Atadura (Metamorfosis 2)

NUEVO HOGAR

Ya había pasado casi una semana desde que nos fuimos de la ciudad, y sinceramente, me alegro de haberlo hecho, ahora vivíamos en una zona con demasiada seguridad, por estos rumbos el lujo era lo que importaba.

Debo reconocer que mi nuevo hogar era espectacular, era una casa que parecía mansión, a pesar de que solo tenia de dos pisos era enorme, había varias recamaras, todas increíblemente amplias y cómodas, en la parte de atrás teníamos un jardín que parecía más un bosque, y, por supuesto, una enorme piscina.

Mire mi reflejo en el espejo de mi recamara, la persona que me devolvía la mirada me parecía diferente, había crecido y no de estatura, sino como persona, muchas cosas en mi vida habían cambiado a raíz de los mensajes y las extorciones, debo aclarar que mi "pequeño" trauma con los celulares aun no pasaba, siempre que recibía un mensaje de Hannah o de John me sobresaltaba, sentía que no podía respirar o se me nublaba la vista, era fastidioso, pero he ido mejorando, ahora A- estaba tras las rejas muy lejos de mi.

Tome mi iPhone y salí de la recamara, mi padre había conseguido un empleo y pasaba gran parte del día en el, faltaban un par de meses para que pudiera asistir a mi nuevo colegio, no es que me entusiasmará demasiado pero no tenia opción, debía rehacer mi vida aquí, este era un nuevo comienzo, una oportunidad que no podía desperdiciar.

Salí de la casa y comencé a caminar, no muy lejos de aquí había una plaza muy popular (O al menos eso decía Internet), tenía ganas de un café y ganas de caminar así que ¿Por qué no tomar un poco de aire libre?

El primer día que llegamos, varios vecinos vinieron a saludarnos y darnos obsequios, en su mayoría comida y un reloj en forma de gato que daba miedo, por lo que estaba guardado en el ático.

Había arboles por doquier, la gente parecía amable y feliz, podía sentir una paz en el ambiente, al fin tenia lo que esperaba y quería...una vida.

****

-¿Qué va a querer?

-Un Frappe Oreo, por favor-ordene.

Una señorita tomo mi dinero y espere, el aroma a café me encantaba, era embriagador y adictivo, había mucha gente ordenando y otras personas desayunando, por unas bocinas comenzó a sonar American Oxygen.

-Me encanta esa canción-susurre para mí.

-Rihanna ¿No es así?-dijo un chico a mis espaldas, me sobresalte y me gire.

Frente a mi tenia a un chico bastante guapo, tenia ojos verdes, piel bronceada y el cabello peinado como un chico malo, tenía unos jeans rasgados, unas Vans viejas, una camisa sin mangas, era bastante atractivo, baje la mirada porque el chico sonrió, sabía que lo había estudiado.

-Así es-respondí.

-Debes ser nuevo por acá, si no ya te habría visto.

-Sí, me acabo de mudar hace unos días-sonreí amigablemente.

-¡Felicidades!-dijo-. No sé donde vivías antes, pero te aseguro que aquí es mejor.

No pude evitar reír con ironía, claro que este era mucho mejor hogar que el anterior, todo aquí era mejor.

-Me llamo Jason.

-Soy Ian, encantado de conocerte-sonreí y él me devolvió la sonrisa.

-Es todo... un placer-por alguna razón susurro eso último y me hizo estremecer, tome el Frappe que había ordenado.

-¿Vives cerca?-pregunte para hacer tiempo.

-Algo así ¿Y tú?

-Por esa calle, casi al final-señale hacia afuera de la cafetería.

Mi celular comenzó a sonar, mi pulso se acelero y trate de controlarlo "Todo está bien, no hay nada de qué preocuparse... ya no" me recordé mentalmente, era una llamada de Hannah, le colgué, podría llamar después.

-Yo... bueno, te dejo-me despedí-. Un gusto conocerte.

-Hasta luego Ian-no sé si fue producto de mi imaginación o los nervios de la llamada pero me pareció ver que el chico me giño el ojo.

Salí de la cafetería y Hannah volvió a llamar, esta vez sí conteste. 

-¿Se puede saber porque me colgaste?-pregunto indignada.

-Estaba hablando con alguien-di un sorbo a mi bebida y cruce la calle.

-¿Con quién?-dijo emocionada.

-Un... chico-escuché como soltaba un grito de alegría y emoción, aleje el celular de mi oído para que mis tímpanos no reventaran.

-Tan rápido y ligando-dijo con tono burlón.

-Solo platicaba con el-sabia que por más que lo intentara ella no me iba a creer.

Seguí caminando hacia mi casa, no conocía la zona y lo que menos quería era perderme entre las mansiones y parques que me rodeaban.

-Como sea-dijo cambiando de tema-. Te tengo una excelente noticia.

-¿Qué ocurre?-dije emocionado.

-¡Mi padre arreglo todo para irnos para allá este fin de semana!

-¡Qué bien!-grite sorprendido y asuste a una anciana que iba pasando a mi lado, avergonzado le sonreí y ella siguió su camino.

-Lo sé, al fin volveremos a vernos.

-Ya quiero que vengas, te encantara vivir aquí.

Se suponía que Hannah llegaría en un mes o dos, ya me había resignado a estar en casa con papas, pasteles, galletas, películas y series durante esos meses, pero ahora que vendría podríamos salir de comprar y a comer como en los viejos tiempos, entonces recordé a John y sentí un nudo en el estomago, el se quedaría allá, pero no podía hacer nada, estábamos a varias horas de separación, lo único que me mantenía comunicado a él era este celular y mi computadora.

Suspire, ganaba a un amigo y perdía a otro, de igual forma no dejaría de hablarle, tenía que superar mi estúpido miedo a los mensajes, lo haría por él, mi viejo amigo... una parte de mi tenia la sensación de que volvería a verlo.

Y tal vez no estaba tan equivocado.