capitulo 21.

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"Quédate conmigo un poco más. Yo esperaré por ti. Las sombras se arrastran y crecen cada vez más fuertes. No puedo evitar amarte, incluso aunque lo intentara. No puedo dejar de quererte, sé que moriría sin ti".

Extraño.

Yoongi se sentía sumamente extraño.

Y no era porque iba en el auto del padre de Jimin el cual estaba siendo conducido por el rubio hacia las dichosas instalaciones que el rubio le había dicho. No, no era por eso.

Comencemos desde en la mañana que sus ojos se abrieron. Miró de lado a lado esperando encontrarse con algún regalo en frente de esos que su madre dejaba en su cama antes de irse al trabajo, pero había nada.

Luego revisó su celular para ver ese video de Jungkook cantándole ridículamente la canción de feliz cumpleaños con una voz chillona como todos los años, pero de nuevo no había nada.

Cuando dejó su habitación una vez listo para ir al instituto, bajó hasta la cocina para beber un poco de leche fresca y se encontró con una nota de su madre en la nevera.

"Recuerda desayunar, cariño. Nos vemos al rato".

Una presión se instaló en su pecho, una que se parecía a una desilusión

¿Su madre y su mejor amigo habían olvidado su cumpleaños?

No, no era algo cierto, recordó lo cansada que había llegado su madre el día anterior y supuso que probablemente el estrés le había hecho olvidar, además de que el abogado le había llamado sobre temas del divorcio. Sí, eso debía ser, su madre con tantas cosas en la cabeza simplemente la estaban acabando.

Pero... ¿Y su mejor amigo?

¿Dónde estaba ese vídeo que le ayudaba todos los años a no pensar en la miserable vida que tenía con su padre viviendo en casa?

Probablemente también haya estado ocupado con su novio con quien pasaba la mayor parte de su día. Una mueca de disgusto pasó por su rostro cuando recordó como hace dos días Jimin y él habían escuchado ruidos extraños del otro lado de la pared mientras veían una película.

Fue muy incómodo, pero el rubio simplemente se había echado a reír a carcajadas.

Jimin...

Cuando Yoongi pasó por el pequeño chico, este simplemente le había saludado sonriente y había tomado el casco para después irse a la parte de atrás de la motocicleta.

Estaría de más aclarar que Yoongi esperaba algunas felicitaciones por parte del rubio chico, pero nada.

En una de las citas, Namjoon le había dicho que iba a aprender a aceptar cada sentimiento que tuviese el pálido, por eso mismo la desilusión lo había acompañado en todas las clases y esta incrementó al ver cómo su mejor amigo le había saludado sin más. Cómo lo hacía todos los días.

Namjoon y el pálido habían llegado a un acuerdo en solo verse tres días por semana. Lunes miércoles y viernes para ser exactos, por eso mismo no hubo problema alguno en acompañar al rubio a las dichosas instalaciones de la universidad.

Se removió un poco incómodo mirando hacia la ventana, ¡Pff!, Extrañaba el asiento de su motocicleta, pero sabía que tenía que aceptarlo pues aunque no quisiera, entendía que lo mejor era que el rubio le dirigiera hacia las instalaciones de la universidad.

-Hyung, hemos llegado. -Llamó Jimin, apagando el motor del auto y desabrochando el cinturón. Yoongi mantuvo su posición, mientras su mirada se perdía aún más en la ventana.

»¿Hyung? -llamó de nuevo, Yoongi se reincorporó ofreciendo una sonrisa que a penas se podía distinguir como una.

-Lo siento, creo que estoy un poco cansado. -suspiró desganado. Puso atención al frente y su entrecejo se frunció. -¿Qué hacemos en el edificio de departamentos?

Dime que me amas [Yoonmin]Where stories live. Discover now