Me meto en el transporte público un lunes festivo y entiendo las plagas bíblicas y al Dios malvado e implacable que aniquila al ser humano cansado de su estupidez y su desvergüenza. Si yo fuese Dios -pienso- hubiese provocado en la tierra inundaciones brutales, cataclismos que hubiesen acabado con el ser humano y sus pies pisoteando mi asiento contiguo del tren; hubiese puesto fin con mi exterminio masivo a su nulo sentido del ridículo (reproduciendo a todo volumen los vídeos más ridículos de todo internet, gritando sin pudor alguno todos sus fracasos mientras hablan por teléfono, masticando patatas de bolsa dejando ver a través de sus ojos inyectados en sangre las escasas neuronas funcionales que todavía sobreviven buceando entre la vacuidad de su mente)
Si yo fuese Dios sería todo lo contrario a piadoso -está claro-, pero el ser humano cuenta con esa ventaja: no soy Dios.
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Autorretrato de un corazón desmantelado.
PoetryPretendo ser visceral aunque en realidad mis escritos no sean más que un puñado de lágrimas.