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Hyunjin

Mirar mi habitación en la oscuridad siendo interrumpida por la poca luz que lograba filtrase por los ventanales era lo único que podía ser capaz de hacer sin cometer alguna clase de error, la parte superior de mi brazo descansaba sobre mi frente, mientras que yo me dedicaba a mantener la mirada sobre el techo, observando la pintura blanca, y dejando que mis pensamientos siguieran divagando un buen rato.

Desde que había llegado en lo único que mi mente se había logrado mantener concentrada era en las palabras que Min Ho me había dicho, sé que en parte se burlaba de mí por todo mi comportamiento tan errático y totalmente embelesado por mis pensamientos, pero también sabía que no todo lo que decía era en broma. Para alguien como yo, estar enamorado es peligroso, admiraba a mis padres cuando los veía felices y juntos, pero también me sentía triste por ambos al ver que a veces esas sesiones de cariño entre ellos desaparecían como si jamás hubieran existido más que en mis sueños. 

Deseaba poder tener la oportunidad de poder vivir eso que tanto llamaban amor, desde pequeño lo veía en todas partes, y siempre me preguntaba lo que sería, pero jamás lo experimente en realidad, no entendía que era eso, ni siquiera sabía si en realidad ese extraño sentimiento existía. Las ilusiones de encontrar amor se iban desvaneciendo con el tiempo, y cuando recibí una confesión, simplemente me dediqué a rechazar, no me interesaba si la persona frente a mí terminaba sintiéndose enojada o rechazada, no le veía sentido, jurar amor es una tontería, cuando ni siquiera sabían el verdadero significado de eso, y mucho menos yo lo sabía.
Me concentre en mis estudios, en las enseñanzas de mi padre, me aleje de las personas que decían ser mis amigos, me aleje de aquellas que decían amarme, sabía que esas personas mentían, y también había descubierto que el amor es algo efímero, algo que se va y que nunca regresa, algo que hace sufrir a los demás y que en realidad ni siquiera existe. 

Con el tiempo me había vuelto frio, y cuando quise solamente tener un buen polvo, me concentraba en decir las estupideces que sabía funcionarían para hacer que la otra persona aceptase acostarse conmigo, y eso era todo, el masoquismo entre a mi vida porque así lo quise, descubrí que aquella manera de mantener una relación sólo por placer era mucho mejor y más satisfactoria que todos esos absurdos sentimientos, buscar a las personas que yo consideraba adecuadas para estar conmigo en un trato que beneficiaba a ambos hacía que todo fuera más sencillo... todos mis sumisos y sumisas pedían las mismas cosas, todos a excepción de Félix.

Lee Félix había roto la cadena de pedidos que siempre tenía, mientras unos me pedían un armario lleno de ropa de marca, joyas preciosas, collares con eslabones de oro o plata, él me pedía una cita, mientras otros se emocionaban por obtener un teléfono celular de una marca reconocida, él se enojaba porque había malgastado mi dinero en algo innecesario, mientras que me pedían viajes a Francia, España, Austria, él no pedía nada, él... él simplemente... iAgh!- solté entre dientes y me incorporé, me senté en la cama, no podía dormir, no cuando él se encontraba en mis pensamientos continuamente.

Lleve una mano a mis cabellos, despeinándolos un poco antes de decidir salir de mi habitación, me acomode en la cama de manera en que mis pies lograran tocar el frio suelo de mármol, me incorpore, levantándome por fin del mullido colchón, e importándome poco que mis pies tocasen el frio del suelo, seguí mi camino hasta salir de mi habitación, camine despacio mientras me dedicaba a mirar al frente, la oscuridad era opacada por las luces provenientes del exterior, pero no lograban opacar mis pensamientos. Aquel chico de hermosos ojos gatunos, esos ojos marrones que brillaban con intensidad cuando estaba conmigo, seguía rodando alegre por mis pensamientos, bailando alrededor de mí como una hermosa mariposa rodeando a su flor favorita, y por más que quisiera sacarlo de mi mente no podía, seguí mi camino, dando por fin con el final del pasillo y entrando a la cocina, mire hacia la isla que se encontraba en el centro, y casi era como si pudiera verlo a él allí, sentado mientras comía algo que le prepare, podía verlo tan claramente, él con sus piernas al descubierto, portando una de mis camisas sobre su cuerpo, sus cabellos rebeldes siendo un pequeño nido de aves, sonreí levemente, y aquella imagen en un solo parpadeo se había esfumado por completo.

¿Por qué me estaba doliendo el pecho? No entendía nada, aunque sabía exactamente porque me dolía, no quería admitir mi verdad, seguí mi camino, despacio, y pude ver la puerta que conducía hacia aquella habitación especial que tenía para mis placeres, sonreí al recordar que Félix menciono que es mi habitación favorita, a veces ese chico podía decir cosas que solamente te sacaban una sonrisa, me gustaba agarrarlo desprevenido y que su ceño y esa pequeña nariz se fruncieran en desagrado por mis acciones, me encantaba cuando se quedaba mirando con admiración algunas cosas, su presencia era lo único que me mantenía feliz, no podía negarlo, tenerlo cerca hacía que inclusive estar en la empresa fuera menos aburrido, amaba que no se negase a comer conmigo, me gusta cuando él se queda pensando demasiado, sus ojos pareciera que visualizan otros aspectos y se queda en silencio por breve tiempo, pero esa mirada analítica y llena de curiosidad era lo que más me gustaba. Solté un suspiro en cuanto llegué a la estancia, mire hacia los ventanales, encontrándome con la ciudad iluminada a mi alrededor, a Félix le encantaba esta vista, baje levemente la mirada, ¿por qué no lo podía sacar de mi cabeza? Sólo pensaba en él, quería estar con él, quería verlo de nuevo, quería... 

Apreté mis manos formando puños, esta terrible impotencia que estoy sintiendo me está matando por dentro, no puedo soportarlo más. Félix, mi Pollito... había logrado lo que creí que tenía totalmente perdido para mí, me enamore... ahora lo sé, cuando lo vi a punto de llorar en el hotel, no quise que llorase, todo lo que le dije era verdad, lo quería conmigo, me había vuelto dependiente de él sin que yo lo quisiese, era como la mejor droga, sólo que no me hacía daño, en cambio, me brindaba lo que necesitaba, paz en mi corazón, cuando me preguntaba porque lo besaba sin motivo aparente o una segunda intención no tenía una respuesta clara, porque ni siquiera yo sabía el por qué lo hice, me preocupaba por él porque no quería que nada malo le pasase, no quería verlo llorar, ni verlo sufrir porque...

_ Porque lo amo... _ dije en voz baja, levanté la mirada, mi reflejo en el vidrio se veía tenue como la sombra de un fantasma, pero más que verme a mí, quería que por allí apareciera Félix, con esa tenue sonrisa suya, o con una gran sonrisa y que de nuevo sus ojos brillasen en mi presencia. Lo necesito, lo amo, quiero abrazarlo, quiero comprarle flores, quiero verlo avergonzado por algo que yo diga, quiero verlo sonreír, quiero que este conmigo, tomar su mano, besar sus labios, tocar su sedoso cabello, lo quiero conmigo de nuevo... .no puedo soportarlo más! Nueve malditos meses habían pasado y apenas había logrado recapacitar por completo todo, me sentía un verdadero incompetente por esto, pero definitivamente no dejaría que Félix escapase de mis brazos de nuevo, necesitaba hablar con él, necesitaba decirle que lamentaba mucho no haberme dado cuenta de lo que él sentía y de lo que yo siento por él, quería brindarle un abrazo y darle un beso en donde pudiera demostrarle lo mucho que me importa y lo mucho que lo amo. 

Porque eso es lo que en verdad siento, Félix había logrado que sintiera ese cariño tan grande más allá de solamente el placer carnal, ese hermoso gatito había logrado que mi corazón se sintiera cálido con su presencia, había logrado que inclusive quisiera que permaneciera por toda una eternidad conmigo, logró que sintiera amor por él. Sé que le rompí el corazón, pero, estoy dispuesto a remediarlo, esta vez no será lo mismo, quiero que Félix me acepte de nuevo en su vida, que me deje amarlo por completo y que me permita darle todo el cariño que siempre ha merecido, quiero ser ese hombre que puede hacerlo feliz en sus momentos más tristes, quiero ser aquel que le dedique su vida entera a él y sólo él, debía dejar de pensar en lo que paso, debía dejar de lado esa maldita inseguridad que tenía en mi interior, debía actuar.

_ Estoy listo_ dije en un resoplido, cerré mis ojos por unos segundos antes de abrirlos de nuevo, casi podía ver a Félix como un reflejo casi transparente frente a mí_ no te dejaré ir esta vez, cariño... lo prometo.

Tied to your love -HyunLix-Where stories live. Discover now