24.- Cojín de lactancia (Hitoshi/AizawaxHizashi)

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Termino... juro que terminaré esta convocatoria...



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Hitoshi volvió a mirar el cojín que había tomado cerca de una hora atrás, estaba molesto, demasiado molesto, no era nada justo lo que estaba pasando, por lo que, abrió su guardarropa y metió el cojín a fuerzas, se cruzó de brazos y se sentó molesto en su escritorio.

—¿Hitoshi? —La voz de su padre lo sobresaltó. —Zashi está buscando el cojín de Eri, es su hora de comer y no podemos verlo.

El pelimorado miró enojado a su padre y con un puchero muy pronunciado en los labios, olvidando por un segundo que la razón que ese cojín estuviese perdido era por su pequeño capricho de niño de 10 años, molesto por que su "madre" debía poner atención al nuevo bebé.

—No, yo no hice nada...

—Nadie dice que hicieras algo, Toshi, entiendo que toda la situación te tiene molesto, pero...

—Ni tú ni Hizashi entienden nada...— Se levantó molesto, subiendo el tono de su voz. — Si al menos me entendieran un poco no hubiesen traído a ese bebé a esta casa, yo no quería una hermanita, no la necesitamos, estábamos bien.

—Toshi, Eri es tu hermana y ella no tiene culpa de tus celos sin sentido, pero está bien, si es la actitud que quieres tomar, te quedarás en este cuarto hasta que entiendas que debes disculparte.

Aizawa salió del cuarto, y el pequeño pelimorado no perdió el tiempo en dar un fuerte portazo, poniendo el seguro de la puerta en el proceso.

El mayor hizo ademan de volver al cuarto de su hijo, pero la mirada triste de cierto rubio a la distancia lo hizo continuar su camino.

—Toshi lleva días sin hablar conmigo. — Yamada balanceaba a la bebé suavemente entre sus brazos. — creo que ya no me quiere...

—Toshi te ama Zashi, solo está sensible...

Ambos entraron nuevamente al cuarto, esperando que la pequeña aceptara tomar del pecho del rubio sin el cojín de lactancia.

Hitoshi se metió en la cama, era hora de la cena, pero sus padres probablemente estaban tan preocupados de la "pequeña" que obviamente habrían olvidado que debían hacer algo diferente para él, era su tradición, cada dos viernes al mes o al menos hasta hace un mes, cuando la pequeña llegó a su vida.

Hitoshi sabía que estaba siendo un poco infantil, pero se sentía mal, se giró sobre su cama, encontrando la foto de su madre, su padre y Zashi sobre el pequeño buró, sintió las lágrimas correr por su mejillas, sabía que Oboro era su madre y que había dado su vida por traerlo al mundo, su padre lo había llevado con un psicólogo y un psiquiatra para que el comprendiera el deseo de su madre y aunque era pequeño, estaba seguro de que entendía que no era su culpa, pero en momentos como ese, le gustaría que no se hubiese muerto.

Zashi era un amor, lo había cuidado desde siempre, sabía que lo había alimentado y como Denden solía decirle, era su mamá, por que mamá es la que te cuida y ama, no quien te había traído al mundo.

Sintió las lágrimas correr por sus mejillas y simplemente habló. — Ojalá hubieses estado conmigo mami, tu eres quién debió cuidarme, no Hizashi...

El pelimorado continuó llorando, mirando al pequeño closet donde el cojín seguía escondido, estaba molesto y triste.

Al día siguiente había estado callado, su hermana había terminado tomando en un pequeño biberón y no del pecho de Zashi, por lo que, de alguna manera se sintió un poco mejor, aunque pudo notar lo ojeroso que el rubio se veía.

—Puedo pedir permiso si sientes que estás muy cansado, solo son unas horas de curso, puedo quedarme y pedirle a Yagi o quizá a Endervor que me reemplace.

—Vamos, son 3 horas, Eri duerme y Toshi jamás me da problemas, no veo el motivo para que estes tan aprensivo.

Hitoshi escuchaba la conversación desde las escaleras, siempre se despedía de su padre y aunque estaba castigado, sintió que era correcto bajar y despedirse.

—Toshi ha estado actuando extraño y el parto fue difícil, estoy preocupado, además es nuestro primer bebé...

Hitoshi sintió el frio recorriendo su columna, "su primer bebé", ¿y él qué era?

Subió rápidamente, sin escuchar el resto de la conversación.

Entro a su cuarto y abrió molesto el closet, donde simplemente empezó a tirar de la tela, las costuras cedieron rápidamente, mientras su rabia crecía.

La frustración salía con gritos, con dolor, con rabia, pudo escuchar los pasos en la escalera, los gritos de su padre, pero no fue hasta que el llanto de Eri llegó a sus oídos, que levantó la vista del desastre a quienes lo miraba desde la puerta.

—Creo que si debes pedir el día. — Zashi se giró y entregando el bebé a Aizawa, simplemente se acercó al pequeño. — Ven Toshi...

—No— Gritó, con lagrimas en los ojos. — No quiero que me saquen de aquí, es mi casa, es mi cuarto, soy su hijo, deben quererme, deben amarme. — Pero simplemente se quedó en silencio cuando el rubio, arrodillado frente a él, entre todo el relleno del cojín de lactancia, simplemente buscó calmar al menor.

—Si lo eres, eres mi pequeño bebé, que amo mucho.

Hitoshi sintió nuevamente el dolor creciente en su pecho. — No, ustedes solo quieren al bebé, yo solo se hacer daño, yo maté a mamá, yo le quité el cojín a mi hermanita, por mi culpa sufren, yo no...

— No Toshi, no, tu eres mi bebé, tu fuiste mi primero hijo, siempre lo serás, siempre serás el pequeño de mis ojos, siempre serás el primer bebé que alimenté, el primer bebé que miré y juré cuidar para siempre, siempre serás el primer bebé que alimenté.

—Rompí el cojín de mamá...— Hizashi y Aizawa notaron rápidamente que hablaba del rubio y no de Oboro. — Pero es que, todos hablan del vinculo y no es justo, eres mi mami, siempre he querido que seas mi mami, pero todos dicen que es tu primer bebé...

—Toshi, cariño, eres mi primer bebé.

—Pero y nuestro vinculo, yo no tengo eso, tu no...

—Yo si te alimenté...— el rubio sabía que sería un tema delicado, pero agregó. — Cuando naciste yo estaba esperando un bebé, tuve un aborto, por lo que no llegue a tener un bebé en mis brazos, por lo que, yo me atreví a alimentarte, tu tomaste de mi pecho.

Cualquier niño se sentiría incomodo con una declaración como esa, pero para él, había una sola cosa que importa. —¿Yo también necesitaba el cojín de lactancia?

—No, nunca, tu simplemente te apoyaste contra mi pecho, simplemente tomaste leche como que no hubiese mañana, tengo fotos si no me crees.

Hitoshi sintió las lágrimas acumularse en sus ojos de forma brusca, nuevamente casi insostenible, mientras las ganas de llorar aumentaban, el había dañado algo importante, probablemente ya no lo querrían y terminaría solo.

—Y antes que lo pienses, no dejaremos de amarte por el cojín, compraremos uno nuevo. —Aizawa lo miraba, él sabía que su hijo debía ser castigado, pero guardó silencio, esperando al rubio pudiese controlar lo que estaba pasando, no le quitaría autoridad al mayor, después de todo, ese era un momento entre "madre" e hijo.

Agosto Mpreg BnhaWhere stories live. Discover now