CAPÍTULO VEINTE

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Gia




Tecleo un mensaje para mí hermano antes de subir al autobús que me deja siempre a dos cuadras de mi edificio. Hoy es su cumpleaños y aunque lo estuve llamando parte de la mañana, no me respondió

Supongo que está en el trabajo.

Mi turno de noche terminó hace media hora, está semana me toca este tipo de turno y no puedo darme el lujo de faltar aunque quiera. Louis se queda en el departamento con Chase en lo que yo llego. El tiempo que está mi hijo en la escuela es el que utilizo para dormir y recuperar una de las pocas horas de sueño que pierdo.

Cameron regresó a Kansas el domingo, me llamó esta mañana para informarme que la investigación estaba tomando un rumbo bueno y que si todo salía bien, le contaría sobre sus sospechas a su hermano, solo que esta vez sí tendría pruebas para que Chase no se atreva a dudar.

Cuando el señor Baker se presentó en mi departamento y me dijo que le ayudará a que su hijo abriera los ojos, nunca me dijo el nombre de la chica y por lo tanto cuando me tope a Chase en el avión y mencionó que su novia se llamaba Sarahi, jamas imagine que seria la misma de la que su padre hablaba.

No se mucho de ella, a excepción de lo que Cameron me ha contado y por todo lo que ha podido averiguar de su familia, se que probablemente son gente peligrosa y con la que no me gustaría tener ningún tipo de relación. No voy a poner la vida de mi hijo en riesgo por una empresa o por dinero así sea él quien tenga ese derecho.

Llego a casa y lo primero que hago es quitarme los zapatos para descansar mis pies que me duelen al caminar. En la cocina me preparo un café sonriendo ante la cafetera que Cam me compró. Antes de irse me volvió a dar un repaso completo de cómo se utilizaba y puedo decir que podría trabajar en una cafetería con tanto que me tocó aprender para preparar un simple café Americano.

El sábado luego de que Chase y Beck se fueran, Cam también había pensado en hacerlo, en volver a su hotel y quedarse allí para poder tomar un vuelo el domingo por la tarde, pero no fui capaz de dejarlo ir. No sé qué fue lo que pasó, pero quería tenerlo cerca, hablar con él y aunque probablemente esté mal, quería dormir a su lado como lo hice las últimas tres noches desde que llegó aquí.

Creo que uno de los errores que cometí fue acostarme con Chase apenas lo vi, estábamos en otro país y yo debería de haber estado concentrada en otras cosas, no en meterme dentro de sus pantalones como si fuera una niña de secundaria con calentura. Fui esa niña, pero se supone que ya no, se supone que madure o eso quiero creer.

Ahora solo se que me alegra que Chase esté formando parte de la vida de nuestro hijo, pero también me alegra que Cameron haga lo mismo y por una sola razón que tengo clara desde el domingo por la tarde, se que me encanta pensar en que Cameron Baker volverá y que cada que pienso en él una sensación que nunca creí sentir se abre paso por mi pecho hasta robarme el aliento.

Y no sé si eso está bien o está mal.

He ahí el dilema.

—Llegaste. —Louis entra en la cocina soltando un bostezo. —¿Qué tal la noche?

Me quedo callada un momento hasta que soy capaz de abrir la boca.

—Creo que me estoy enamorando de Cameron.

Se queda quieto mirándome fijamente durante un par de segundos.

—De acuerdo, tomaré esto de aquí…—me quita el café. —Y déjame decirte que no crees estar enamorada, lo estás.

Me deslizo hasta el suelo quedando recostada.

—No…—lloriqueo. —Esto no puede ser.

—Si, necesitas aceptarlo y no culparte por ello, no es nada malo. —me mueve con su pie. —¿Cuándo se lo dirás?

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