23.- Apoyo (BakuSero)

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La cabeza le explotaba, no podía estarle pasando algo así, sabía que tenía que preparar la cena, sabía que tenía que hacer el aseo del dormitorio, limpiar la cocina y el comedor, era lo mínimo, después de todo, estaba en casa, con su bebé, como no iba a ser capaz de hacer lo mínimo que su hogar significaba.

Sero sentía que el alma se le salía del pecho, estaba seguro de que solo iba a cerrar los ojos unos minutos, no por cuatro largas horas, en las cuales su pareja estaba por llegar.

Se desesperó más al notar como los pequeños gemidos del bebé se dejaban escuchar, su hijo había despertado, probablemente tenía hambre y se había ensuciado, debía priorizar eso, el bebé se sentiría peor si no lo atendía, pero si Bakugo llegaba a casa y veía en como se encontraba su hogar, probablemente lo mataría o lo dejaría de patitas en la calle.

Demonios, demonios, demonios...

Sero sintió sus ojos llenarse de lágrimas, acercó al bebé a su pecho, esperando que no llorara, pues estaba demasiado cerca de tener un ataque de ansiedad y eso no estaba mejorando con el pasar de los minutos.

La presión en su pecho creció, había convertido el departamento de Bakugo en un asco, había convertido la vida del rubio en una tortura, había arruinado su vida y había arruinado a ese pequeño y hermoso ser humano.

—¿qué demonios?

Hanta sintió su corazón dolorosamente apretado, comenzó a sentir las lágrimas bajar por sus mejillas, el pequeño sobre su pecho se estremeció, gimoteando, como si empezar a llorar fuese la única realidad que lo pudiese esperar.

—¿Sero?

—No lo entiendes...— Solo gritó y continuó. — No sabes lo difícil que es, estaba cansado, me dolía el cuerpo y pensé que la cama sería muy cómoda junto al bebé. — Se le apretó el pecho. — Solo sería media hora o quizá una como máximo, eso esperaba, pero me dolía el cuerpo y yo quería...

—Descansar...— Bakugo se había situado frente a Sero y suavemente, levantando el rostro del otro, con los dedos sobre su barbilla. — Estás cansado, adolorido, tu cuerpo no se ha recuperado y solo querías...

—Dormir...— susurró el pelinegro. — Yo...—Los labios de Bakugo se acercaron a los de Sero y dejando un suave beso, casi como un simple contacto de pieles, la atmosfera simplemente cambió.

—¿Qué te parece si te vas a dar un baño? — Bakugo tomó al bebé y de la forma más paternal que Sero no hubiese visto en su vida, lo miró con amor. — Pidamos comida, yo me hago cargo de este pequeño y luego, ambos arreglamos las cosas o simplemente lo hacemos mañana.

—Odias el desorden y estás cansado, vienes de trabajar...

—Eso es cierto, pero cuidaste al bebé todo el día y toda la noche, es normal estar cansado...— Bakugo dejó un nuevo beso en los labios del pelinegro y agregó. — Decidí apoyarte, decidí ser parte de esto y seré el mejor hombre para ti y para él, si hay alguien en quien debes descargar esa frustración, en quien buscar ayuda o apoyo, es en mi...— El siguiente beso se alargó un par de segundo. — Permite ayudarte cintas, permite ser tu apoyo en este momento, tuyo y del bebé.

Agosto Mpreg BnhaWhere stories live. Discover now