Presiento que serás de esos errores que estoy dispuesta a cometer.

1K 125 90
                                    

Amelia

-¿Cómo ha ido la vida en urgencias desde que se declaró que se acabó la pandemia? -me preguntó Sandra quien había sido una de mis residentes por dos años seguidos hasta que se dio cuenta de que la vida en urgencias no era lo suyo y que más bien lo que quería era una especialidad que fuese más ligera con el tema de la carga horaria y que además no demandara tanta energía, por lo que finalmente se decidió por ginecología en donde apenas llevaba un año ejerciendo de manera oficial.

-Mucho mejor, créeme que lo del covid fue como estar en resident evil sumado con the walking dead, una locura total-solté entre risas ante el recuerdo amargo de que el único momento en mi vida que había dudado de que medicina fuese lo mío había sido al principio de la pandemia, ya que a diario sentía que no era capaz de salvar a nadie y vivía constantemente con la frustración de estar en una pesadilla eterna porque la muerte no solo nos visitaba en cada guardia sino que se encontraba de forma permanente en nuestro subconsciente bajo la incertidumbre de no saber si seríamos los siguientes en su lista o algún ser querido.

-Me imagino, por suerte me fui de ahí antes de que empezara la pandemia -comentó la chica de cabello negro con puntas azuladas, las cuales siempre tenían un color diferente cada vez que venía a consulta.

-Una visionaria ya te digo -respondí con una cálida sonrisa.

-Bien, Amelia...aún se me hace raro hablarte de tú y no decirte doctora Ledesma -mencionó nerviosa ante el hecho de que a pesar de que nos llevábamos tan solo por un año de diferencia, la chica de cabello azabache siempre me había visto con un cargo superior.

-Venga, trátame como paciente, Sandra, sin problemas.

-Vale, entonces como te decía Amelia he visto tu ecografía mamaria de control y la verdad es que luce muy bien, lo cual es importante ya que...

-Me acerco a la edad en que mi madre tuvo cáncer de mama -aseveré ante el hecho de que desde hace tres años, llevaba realizándome ecografías mamarias de rutina como medida preventiva ante el hecho de que se recomendaba realizártelas diez años antes de la edad que tu pariente tuvo cáncer de mama, debido a que así era más fácil prevenir un futuro cáncer.

-Exacto, esa es parte de las buenas noticias de hoy -concretó antes de tomar mis otros exámenes de rutina y suspirar amargamente, lo cual fue el claro indicativo de que las cosas no iban tan bien como esperaba-, por otro lado también vi tus exámenes de hormonas y no sé si los habrás analizado...

-No, la verdad es que esperé venir a consulta contigo porque tú eres la experta -sentencié acomodándome mejor en el respaldo de la silla, a sabiendas de que por el tono que había utilizado la ginecóloga se venía una noticia que no era para nada alentadora.

-Bueno, pues...tus niveles de FSH se han mantenido constantemente a la alza marcando más de 40 en tres ocasiones diferentes, mientras que el estradiol ha ido disminuyendo de manera progresiva en un período de ocho semanas, lo cual coincide con lo que me comentaste la última vez que nos vimos en consulta hace tres meses atrás donde me dijiste que llevas períodos de amenorrea prolongados, ¿lo recuerdas?.

Asentí ante ello porque la última fecha de mi período había sido hace cinco meses atrás, pero dado el hecho de que siempre había sido irregular y que llevaba una mala racha entre el estrés del trabajo y mi separación con Sara, no le había dado la más mínima importancia hasta que Sandra me había preguntado por ello y me había mandado una orden de exámenes para que se los trajera la próxima vez que nos viésemos, una nueva toma de hormonas y la ecografía mamaria de rutina que ya tocaba realizármela para mi control anual.

-A ver que he tenido una muy mala racha en el trabajo y en mi vida amorosa, así que de seguro es por estrés, ¿no? -respondí en un intento de restarle importancia a los resultados de los exámenes, pero la ginecóloga tan solo suspiró antes de respirar profundo y darme la mala noticia que tanto deseaba ignorar con todas mis fuerzas.

Del amor y otras enfermedades sin curaWhere stories live. Discover now