamente empujo un dumpling contra sus labios, distrayéndolo.

—Vamos— empujo su brazo y agarro un rifle. Las balas estallan fuerte y rápidamente logro golpear siete de los diez globos. Él anota cinco de diez, me detengo mientras el tendero carga otra ronda para mí.

—Eres bueno— Hyunjin me elogia. Sonrío, recogiendo de nuevo el arma y disparo.

—¡Nueve!— aplaudo, acariciando la parte superior del artefacto negro. Tal vez me hubiera ido bien en el club de armas de aire comprimido.

Él se ríe ligeramente, disparando y golpeando uno de cuatro.

—Chicos, pueden disparar al mismo tiempo— el comerciante le habla a Hyunjin y él simplemente asiente, volviendo a mirar mientras disparo. Esta vez, disparo cautelosamente, pero desgraciadamente consigo acertarle a siete.

—Son doscientos treinta puntos— cuenta el tendero. —Pueden escoger los premios que están en el estante inferior. O pueden jugar otras tres rondas para conseguir mejores premios.

—Son todos juguetes para niños— resoplo divertido, explorando los bloques de construcción y los juegos de cocina. Se ríe y señalo un gorro tejido de color naranja que está en una esquina.

𖦞 𝗁𝗂𝖽𝖾 𝖺𝗇𝖽 𝗌𝖾𝖾𝗄 𖥧Where stories live. Discover now