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Minho piensa en las ocasiones que se ha sentido tan abrumado desde que llegó a Nótt, sabe que han sido más veces que las que pudo llegar a sentirse mal en Delling. Tal vez, en su mundo, la única ocasión que se sintió muy presionado fue cuando necesitaba pasar el examen de admisión a la carrera y sentía que de no hacerlo, su vida terminaría ahí mismo, una decisión toma de forma única por una hoja de reactivos.

Que iluso.

Y pensar que ahora cualquier error en el plan de Hyunjin en verdad podría costarle la vida.
Ambos chicos escucharon con atención al rubio antes de ponerse sus cascos, dejando la visera del casco levantada. Hyunjin y Seungmin se aseguraron de cuántas balas tenían en sus pistolas mientras Minho pasaba su pequeña mochila con cosas básicas hacia su abdomen para evitar que se caiga o atore con alguna de las ramas o maleza del lugar. Si por básico se entendía dos navajas que Hyunjin le había dado, un regalo de Han y su celular con el mínimo de batería y un cargador que era más cinta adhesiva que cable original.

— Veámonos entonces en una tienda de ropa —dijo Hyunjin.

— Hay muchas tiendas de ropa, seamos específicos —respondió Seungmin, subiendo a su moto—. Siempre quise visitar un cine, ¿Saben?

— Entonces en el cine.

— Lástima que no habrá quien nos pregunte a qué función asistimos —dijo Kim, con falsa tristeza antes de acomodar de nuevo sus guantes para conducir.

— Concéntrate.

— Tranquilo, no haré una estupidez que te deje de nuevo soltero.

Hyunjin puso sus ojos en blanco antes de subir a su moto tras acomodarse también sus guantes, Minho subió tras él y se abrazó a su espalda, tomando aire de nuevo pues sabía pronto sentiría que lo perdería.

Podían escuchar el escándalo de los pisos más bajos del estacionamiento, el vehículo estaba pasando por todo el piso asegurándose que no estuvieran escondidos en algún rincón olvidado, entre la maleza o los restos de automóviles ya saqueados, dejando en cada piso un olvidado rincón de metal oxidado siendo reclamado por la naturaleza, un cementerio de recuerdos donde alguna vez hubo familias estacionándose para pasar una tarde agradable comiendo algo rico y perdiendo el tiempo entre los maniquíes.

Le resultaba inquietante cómo todo podía acabar de forma tan repentina, un día toda esa gente estaba riendo y disfrutando de las compras pero al otro el mundo inició una guerra que no pudo terminar.

Pero cuando Minho empezó a sentir tristeza por el trágico final de esa gente, pudo ver el vehículo, la cherokee gris que vió la noche que llegó a Nótt y tuvo un déjà vu muy curioso, porque esa vez se sentía tan confundido, pero ahora mirando a esa gente y con la adrenalina del momento solo podía sentir una cosa: coraje.

— ¡Ahí están! —gritó un hombre— ¡Pensamos que se habían desvanecido! Cómo si hubiesen cambiado de realidad pero eso es imposible, ¿No?

— Antes de que te matemos —habló Hyunjin con fuerza mientras el vehículo se acercaba con lentitud—, te garantizo que será una muerte rápida si nos dices de dónde escuchaste esa información.

— ¿Matarme? Chico realmente estás loco, ustedes son tres, prácticamente dos, y nosotros cuatro.

— ¿Dos y dos? —preguntó Seungmin.

— Dos, uno y uno, déjale algo de diversión a Minho —responde Hyunjin—. Bien, tuvieron oportunidad.

Los tres chicos bajan las viseras de sus cascos y por fin, encienden las motocicletas. Arrancan hacia el interior del centro comercial, escuchando risas detrás y frases aludiendo a qué solo estaban atrasando su muerte. El lugar era tan lúgubre cómo se podría imaginar, incluso el estacionamiento se veía más animado porque recibía la luz natural, pero ahí solo había pequeños parques de los rayos del sol filtrados entre los cristales rotos del techo que estaban seguros alguna vez fue colorido.

DOPPEL ❀ Minchan/banginhoWhere stories live. Discover now