❂ capítulo cuarenta y nueve ❂

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Maratón final 5/6


JAEKHAR






Jaekhar no podía creer lo que estaba viendo; Zeerah estaba montando a Riskhar.

La bruja estaba sujetada al lomo de su dragón, con su capa negra ondeando detrás de ella, la luz azul le daba un aire glorioso. Sintió como su corazón daba un vuelco y su atención se quedaba petrificada en ella.

—¡Aléjate de ellos! —gritó desde el techo resquebrajado. Con cada segundo que Riskhar seguía ahí arriba, el polvo caía como lluvia sobre sus cabezas; podría causar el derrumbe completo del salón. Había un dragón sobre el trono de Gindar.

Arwan abrió los ojos como platos durante un momento tan rápido que fácilmente se lo hubiera perdido sino se hubiera girado a verla automáticamente. La Matrona hizo su mejor trabajo en mantener una expresión divertida después de eso, como si todo eso hubiera sido algo que estuviera esperando desde el principio.

Jaekhar no. El príncipe quería gritar, correr, hacer un centenar de preguntas... pero cuando se giró hacia Sander, este tan solo lo contempló con ansiedad. Quería salir de ahí, necesitaba sacar a Daerys de ahí antes de que todo empeorara.

—Pequeña sobrina —saludó la bruja, adoptando una pose elegante, alzando su mentón de manera orgullosa—. ¿Cómo es que no estás en un barco, cruzando el mar? Creí haber sido bastante clara cuando dije que era mejor que te marcharas.

Jaekhar volvió a mirar a Zeerah, quién seguía sentada al lomo de Riskhar, luciendo igual de orgullosa. Desafiante, incluso.

—He venido a salvar esta tierra, a salvar a los príncipes.

Arwan se rió.

—¿Te estás escuchando, sobrina? —la Matrona dio un paso hacia adelante, moviendo los gigantes bloques de escombro con vagos gestos de sus manos—. El poder que he alcanzado... Lo has visto ya, no hay manera de que puedas vencerme.

Zeerah pareció temblar ante la mención de la profunda oscuridad que había cubierto al continente, pero se mantuvo recta.

—¿Por qué no podría hacerlo?... Porque soy solo una... ¿deshonra? —dijo con un tono de voz trémulo—. Porque no resulté ser lo que estabas buscando. ¿Nunca sentiste curiosidad, tía,  por lo que me ocurrió el día del ritual?

Arwan se detuvo por un segundo, preguntándose si lo que su sobrina decía tenía alguna relevancia o solo buscaba una manera de distraerla. Jaekhar vio el segundo exacto en el que prefirió lo segundo. No sabía lo equivocada que estaba...

Y es que algo había cambiado dentro de Zeerah.

Usualmente actuaba como un cachorro asustado cada vez que Arwan estaba cerca. El príncipe lo había notado desde el primer momento en el que pusieron un pie en ese sitio. Ella bajaba la cabeza, se mezclaba entre las demás para no llamar la atención y había incluso aceptado una misión para traicionarlos, solo con la esperanza de obtener su aprobación... pero ahora, Zeerah estaba brillando.

No en el sentido literal; la bruja parecía harta de refugiarse entre las sombras. Había una luz de convicción en sus ojos de oro, confianza donde antes había miedo. Valor. Había venido a salvarlos.

—Zeerah. Vete. No lo volveré a decir —dijo la Matrona, usando un tono irritado.

Pero ella lo miró. Durante un breve momento, sus ojos se conectaron y el príncipe pareció recibir su mensaje: cúbrete.

Drakhan NeéWhere stories live. Discover now