🌆; 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘴𝘪𝘹.

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06: Callen y escuchen.

Eun Ji.

Estoy enferma; eso quería decirle. Quería que se alejara de mí, porque después sé que no querría olvidarlo. Pero aunque no quisiera lo haría.

No quería que Jeon se metiera en mi mierda tanto como lo hizo Kang. Con él tenía fotografías en parques, atardeceres y playas, a pesar de que también tenía fotos de moretones, heridas en el labio y golpes. Ya que sin duda, el día que lo olvidara… no querría tener una imagen de él como una persona maravillosa, bueno, eso sí, pero también quería recordarlo como el imbécil borracho que me golpeaba hasta que me desmayaba, débil en sus brazos.

—¿A dónde me llevas Jeon? —limpié un lágrima.

—Recuerdo haberte dicho que era una sorpresa —apretó la mano en mi muslo y sonrojo se volvió cincuenta tonos carmesíes más fuertes que el que ya tenía de llorar.

—Ahora mismo no quiero una sorpresa —miré por el cristal del auto, disimulando mi sonrojo.

—La quieras o no la tendrás —se encogió de hombros con una media sonrisa en los labios.

Esos labios que parecen hechos solo para besar a Diosas. Sin embargo él me quiere besar a mí ¿no? Si fuera de otro modo no se tomaría tantas molestias conmigo.

Necesitaba aclarar mi duda.

—Dime, Jeon —indagué y de pronto mi voz se hizo más profundo — ¿Por qué haces esto conmigo? Digo, hay más mujeres en el mundo mucho más bonitas y… naturales que yo.

Se volvió a encoger de hombros y no contestó pronto.

—No es el físico solamente. ¿Te lo han dicho ya, Eun Ji?

Silencio.

No me atreví a contestarle. Siempre me convencía para ir a donde él quisiera. Esta vez no había sido la escepción, pero…

—No quiero ninguna puta sorpresa Jeon. Detén el maldito auto.

—¡La tendrás! —espetó severo descargando su ira contra el volante del auto que para nada tenía la culpa. Como siempre, Eun Ji teniéndole compasión hasta a un volante de coche— ¡¿Qué no ves, joder?!

Lo miré incrédula, apartando la vista del camino.

—¡Hago todo esto por ti! —gritaba aún mirando hacia el frente. Su perfil era atractivo, aún cuando pareciese que quisiera matarme. Pero eso no era un buen tema para pensar ahora mismo— Porque te ves rota, muy… —se detuvo a pensar—, muy… dolida. Parece que tu corazón se ha roto en muchos pedazos.

—N-

No me dejó contestar.

—Calla y escucha —quitó su mano de mi muslo y la posó sobre mi mejilla, sin dejar de ver un segundo el camino.

Idiota pero no negligente.

—No me importan tus insignificantes operaciones. Puedo verme como el abre piernas más sexy de Corea —arrogante—, y puede que lo sea —me guiñó un ojo—, pero trataría con cariño hasta una mosca si tiene el nivel de depresión que yo veo en ti.

¿Qué sabe él sobre eso? No, más importante:

—¿Qué sabes tú sobre mí? —indagué— Sobre todo lo que supuestamente tú dices que es depresión y yo digo que es otra cosa.

—Tienes razón, no sé lo que te pasa. Pero me lo contarás —mis manos temblaron y creo que lo supo—, todo a su tiempo  my lady.

De pronto me bajé de la nube. Está claro lo que él quiere, Eun Ji. Te va a usar, abrirá tus piernas y luego te tirará. Todas esas son palabras lindas que cualquiera puede decir tan solo con abrir su boca.

A las apuestas; j.jk ✔ ⩩terminadaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant