Amar en secreto | Izumi Miyamura || Rei Sakuma |

22

Mi mano se resbaló nerviosamente por el bol mientras intentaba con todas mis fuerzas no concentrarme en mi alrededor.

Cuando escuché que Miyamura soltó un profundo suspiro, elevé rápidamente mi rostro para disculparme, pero él dirigió su vista a Shindo y dijo:

—¿Puedes dejar de verla tan directamente? La pones nerviosa.

—¿¡Es así, Kiryuu!? —preguntó, preocupado.

—N-no... Bueno, ¡en realidad, sí! —dije rápidamente—. Lo siento, pero no puedo hacer mucho si me miras tanto.

Él pareció confundido por un segundo.

—¿Pero parece que estás bien con que Miyamura te mire tanto?

Vi volar una cucharada en dirección a Shindo, la cual cayó sobre su frente e hizo que se quejara.

—Si dices de nuevo algo como eso...

—Está bien, está bien —Shindo elevó sus manos en señal de rendición—. Iré a esperarlos en la sala de estar. ¡Apresúrense a terminar los pastelitos~!

Solté un profundo suspiro al ver cómo se alejaba de nosotros, sintiéndome entre aliviada y como si fuera una mala persona, al hacer que se fuera.

—No te preocupes —escuché decir a Miyamura—. Shindo no sabe mantenerse al margen, pero estará tranquilo por algunos minutos.

—Eso quiere decir... No se sintió mal, ¿cierto? —inquirí nerviosamente.

—Claro que no —respondió—. Incluso si intentas alejarte de él, es el tipo de persona que no lo nota. Además, tú no tienes ninguna mala intención.

Me mostró una sonrisa.

—Será mejor que continuemos antes de que regrese.

Asentí, de acuerdo en continuar con los pastelitos.

Miyamura tenía razón, Shindo no tardó mucho en regresar y comenzar a hablar con nosotros sobre la última cita que había tenido con su novia.

No entendía la razón, pero esa conversación tan aleatoria me hizo sentir poco a poco más cómoda a su alrededor.

Cuando los pastelitos estuvieron listos, los tres nos dirigimos a la sala de estar para probarlos.

—¡Ay, está caliente!

—Tienes que esperar a que se enfríe, idiota.

Sonreí un poco mientras les dirigía una corta mirada a mis acompañantes, cuando un recuerdo intervino en mi mente.

—Oye, Shindo, hay algo que me da curiosidad —dije, llamando la atención del mencionado—. ¿Cómo sabías mi nombre cuando nos encontramos en la tienda? Es decir, no recuerdo haberte visto antes.

—Miyamura me lo dijo —respondió tranquilamente.

—¿En-n serio?

—¡Shindo, ¿qué te dije sobre esto?! —se quejó Miyamura.

Una sonrisa creció en el rostro de Shindo y se inclinó hacia mí.

—¿Sabes? Miyamura se está divirtiendo mucho en tu preparatoria. ¡Cada vez conoce a más personas! —se inclinó un poco más hacia mí—. Suele hablarme de sus amigos, ¡así que también me habló mucho de ti!

—¿Es eso... así?

—¡Agh, qué te dije acerca de decir estas cosas!

—¡Pero ella me preguntó!

—¡Aún así,...!

Ya no le presté demasiada atención a lo que decían, quizá por el sentimiento en mi corazón. No estaba segura de lo que era, pero definitivamente me sentía feliz al ser considerada una amiga de la cual podía hablar con otros amigos.