Curando Tus Heridas (KK, KJ, KJ y Tú)

Capítulo 46

Dos meses después...

________ pov.

Ya podía caminar correctamente, me había costado demasiado pero ya podía hacerlo.Mis piernas volvían a responder como antes, eso me alegraba pero más lo hacía poder conocer y tener en brazos a mi hijo.

— Es hora — miró a mis abuelos y ellos asienten. — Oficialmente quedas libre de estas sesiones — le sonrió al chico que me ayudaba en la rehabilitación de mis piernas.— Gracias Armando — palmeo su brazo.

— No es nada _________, simplemente hice mi trabajo — sonríe. — Ya puedes volver con tu hijo —.

— Gracias — salgo de la habitación que pusieron a mi disposición para rehabilitarme.

— ¿Qué harás ahora? — miró a Alessandro. — No puedes ir y aparecer como nada — él tiene razón.

— Encontraré la manera de acercarme a él — él asiente.

— Yo tengo la manera de hacerlo — sonríe.

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Me encontraba afuera de dónde tenía clases privadas para aprender a hablar algunos idiomas además de matemáticas y computación.

De la nada veo un niño salir corriendo, decidí seguir al niño, lo encontré sentando en una banca mientras lloraba.

— No preguntaré porque lloras pero si qué haces aquí — no sabía cómo iniciar una conversación con el niño, no iba a decirle que lo vi salir corriendo de la escuela privada exclusiva para niños.

— Mi mamá — dice entre sollozos.

— ¿Qué pasa con tu mamá? — le tiendo un pañuelo.

— Ella me miente diciendo que mami está trabajando, pero yo sé que nos abandonó y que no volverá nunca — se limpia la nariz y me tiende de nuevo el pañuelo. — Gracias — lo agarro desde una esquina y con una mueca, no volvería a utilizar ese pañuelo.

— ¿Qué te hace creer que es así? — miró al niño, se parecía a alguien pero no supe a quién. — Puede ser que mami este muy ocupada o le haya sucedido algo que no le permita comunicarse — él niño me voltea a mirar.

— ¿Quieres decir que está muerta? — comienza a llorar de nuevo y no sabía cómo tranquilizarlo.

— No, no, lo que quiero decir es que debe haber una razón muy grande detrás del porque no se ha comunicado contigo y con tu mami — dejó de llorar pero todavía sorbia la nariz. — ¿Cómo te llamas niño? — me mira con los ojos algo rojos y se limpia las lágrimas.

— Kendall — me sorprendo al escuchar ese nombre.