26

1.1K 169 216
                                    

Su mano acariciaba suavemente mi espalda mientras mi rostro estaba hundido en la almohada y soltaba quejidos e incoherencias en mi contra.

—Está bien, Yumie, no tienes que ir —dijo Sakura con voz suave.

Alejé la cara de mi almohada para poder responder:

—Pero yo los invité a todos, sería muy descortés de mi parte.

—Estás casi llorando al solo pensar en que tienes que verlos, no sería bueno si eso sucede de verdad.

Me senté precipitadamente en mi cama, tomando sus manos fuertemente mientras me acercaba a ella.

—¡Prométeme que no me dejarás sola ni un segundo!

—No puedo prometerte eso.

—¡Sakura, por favor! —rogué—. ¡No importa qué tanto insista alguno de ellos con querer hablar conmigo a solas, no me dejes sola ni un segundo!

Ella soltó un profundo suspiro, cerrando sus ojos por un momento. Cuando los abrió, hice mi mejor imitación del Gato con Botas y pedí:

—Por favor~.

—Bien, no prometo que no te dejaré sola ni por un segundo, pero lo intentaré.

—¡Muchas gracias, Sakura!

La atraje a mí en un fuerte abrazo, haciendo que se quejara.

—Sigo creyendo que hubiera sido mejor que hablaras con ambos o, en su defecto, que cancelaras la salida.

—No puedo hablar con ninguno de ellos en este momento. Todo es... tan confuso —solté un quejido—. Y se me olvidó por completo la ida al cine, si no fuera por Yuki y porque viniste esta mañana, no lo hubiera recordado.

—Bien, entonces comienza a arreglarte o llegaremos tarde.

Asentí, alejándome de ella para ponerme de pie.

—Te espero afuera.

—¡Salgo enseguida!

Me di una rápida ducha antes de comenzar a cambiarme. No deseaba ir al cine porque sabía que tenía conversaciones pendientes con Sakuma y Miyamura, pero no quería que los demás pasaran un mal rato por eso.

Incluso me sentía muy culpable porque le había escrito a ambos, pidiéndoles que me dieran algo de tiempo para escucharlos decir todo lo que quisieran. Y ambos eran tan buenas personas que habían evitado los temas que me tenían mal durante tres semanas, pero no sabía por cuánto tiempo podríamos continuar así.

Cuando llegamos al cine, Remi no tardó en soltar la mano de Sengoku para correr hacia mí y envolverme entre sus brazos.

—¡Qué bueno que ya estás aquí, te estábamos esperando!

Solté una pequeña risa, devolviendo el abrazo.

—Me alegra verte aquí también.

Se separó de mí y, enseguida, Akari me envolvió en sus brazos.

—¡Senpai, qué bueno que llegaste!

Sonreí.

—¿Ya están todos aquí?, ¿vinimos de último?

Ella también se alejó de mí y escuché a Sakura decir:

—Te lo dije.

Le dediqué una sonrisa de disculpa antes de ver que Sakuma se acercaba a mí. Sonreí nerviosamente, levantando mi mano como saludo.

—Hola, ¿qué...?

Repentinamente, me vi envuelta entre sus brazos.

—Ya que estás repartiendo abrazos, yo también quiero uno —susurró, para que solo yo pudiera escucharlo.

Amar en secreto | Izumi Miyamura || Rei Sakuma |Where stories live. Discover now