23

1K 174 80
                                    

El resto de abril y mayo transcurrieron en un abrir y cerrar de ojos. Antes de darme cuenta, íbamos a principios de junio y cada vez estaba más cerca el festival cultural.

Aunque había pensado hacía bastante tiempo sobre invitar a mis amigos al cine, no se había dado la oportunidad. Al principio, solo fui capaz de contarle mi idea a Sakura, Sengoku y Remi, y la última no dejaba de recordármelo.

Sin embargo, mi tiempo se había reducido demasiado últimamente.

Ocupaba todo el tiempo que tenía en ir a la preparatoria, hacer tareas, trabajar en la cafetería y pintar.

Después de acompañar algunos días a Sakuma en las sesiones de fotos, ahora lo veía solo cuando iba a verlas para elegir las que pintaría.

A mis amigos del consejo estudiantil solo los miraba en clase y a Yuki de vez en cuando por los pasillos.

Quizá con quien más convivía últimamente era Miyamura, ya que continuaba acompañándome en mis turnos del trabajo. Aún así, no había tenido tiempo para continuar con mis clases de repostería.

No quería alejarme mucho de ninguno, pero tenía la oportunidad de agregar algunas de estas pinturas a mi portafolio, así que quería intentar diferentes técnicas.

Sin embargo, ya le había hecho la invitación a todos para que pudiéramos ir al cine y acabábamos de acordar la fecha para dentro de tres semanas, antes de que iniciaran las vacaciones de verano.

Estaba muy emocionada por salir con todos.

Cuando terminó mi turno en la cafetería, me despedí de la señora Miyamura y su hijo; sin embargo, después de salir, Miyamura me alcanzó.

—Oye, ¿estás libre esta noche?

Abrí mi boca para responder, pero la cerré casi enseguida. Caminamos lentamente uno al lado del otro mientras pensaba en el cuadro que tenía que continuar pintando en casa.

No era que no quisiera seguir pintando, era mucho mejor si iba a casa y lo terminaba esta noche, pero habíamos dejado por tanto tiempo nuestras clases de repostería que quizá pensaba que ya no quería tenerlas.

—No —respondí al fin—. ¿Está bien si esta noche continuamos con la repostería?

Él sonrió y asintió.

—Por supuesto, vamos a mi casa.

Mientras hablábamos y caminábamos en dirección al edificio en donde vivía Miyamura, recordé la última vez que estuve ahí.

—O-oye —murmuré—. ¿Tu madre vendrá pronto?

Miyamura soltó una suave risa, acercando su mano a mi espalda para dejar unas suaves palmadas.

—No tienes que preocuparte por lo que te dijo Shindo la última vez —dijo—. Si no te sientes cómoda conmigo a solas, puedo llamarlo para que nos acompañe de nuevo.

Solté un suspiro.

Él tenía razón, no tenía que preocuparme porque no hacíamos algo malo; además, sería una molestia llamar a Shindo por algo como esto.

—Así está bien. Y no es que me sienta incómoda cuando estoy a solas contigo —aclaré—. Solo pensé...

¿Por qué pensé que era algo malo? Nosotros éramos amigos; además, él había dicho que Hori-san sabía que venía.

—¿Qué te parece si hacemos pie de manzana? —inquirió.

Sonreí mientras asentía, agradecida porque hubiera cambiado el tema.

Amar en secreto | Izumi Miyamura || Rei Sakuma |Where stories live. Discover now