Reporte de Misión (Aizawa Shouta x T/N) +21

Cap 31: Clandestinidad Peligrosa

La noche se sentía fría, los clientes salían del lugar y T/N los despedía con una reverencia de agradecimiento por haber elegido su establecimiento. Mientras limpiaba la barra escuchaba, como acostumbraba, la conversación de dos hombres en una mesa cercana a la barra, ambos tenían en la cuenta bastantes cervezas encima y estaban compartiendo una botella de sake, eran los últimos clientes que quedaban.

- ¿Y cuánto podría costar eso? – preguntaba un hombre de cabello negro cuyo flequillo cubría la mitad de su rostro – Es un traje costoso.

- Los de acumulación siempre necesitan trajes más costosos para que no estallen o algo así cuando usen sus dones – el otro hombre contestó, de pelo gris y corto con un flequillo sobre sus agotados ojos, parecía que le faltaba un diente, T/N lo notaba por su sonrisa -, pero, para ti amigo, por ser un precio especial, te lo dejaré en 150 mil yenes.

- ¡Giran! Creí que éramos amigos – el del flequillo se rascó la nuca -, ¿en cuanto tiempo debo conseguir ese dinero?

- Cuando los tengas... - el hombre le tendió una tarjeta al otro – solo llámame.

T/N se acercó para llevar la cuenta cuando uno de ellos le hizo una seña, pagaron en efectivo y se fueron. Recordó que siempre veía a ese hombre de cabello gris frecuentando el bar. Se preguntó de qué estarían hablando, pero solo hizo su trabajo, limpió la mesa y, como era su obligación dejó todo en orden antes de cerrar el bar.

Caminando a casa, el viento estaba agitado, de seguro comenzaría a llover en cualquier momento, revisó su bolso, no tenía suficiente para tomar un taxi, le tocaría caminar de nuevo a casa. Ya había vuelto a su vieja residencia, no se sentía sola, pero extrañaba la compañía de los héroes con los que había vivido por tanto tiempo. Era noche de práctica con Aizawa, al llegar, se cambió de ropa por una más cómoda y ceñida; ni siquiera se duchó, de cualquier manera, el héroe la haría sudar bastante como para perder tiempo en la ducha.

T/N preparó el lugar, días antes había instalado un dispositivo similar a un rociador de incendios que en realidad solo era la tapa del mismo, por dentro, tenía un gancho metálico que usaba para practicar con las vendas como si fuera una polea. Hacía más de tres meses que los cerezos habían florecido. Tenía meses entrenando muy duro, había días en los que Aizawa le daba una paliza tal, que ni siquiera podía dormir por la frustración de su fracaso; pasaba día y noche intentando dominar las ataduras, practicaba con casi todo lo que podía, mientras seguía observándose y cuestionándose en el espejo por qué su entrenamiento tan agresivo no la hacia lucir como Mount Lady, sino más como Mirko. No quería ser musculosa, quería ser atractiva.

Cuando Aizawa llegó, ya T/N había acondicionado sus músculos para iniciar.

- ¿Qué tal el trabajo? – preguntó ella mientras él se quitaba los zapatos.

- Los adolescentes son un dolor de culo – respondió sin mirarla -. ¿Qué tal el tuyo?

- Los ebrios también son un dolor de culo.

Rieron por lo bajo, ella le ofreció un vaso con agua que él apuró. Luego de saludarse, el se levantó y sin más, se colocó sus antiparras, ella sostuvo su arma de captura en su cintura y tomó uno de los duros bambús que Bo solía usar cuando la entrenaba, también había estado practicando con eso.

La batalla inició con Kakureru atrapando a Aizawa, atándolo de brazos y manteniéndolos pegados a su cuerpo, le asestó una patada a uno de sus muslos que lo hizo caer, pero en un mismo movimiento se levantó de inmediato y manipuló la atadura de la chica para que la ataran a ella. Ella ya conocía ese movimiento; antes de que la apretara y halara hasta él, preparó un golpe frontal y logró golpearlo en la cara. Pero claro, eso no era suficiente para vencerlo; sin embargo, lo hizo parpadear. Ella se deshizo de sus ataduras y se aplanó, camuflada, comenzó a desplazarse y a golpearlo desde sus puntos ciegos. Logró quitarle cinturón, que últimamente era uno de sus principales problemas cuando lo combatía.