🌆; 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘵𝘸𝘦𝘯𝘵𝘺

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20: Llámame novia.

Eun Ji.

En cuanto llegamos al hotel un par de trabajadores nos llevaron directamente a las habitaciones.

—¿Puedes creer que tenga que dormir en la misma cama que Min? —se quejo Borah, quien se encontraba acostada cómodamente en la cama de mi habitación.

—Sí, lo creo —contesté sin mucha gana mientras sacaba la poca ropa que traje de las maletas.

—¿Y puedes creer que dice que ronco cuando duermo? —espetó ofendidísima.

—Borah, tú roncas cuando duermes —confirme las palabras de Yoongi— Aunque es un idiota por no querer hacerse responsable del bebé, no le digas nunca que tiene la razón.

Ella se quedó callada unos instantes.

—Es que… esto no es un juego de niños Eun Ji —ella se levantó y me miró con seriedad— Él no quiere saber nada de este niño porque está asustado —fruncí el ceño, confundida, hay algo que todavía yo no sabía en Sta historia—, él es huérfano y al haber crecido sin padres… no cree poder ser un buen papá para mi niño.

—O niña —corregí.

—Ya Eun Ji, ¿Quieres ponerte seria de una vez? —carcajeé un poco.

—Lo siento, lo siento —limpié una lágrima imaginaria de mi mejilla—, son las hormonas, las tengo revueltas por mi período.

En ese momento sonó el timbre de la puerta principal.

—Iré yo —dije al no ver ningún ademán de Borah.

Al abrir la puerta me encontré con un hombre vestido de mayordomo.

—Buenas tardes, señorita —reverenció— el señor Jeon me ha destinado a su completo cuidado y comodidad —negué.

—No es necesario —dije.

—Son órdenes estrictas que me veo obligado a cumplir —me extendió una bolsa de nailon con su mano derecha—. Son sus compresas —y con su mano izquierda una pequeña bolsa de papel— y estos sus medicamentos con la hora indicada para el consumo y sus dosis.

No tuve más remedio que ser cortés y tomar todo lo que había traído.

—Si me disculpa, me tomaré la molestia de avisarle justo en cuanto sea su horario para tomarlas —volví a negar.

—Todo esto no es necesario, Jungkook… eh, el señor Jeon, no tiene por qué hacer esto. Puedo y sé cuidarme sola —el mayordomo entreabrió los labios para hablar—. Déjeme adivinar —no lo dejé pronunciar palabra—; son órdenes estrictas de Jeon —el asintió apenado— Pues dígale de mi parte al señor Jeon que Eun Ji no quiere ningún cuidado especial por ningún mayordomo, con todo respeto.

El pobre hombre sonrió y volvió a hacer una pequeña reverencia para marcharse.

—Con su permiso —me dió la espalda y comenzó a caminar.

Cerré la puerta y volví a la habitación.

—¡Es indignante! —grité enojada arrojando todo encima de enorme cama.

—¿Qué cosa? —preguntó Borah.

—Que Jungkook sea más mi padre que mi… no sé, que mi compañero —espeté.

Me tiré boca abajo a la cama haciendo rebotar a Borah.

—¿Qué hizo? —ella volvió a recostarse.

—Puso a un mayordomo como mi niñera mientras él no está —soltaba las palabras con ira y casi no se me entendía nada— ¿Es que, qué se cree? ¿Qué no me puedo tomar una puta pastilla sola? Ahhh no, ¡Como Eun Ji es una maldita enferma no puede hacer nada sola porque se le olvida todo, como se le olvidó empacar la otra mitad de su ropa! —Borah se lanzó encima de mí a abrazarme.

—Todos son unos malditos idiotas —murmuró— Pero ese idiota lo hace porque te quiere, amiga. Te quiere en verdad.

—Es que no es justo —suspiré— ni siquiera sé que somos. Si somos algo o no somos nada. Pero se las da de-

—¿De qué me las doy, Eun Ji? —sentí su voz a mis espaldas. Me volteé rápidamente, asustada por la reacción que pueda llegar a tener por mis palabras.

Su cara no reflejaba nada. Absolutamente nada. Ni una sola expresión en su rostro. Era abrumador y me asustaba aún más.

—Yo… mejor me voy —oí ya a Borah cuando estaba en la puerta, y se marchó.

—¿Cuánto exactamente oíste de eso? —Jeon negó.

—Lo suficiente para saber que creo que me odias —arqueé una ceja.

—Te equivocas, no te odio, solamente estoy un poco muy enojada contigo —aclaré. Jeon se acercó a mí. Puso una mano en mi mejilla e inclinó su cabeza de lado.

—Solo hice eso para tu comodidad, porque te aprecio mucho, Eun Ji —intentó besarme pero me aparté, levantándome de la cama.

—¿Me aprecias? —pregunté irónicamente— Vamos, Jeon, no sé que somos. ¿Siquiera somos algo? Porque no lo tengo claro aún.

—¿Que qué somos? —volteó a verme, a este punto él estaba igual de enojado que yo— ¿Eso es lo que te preocupa? —espetó— Entonces somos lo que tú quieras; puedes ser mi novia, mi mujer, mi amiga, mi todo si te da la gana. Porque ya me enamoré de ti y eso… ni aunque quisiera podría cambiarlo.

—Podrías ser un poco más romántico ¿sabes? —rió.

—No te entiendo para nada tus cambios de humor a veces —palmeó su frente recostandose en la cama.

—No, no, no. Me entiendas o no eso no cambia que seas demasiado sobreprotector conmigo, no me dejas respirar sola, Jungkook… —del otro lado de la pared se oyó un estruendo, venía de la habitación de Yoongi y Borah, pero no permití que eso me desconcentrase—. Hoy vas a dormir en el sofá, y no te quejes porque es bastante grande. Para que reflexiones sobre tus excesivos cuidados.

—No Eun Ji. Hago todo lo que tú quieras —¿todo lo que yo quiera? ¿en serio? con sobornos tan baratos no va a poder hacerme cambiar de opinión, Jeon Jung Kook todavía no conoce quién son yo— por favor, te voy a cocinar, voy a dejar de ser un idiota, pero por lo que más quieras; déjame dormir contigo ¿sí?

—Eso jamás —señalé el sofá al otro lado de la habitación, me acerqué a la cama y tomé una almohada y una manta, se las tiré encima—. Ahora ve al sofá, ah y a partir de ahora llámame novia, veremos si mañana cambio de opinión.

A las apuestas; j.jk ✔ ⩩terminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora