Ahora necesito verlo, necesito saber que esto es real.

Caminamos hacía la oficina donde siempre se encuentran la rubia y su compañero James, tengo una extraña sensación en mi estómago, como si quisiera vomitar más no puedo hacerlo, la tensión no me deja estar relajada, pero ¿Como podría estarlo?

Nada tiene mucho sentido en este instante, parece un sueño...

Quedamos parados frente a la puerta, no digo nada solo aprieto el puño como si quisiera aferrarme a algo o a alguien, Rose abre la puerta y vemos a James sentado donde siempre.

-Buenos días Rose -ambos se saludan - Anna -ambos asentimos a forma de saludo.

-¿Está en camino? -preguntó la rubia.

-Si -respondió el oficial.

Tomé asiento en una silla que estaba a un lado, sentía mis piernas temblando cada vez más y tenía miedo de caer, ambos oficiales solo podían observarme mientras yo evitaba sus miradas y contaba los segundos, necesitaba enfocarme en alguna cosa.

Miré una pintura en la pared y enfoqué toda mi atención en ella, era linda aunque probablemente Rose no la haya escogido, no es muy de ese tipo de cuadros, le gusta decorar las paredes con fotos.

-Oh, siento tanto la tardanza, es difícil acostumbrarse a este lugar -mi corazón se aceleró frenéticamente, ni siquiera me atrevía a voltear para mirarlo.

-Lo importante es que está aquí -miré de reojo a James quién miraba detrás de mi.

-Linda... -esta vez fue Rose quien habló.

Me levanté con la mirada en mis pies y di la vuelta despacio, sus pies estaban frente a los míos, tenía unos zapatos casuales pero es raro, no solía usar de esos, levantaba la mirada y sorprendía aún más, su complexión era diferente, su forma de vestir era diferente.

Al fin levanté la mirada por completo, cabello rojo algo desordenado, ojos café bajo unas cejas increíblemente gruesas y rasgos marcados, tiene un aire muy distinto pero es él, sé perfectamente que es él, la imagen de su cara no ha salido de mi cabeza desde la última vez que nos vimos hace ya casi un año.

-Eres tú, Anna...

Al escuchar su nombre saliendo de su boca, el aire al fin abandonó mis labios y empecé a sollozar sin parar, mientras lar lágrimas caían sin control, me era difícil incluso respirar por tanto que sollozaba y sentía mi cara arder al igual que mis ojos, hacia ya tiempo que no lloraba así.

Levanté mi mano de forma torpe y di un paso al frente, haciendo que el se arrodillara para quedarse a mi altura, siempre fue mucho más alto que yo, recuerdo que ni siquiera le llegaba al hombro la última vez.

Llegué frente a él, quien soltaba lágrimas y se mordía el labio tratando de no sollozar. Ahg, Peter, siempre siendo el más fuerte de los dos, jamás fue alguien muy sentimental y jamás se mostraba vulnerable, incluso en los peores momentos siempre mantenía la frente en alto, eso es algo que he de admitir, siempre admiré de él.

Mi mano temblorosa llegó a su mejilla mientras le limpiaba todas sus lágrimas y le acomodaba el cabello.

-N-nunca... te... gustó que -sollozé- te viera llo-rar... -volví a sollozar.

-Nunca nos gustó, vernos llorar -tomó mis mejillas secando mis lágrimas.

Me acerqué a él y solo lo abracé, lo abracé con todas mis fuerzas como si me lo fueran a arrebatar, me sentía en un sueño y a la vez en una pesadilla sintiendo tantas cosas, lloraba por rabia, por felicidad y por que no sabía que más hacer.

Sentía como la mano de Peter acariciaba mi cabello, escondí mi cara en su cuello y su aroma captó mi atención, solía oler a cerveza, hierva o también a frituras, ahora era diferente, tenía olor a coco, el mismo olor que yo meses atrás solía desprender.

Nos separamos, no sé exactamente qué decir o qué hacer, mi mente está completamente en blanco.

-No puedo creer que estés aquí ahora -murmuré.

-Me costó trabajo, pero al fin pude encontrarte pequeña -me sostenía de las muñecas acariciandolas con suma delicadeza.

-¿Como es que... -miré a Rose y a James.

-Él nos encontró a nosotros -mencionó James.

-Pero ya está aquí -Rose comentó, más para sí misma.

Seguía sin poder créelo, en parte tenía miedo por lo que se venía de ahora en adelante, que rumbo tomaría mi vida... me sentía bien, feliz, pero no como cuando al fin alcancé mi libertad o como cuando Finn me besó... ahora sentía que ese peso en mi espalda ya no estaba. Es muy raro por que por más que lo intento, realmente siento que no merezco todo lo bueno que está pasándome.

Como si el estar triste se hubiera vuelto un lugar seguro.

-¿Y ahora qué? -Pregunté con el ceño fruncido mientras Peter se levantaba y quedaba junto a mi, los adultos compartieron una mirada entre ellos.

-Es algo en lo que he estado pensando toda la noche -la mueca en el rostro de la rubia no ayudaba.

-Annabel -miré al pelirrojo, es extraño ver una cabellera de fuego que no sea la mía- actualmente me encuentro viviendo en Seattle, tengo un buen trabajo, todo lo que no fui capaz de ofrecerte antes puedo dártelo ahora.

Creo que ya me hago una idea de a donde vamos a llegar can esto, demonios.

Sentía la mirada de Rose sobre mi todo el maldito tiempo. Ella, ella lo sabe, todos aquí saben y como siempre voy a ser de las últimas en enterarse.

-Entonces, vas a... -tragué saliva- me voy a ir de aquí...

La realidad me golpeó justo en la cara. Yo no pertenezco aquí, sin importar lo que haga o lo que los otros quieran hacer por mi, siempre seré una intrusa en Denver.

-No te asustes corazón -Rose llegó frente a mi- Peter y yo hemos hablado -el susodicho asintió.

-Acordamos que esta sería completamente tú decisión -mencionó James.

-¿Qué quieren decir con que es mi decisión? -interrogué.

-Puedes elegir quedarte conmigo aquí -comenzó la rubia.

-O puedes venir conmigo a Seattle -concluyó Peter.

Una presión se empezó a formar en mi pecho, ahora resulta que la decisión la tengo que tomar yo ¿Como se supone que voy a hacer algo así?

Peter, aunque pudo haber sido un idiota, él es mi hermano, es toda la familia que me queda después de todo, jamás ha sido perfecto pero nunca me faltó nada con él, éramos nosotras contra el jodido mundo de allá afuera.

"Ellos no merecen a alguien como tú, así que ten ovarios para hacer pagar a todos los que alguna vez te lastimaron y demuestra que puedes con todo, si el mundo te da la espalda tú ataca por detrás, nadie va aplaudirte por una buena chica"

Siempre quiso que fuera alguien fuerte, que demostrára que no necesito de un ente masculino para abrirme camino en la vida y conseguir lo que quería, a su manera... supongo que me quería.

¿Me querrá ahora?

Pero, Rose, mis amigos, Finn... Ellos están aquí, no puedo dejarlos ir tan fácilmente, ellos me devolvieron a la vida cuando creía ya no poder más, me hicieron sentir bien después de toda la mierda que había pasado, fueron mi sol después de la tormenta.

Amo esto, lo amo y lo detesto al mismo tiempo.

-Lo que decidas está bien.

-Y-yo...

₊˚⊹⋆.   𝐿𝑎 𝐶ℎ𝑖𝑐𝑎 𝐷𝑒 𝐿𝑎 𝑃𝑎𝑡𝑖𝑛𝑒𝑡𝑎   𓂃 ࣪˖   ᵀʰᵉ ᴮˡᵃᶜᵏ ᴾʰᵒⁿᵉOnde as histórias ganham vida. Descobre agora