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Hyunjin

Desertar en las mañanas siempre había sido muy rutinario para mí, como siempre, era esperar que sonase la bendita alarma, levantarse irme a dar una ducha, vestirme, desayunar, cepillarme los dientes esperar la llamada de mi molesta asistente para que me diera los detalles de la agenda, cancelar algunas reuniones o posponerlas, e irme a la oficina, por supuesto encontrarme con los desperfectos era la clave para mantenerme de malhumor por todo lo que restaba del día, pero ahora, esta mañana... esta misma mañana, era la que quería conservar por toda mi maldita eternidad.

Me desperté una hora antes, sintiéndome abrumado por la leve corriente de frio en mi cuerpo. abrí mis ojos y fruncí el ceño, todavía el sol no hacía acto de presencia en el cielo, y lo agradecía, porque no estaba en mis planes tener que despertarme con los rayos de luz sobre la cara, detesto que eso pase, pero al menos esta mañana podía considerarla como la mejor de todas, mire mi cuerpo, no tenía mis preciadas sabanas cubriéndome, y mire a mi lado izquierdo, encontrándome con la escena más adorable del mundo.

Allí estaba él, Lee Félix, recostado cubriendo su cuerpo en su totalidad con mis sabanas, parecía un rollo de sushi, sus ojos cerrados plácidamente y con una pequeña sonrisa en sus labios, sus cabellos sumamente despeinados caían en parte de la almohada y su rostro, sonreí al verlo, tiene suerte de que se vea tan lindo, porque si no ya le hubiera quitado mis sabanas para cubrirme.

_ Tienes muchos privilegios, pollito_ mencione en voz baja, gire mi cuerpo y no pude evitar quedarme allí, mirando su rostro, él ni siquiera me notaba, y agradecía que no abriera los ojos por el momento, porque quería grabarme perfectamente aquella imagen tan hermosa de su rostro totalmente tranquilo a mi lado.

Solté un resoplido, mis ojos viajaban a cada uno de sus rasgos, sus mejillas levemente abultadas, esa piel suya tan suave y tan blanca como la nieve, su pequeña nariz que hacía ver su rostro mucho más angelical, sus labios finos y levemente rosas, sus cejas delineadas perfectamente en su rostro, sonreí levemente, jamás me había quedado a admirar tanto a alguien, pero Félix se trata de alguien digno de mirar todo el día, apuesto a que si estuviera despierto, seguramente ya estaría sonrojado, es tan tímido que me encanta.

Agradezco que él esté en mi vida, quizás sino lo hubiera conocido, seguirla con mis planes con más sumisos, las relaciones formales jamás han sido parte de mi vida, son algo que considero innecesario, y más porque veía como las personas a mi alrededor que decían ser felices con sus parejas, se la pasaban engañándolas con alguien más, discutían por cosas pequeñas que a veces ni siquiera tenían sentido, y se la pasaban pidiéndose perdón a base del sexo o regalos costosos, por supuesto de inmediato pensé que eso no era para mí, y que si quería tener sexo con alguien, lo buscaría de una forma diferente.

Pero conocer a alguien como Félix, me hizo ver que quizás estaba equivocado, tenerlo conmigo me mostro muchas cosas, y me hizo no querer dejarlas ir tan fácilmente, Félix es sumamente dulce, muy adictivo como para dejarlo ir.

Deje mis pensamientos de lado al verlo removerse en la cama, sonreí al ver como apretaba sus parados frunciendo levemente sus ojos gatunos, y antes de que lo esperase, los abrió, parpadeo levemente un par de veces y después sus ojos marrones brillantes me enfocaron a mí, fue cuando abrió mas sus ojos

_ Buenos días, pollito encantador_ dije en un canturreo haciendo que él se removiera levemente, solté una suave risa.

_ ¿Q-qué haces aquí? _ eleve una ceja al escuchar su pregunta.

_ Vamos, pollito, ¿debo recordarte lo que paso ayer, además de decirte también que estás en mi departamento? _ pronto sus mejillas adquirieron un tono rosa.

_ Oh, rayos..._ menciono en voz baja y por fin se deshizo de las sabanas que lo cubrían, no tardo en mirarse el cuerpo, y al percatarse que traía una prenda encima suya soltó un suspiro, como si estuviera aliviado de poder ver que estaba vestido.

Negué levemente con la cabeza, mi pollito sí que es un desconfiado.

_ ¿Qué hora es? _ pregunto Félix.

Me encogí de hombros, sinceramente, no me interesa que maldita hora es, el soltó un bufido y me miro de nuevo.

_ No tienes que ir al trabajo? _ sonreí ladino.

_ El trabajo puede esperar, de todas formas, todavía ni siquiera es hora de que vaya a la oficina_ relamí mis labios y lo mire_, ¿tenías planes? _ No dejo de mirarme para ver su regazo, jugaba con los dedos de sus manos_, Hyunjin, I-lo que paso ayer..._ soltó un resoplido.

Me acomode en la cama, sentándome y reposando mi espalda en el respaldo de la cama, Félix permanecía a mi lado, sin levantar la mirada, se notaba su nerviosismo, seguramente los recuerdos de ayer lo estaban abrumando ahora, podía notar su preocupación en todo su ser, pero a mí no me preocupaba lo que paso, pero me importaba mucho el cómo se sentía él, así que no dude en acercar mi mano a las suyas, y cubrirlas para que dejará de jugar con sus dedos, él lo hizo.

_ No tienes por qué preocuparte por lo que paso_ giro su rostro en mi dirección_, personalmente a mí me encanto lo que paso entre nosotros_ dejo de mirarme de nuevo, sus orejas estaban rojas, lo había logrado avergonzar_, no es algo de lo que debas avergonzarte, Félix, te amo y no quiero que te sientas incomodo conmigo, lo que paso ayer no debería causarte vergüenza, ambos lo queríamos

_ Aun así no puedo dejar de pensar que cometí un error_ mencionó en voz baja, soltó un suspiro.

Es comprensible, y más si él trataba de olvidarse de mí, apreté levemente sus manos y él volvió a girar su rostro para mirarme a los ojos, nuestras miradas se conectaron de inmediato, y no estaba dispuesto a apartarla.

_ ¿En verdad piensas que esto es un error? _ pregunte en voz baja.

_ No..._ dijo de inmediato_ y eso es lo que más me asusta, porque se supone que ni siquiera debíamos volver a vernos y esto..._ cerro sus ojos por unos segundos, me gusta esto, me gusta estar contigo, pero...

_ No debería haber peros entre nosotros, Félix_ acaricie con mi pulgar el dorso de su mano izquierda, en verdad estoy enamorado de ti, y no quiero perderte, no de nuevo, sé que quizás tengas dudas sobre mí, pero estoy siendo sincero contigo, no quiero perderte, porque en verdad te amo... podemos intentarlo, claro, sí es lo que quieres, sino es así, entonces te dejaré en paz.

Se trataba de una decisión arriesgada, por una parte, deseaba con todas mis ganas que él aceptará iniciar de nuevo conmigo, y por otra podía verme sin él, pero no quería que esa imagen siguiera en mi cabeza, era innecesaria y más porque sabía que él aceptaría, o eso quería creer.

_ Quiero esto_ sus palabras aligeraron el peso en mis hombros, pero tengo miedo de que tú..._ volvió a mirarme directamente a los ojos.

_ No te lastimare, te lo juro_ dije seguro de mis palabras, porque era una promesa que no rompería, jamás lo volvería a lastimar, no sería capaz, porque no me gusta verlo llorar, me rompe el corazón verlo de esa forma, y no quiero ser de nuevo la razón de sus lágrimas_ Lee Félix, te prometo, que este idiota, jamás volverá a romperte el corazón.

Félix no tardo en soltar una suave risa ante el insulto que yo mismo me lance, escuchar su suave risa me hizo sentir mejor, y verlo sonreír me hacía sentir completo.

_ Espero lo cumplas, idiota_ dijo en un tono levemente juguetón, eleve una ceja al escucharlo.

_ No te acostumbres a llamarme así, pollito.

_ Quizás ese pueda ser tu sobrenombre perfecto soltó una pequeña risa.

_ ¿No prefieres mejor llamarme, Hyunjinie?

_ No_ negó con la cabeza_, por el momento preferiría el primero.

_ Sólo porque te quiero, lo soportaré.

Antes de que lo esperará, Félix se acercó a mi rostro y deposito sus labios sobre la comisura derecha de mis labios, sorprendiéndome con aquel pequeño beso corto, definitivamente esta es la mejor mañana de toda mi vida.

Tied to your love -HyunLix-Where stories live. Discover now