🌆; 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘵𝘩𝘳𝘦𝘦.

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03: My lady.


Jeon.

-¿Sabes?, me da un poco de miedo dejar a Kang ahí, después de todo pasé mucho tiempo con él -soreí de lado. Va a ser un poco más difícil de lo que creí hacer que esta chica olvide a ese hombre.

-Puedes quedarte -estaba dispuesto a dejarla con él, después de lo que le había dicho a Kang seguro ni la miraría, pero aún así...- no me molesta -me molesta.

-N-no, no me quiero quedar, simplemente hay una parte de mí que... siente lástima.

-Mhh -sonreí de lado.

Me tomé la confianza de, antes de salir de su apartamento, pasar mi mano derecha por su cintura, era pequeña. Entonces me surgió la duda.

Nadie era tan perfecto como esas facciones, y su cuerpo, incluso sus imperfecciones eran lindas.

-¿Tú te has...? -no sabía cómo formular la pregunta. ¿Será que le molestaría? Mejor me quedo callado.

Pero ya era muy tarde.

-¿Operado? -completó mi frase con una sonrisa tímida en su rostro- Estéticamente sí. Hace unos años no estaba muy contenta con mi físico. No soy completamente plástica pero... -en ese momento apreté mi mano en su cintura y apoyé mi cabeza en su hombro.

Era vulnerable a este tipo de situaciones. Aunque nunca lo voy a aceptar en público.
Tengo una imagen que mantener ¿ok?

-Eres perfecta -susureé en su oído y ella soltó el aliento retenido de golpe.

Alejó mi mano y trastabilló hacia atrás.

-¡Aléjate! -gritó.

Yo me carcajeé sonoramente por su cara de horror espantosa, al punto de tener que apretar mi estómago en un intento por dejar de reír. Ya a este punto comenzaba a doler.

Y me fijé en su pijama. Un pequeño short de satin y un top de encaje casi transparente que me permitió darme cuenta que no llevaba brasier.

Mi risa había desaparecido. Recobré un poco la compostura y me quité el saco de mi traje. No podía permitir que la gente la viese de la misma manera que yo. Y no estaba dispuesto a quedarme un minuto más en esta casa a esperar que se cambiara.

Me acerqué a ella, quién sudaba frío y se abrazaba los pechos en un intento por cubrirse. Pasé mis brazos a su alrededor y colgué mi saco en sus hombros, su rostro se volvió carmesí e instantáneamente hizo una reverencia para agradecerme, lo que hizo que su cabeza se diera de lleno contra mi pecho.

Bien hoy la noche está muy incómoda.

-Ah-am -carraspeé la garganta alejándome de ella con rapidez.

-¿Nos vamos ya? -dijo.

Parpadé seco por unos minutos y luego asentí.

Eun Ji me abrió la puerta. Algo que hallé complicado de hacer dado que su cerradura era antigua, y lo que ella hizo en menos de un minuto yo lo hubiera hecho en treinta.

Le abrí la puerta del copiloto de mi Subaru, un Outback. Hoy conducía yo.

-Este no es el auto del otro día -juzgó.

-¿Por qué tendría que serlo? -le guiñé un ojo.

...

Su mirada se iluminó al ver todas las tiendas de ropa.

A las apuestas; j.jk ✔Where stories live. Discover now