Autorretrato de un corazón desmantelado.

La parte de atrás de tu coche

Que me mires y sepas que tengo algo que decir (aunque nunca lo diga)
Me gusta cuando sabes lo que quiero decir (aunque no lo digo)

Me gusta hablar contigo, reírme contigo, agobiarme contigo. Me gustan todas las respuestas que me das.

Te he mirado reprimiendo las palabras que quería decirte (por vergüenza, por sentirme excesiva, por ser demasiado cursi) y no importa que se aglutinen en el fondo de mi garganta, en el principio de mis labios, porque me miras y sabes lo que quiero decir. No es algo que yo me invente (sé que sabes lo que quiero decir porque me miras como si lo supieses), es un hecho constatable: cuando estoy pensando cosas que no me atrevo a verbalizar, te miro y asientes "¿qué?" Preguntas a veces. "Ya" dices cuando tienes la certeza de saber lo que te estoy diciendo.
Tienes ese súper poder. No había conocido a ningún chico que lo tuviese. Contigo no hace falta que me explique, que construya un discurso estructurado y facilito de entender. No hace falta que adapte mi vocabulario, que te haga un esquema. Tú me miras y lo sabes. No sabes lo que me gustas. No sabes lo que te quiero. No sabes hasta qué punto estoy dispuesta a todo contigo. No sabes lo mucho que confío en ti.

Hay cosas que no te digo (porque no tengo el valor de hacerlo) sentada en la parte de atrás de tu coche.