🌆; 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 𝘴𝘦𝘷𝘦𝘯𝘵𝘦𝘦𝘯

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17: Huevo de mármol y fotos.

Jeon.

Eran las siete de la mañana cuando sonó mi alarma. La luz se filtraba por una rendija y me causó un pequeño mal estar que no quería que al rato de convirtiera en una jaqueca.

—¿Eun Ji? —murmuré aún con los ojos cerrados. Estiré mi brazo hasta donde se suponía, debía estar durmiendo y no la encontré.

Abrí mis ojos y me encontré con una notita al lado mío.

“Cielo, salí de compras forzadas
a la ciudad con Borah y Seokjin”

PD: No pienses mal, el nos obligó.

Y para finalizar la marca roja de un beso en la esquina de la pequeña hoja.

Ya sabía cómo era Seokjin. No podría culparlas. Además mentiría si dijera que en algún momento él no quiso llevarme de compras también. Simplemente dejé pasar la situación, estando conciente de que llegarían en pocas horas para tomar el vuelo.

Así que solo me recosté en la cama a revisar las notificaciones de mi móvil.

Habían un par de mensajes de Yoongi quejándose de lo que roncaba Borah y pidiendo hasta por señales de humo que la sacaran del cuarto. Un correo electrónico de Hoseok con el nuevo régimen de medicamentos de Eun Ji. Y un mensaje de KakaoTalk proveniente de ella.

El siguiente que abrí fue este. Dándome cuenta que eran fotos. Cuando se descargaron y dejaron de ser borrosas pude ver algo que ni siquiera me había imaginado.

Eun Ji más lencería.

Eran tres fotografías en total.

En la primera usaba un disfraz erótico de vaquita que consistía en una braga transparente con una falda diminuta de color blanco con manchitas que solo cubría unos diez quince centímetros de piel. Un bra con el mismo estampado que solo cubría sus pezones, de tela tan fina que hacía que se marcaran. Una diadema con las orejitas y la colita.

Eun Ji posaba de rodillas con las piernas abiertas frente a la tina del baño con su mano derecha sujetaba la punta de la colita y la otra mano la llevaba apoyada en el suelo.

El comentario de la foto decía:
Espero haber hecho esto bien. Nunca había utilizado trajes como estos.

Ignoré por un momento el mensaje de la foto y pasé a la siguiente.

Esta segunda era una lencería con todas las de la ley.

El conjunto constaba de unas medias panties negras hasta los muslos, de ellas se amarraban con pequeñas cadenas unas cintas que pasaban del interior de sus muslos hasta su cintura de ahí daban una vuelta enredándose y pasaban por el medio de sus pechos, terminando en el cuello con una cadena dorada un poco más gruesa. En los pechos llevaba parches negros en forma de corazón. Y no había nada cubriendo su parte íntima. Llevaba una venda en los ojos.

Está vez Eun Ji posaba delante del espejo del baño con las piernas entreabiertas y una mano en la base de sus pechos. Podía apreciar desde la cabeza hasta los pies el cuerpo de mi chica.

En esta imagen no dejó ningún comentario. Ella debía estar igual de anonadada que yo. Con excepción de que yo ya tenía una erección que ella no me iba a poder solucionar.

En la tercera foto usaba un mini traje de policía. Debajo de la camisa ajustada que le llegaba hasta solamente la mitad de sus pechos, dejando fuera la otra mitad no llevaba bra ya que sus pechos se marcaban a la perfección. Un mini short, que parecía más una braga con un cinturón grueso. Y de complementos la gorra de policía y una placa en su mano derecha. La pose era la misma que la anterior. Pero esta sí tenía un comentario.

¿Se está portando usted mal, señor Jeon?

Joder. Esta chica me prendía.

Ni siquiera le contesté alguno de sus mensajes. Fui directo a la ducha a tirarme la paja más feliz de mi vida.

Nos encontrábamos desayunando en el patio. Las chicas y Seokjin ya habían regresado.

—¿Y, cómo les fue? —pregunté.

—Bien —respondió Borah, sencilla y encogiéndose de hombros.

Nos habíamos sentado en lugares estratégicos. Eun Ji y a mi lado y Seokjin y mamá en el otro para que Borah y Yoongi pudieran estar más tiempo juntos y arreglar lo que sea que tuvieran que arreglar.

—Espero que me hayan traído algo, ya que como soy vieja no tengo sentido de la moda —espetó mi madre, ofendida, sin haberse quitado aún su mascarilla rejuvenecedora ni sus rulos.

—Siempre pienso en ti —dijo Jin sacando una pequeña bolsa de regalo de quién sabe qué lugar.

—¿En serio?

—Ábrelo ya, mujer —incitó Yoongi con unas ojeras dignas de fotografiar. Mi madre asintió entusiasmada.

Sacó el regalo que era nada más y nada menos que un huevo de mármol con una base dorada que no dudé en indentificar como oro.

—Debe haber costado una fortuna Seokjin —dijo mi madre asombrada del hermoso detalle. Y sí, era hermoso, la verdad.

—No me mires a mí —se encogió de hombros el castaño—. Fue un regalo especial de Borah.

—¿Borah? —dijimos Yoongi, mi madre y yo al unísono. Eun Ji asintió.

La embarazada estaba totalmente roja y escondida detrás de la ensalada de frutas que se estaba comiendo.

—¡Ah querida! ¡Te lo agradezco un montón! —mi madre se paró de su silla y fue hasta el lugar de la chica. La brazó y besó.

—Creo que ya me ganaron el aprecio de tu madre —me susurró Eun Ji al oído— Lamento no haberle podido comprar algo así. Yo no tengo tanto dinero como Borah.

Me indignaba oír eso.

—Tú eres la persona más linda, buena, amorosa, cariñosa, sexy, caliente, tierna, sexy, ¿ya dije sexy? —ella rio por mi comentario bobo—. Lo que quiero decir es que… tú no necesitas regalar nada, tan solo con tu forma de ser haces que las personas te quieran. Sin ánimo de ofender a tu amiga, claro está.

Ella me sonrió mostrando todos sus dientes y me abrazó.

—Te quiero —me dijo. Sacó su cámara de fotos instantáneas del bolso que traía al pie de la silla y se levantó— ¡Una foto! —gritó— Pero no posen pare que se vea natural.

Volteó la cámara al revés con el lente hacia nosotros y se puso frente a ella, nadie se molestó en posar.

Al final cuando la foto salió todos reímos al ver el resultado; mi madre regañando a Seokjin porque no le compró mi una prenda de ropa pero con el huevo abrazado como si su vida dependiera de ello. Borah jalando de una oreja a Yoongi porque este le había dicho que roncaba mucho y no le quería pasar la mantequilla de la cual tenía antojos, éste le ponía mala cara. Yo besando a Eun Ji en la mejilla y ella haciendo muecas raras. De fondo se apreciaba el bien cuidado jardín y uno que otro guardia diminuto a lo lejos.

Esto…

Esto se sentía una familia.

A las apuestas; j.jk ✔Место, где живут истории. Откройте их для себя