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Cuando llegamos al arcade, fui capaz de respirar mejor cuando solté las manos de mis acompañantes, porque me estaba poniendo tan nerviosa que probablemente empezarían a sudar pronto.

Antes de que alguien pudiera decir algo, mi celular comenzó a vibrar en mi bolsillo y lo saqué enseguida, agradecida con el ángel que me estuviera llamando.

—Solo contestaré la llamada, esperen un momento.

—Está bien, aquí espero.

Solté una risa nerviosa al escucharlos decirlo al mismo tiempo, no tardando ni un segundo más en contestar y alejarme un poco de ellos para hablar.

Yumie, ¿dónde estás? —preguntó la voz de mi amiga al otro lado de la línea—. Estoy en el baño, ¿no te fuiste adentro de la taza?

—Sakura —solté un quejido—. Pasaron algunas cosas muy confusas y ni siquiera fui al baño.

¿De qué hablas? ¿Te fuiste a casa?

—No, estoy en el arcade con Miyamura y Sakuma —murmuré—. Por favor, ven aquí con nosotros; de lo contrario, estoy segura que moriré.

Sakura soltó un suspiro.

Qué exagerada eres.

—¡No lo soy! —exclamé en un susurro—. Lo más probable es que muera de la vergüenza si me quedo sola con ellos.

Escuché que mi amiga soltó otro suspiro, más profundo.

En realidad, esto es algo bueno —dijo.

—¿Cómo? ¿Bueno de dónde?

Quizá de esa forma puedas tranquilizarte y dejar de evitarlos. ¿No has pensado en que se sienten mal desde que les dijiste que no podías hablar con ellos?

Mordí nerviosamente la parte interna de mi labio inferior.

Por supuesto que lo había pensado, millones de veces, pero que estuviéramos los tres a solas solo complicaba todo, ¿no?

Ni siquiera sabía lo que Miyamura quería decirme y todo fue muy confuso con Sakuma la última vez que estuvimos a solas; sin embargo, aunque quisieran aclararlo, había sido una cobarde que no quería escucharlos.

Y es que si lo que temía llegaba a pasar, no tenía ni idea de cómo debería reaccionar.

No te preocupes por nada aquí —dijo Sakura, interrumpiendo mis pensamientos—. Cuando la película termine, iremos con ustedes. Mientras tanto, aprovecha esta oportunidad.

—No, espera, aprov... —escuché el pitido que anunciaba el fin de la llamada—. ¿Sakura?

Bajé lentamente el celular y lo guardé en mi bolsillo, para luego dirigirme a los chicos con una sonrisa tensa en el rostro. Ni siquiera podía verlos tranquilamente porque enseguida me sentía muy nerviosa.

—Bien, ¿qué quieren hacer primero? —pregunté.

—¿Qué quieres hacer tú primero? —preguntó Miyamura, mientras Sakuma se encogía de hombros.

Amar en secreto | Izumi Miyamura || Rei Sakuma |Where stories live. Discover now