Ábralin [+18]

Ah quelle déception

POV FELIPE:
Quién iba a pensar que terminaría en la
comisaría después de mi primera fiesta.

Me llevaron a una habitación aburrida, y para agregar tenía a dos policías desde hace dos horas llenándome de preguntas sobre mi profesora.

-Felipe Amelong, ¿De dónde conocía a Elena Jackson?. -Preguntó un oficial mientras fumaba un porro.

Escuchar su nombre me angustiaba muchísimo.

-Era mi profesora de facultad. -Solté.

-¿Tenía algún problema con la Señorita?

¿Lo preguntaba en serio? Esa chica era amable y hermosa, nadie se llevaría mal con ella.

-No.

-¿Se llevaban bien?.

-Sí. Era una mujer muy simpática, de vez en cuando hablábamos fuera de la facultad. -El compañero del oficial empezó a anotar algo en su libreta que no pude ver.

-¿Usted sabe por qué está detenido, no?. -Dijo de repente.

Bueno, nunca me imaginé que se enterarían tan rápido. Con Elena teníamos muy buena relación, y me lastimaba haberla perdido.

Pero todo lo hice por él, y lo tenían que entender.

-Sí. -Contesté, bajando la mirada.

-Encontramos el corazón en su dormitorio, una vecina se quejó del olor y como no había nadie en la casa, tuvimos que entrar a la fuerza. Queremos saber cuándo ocurrió.

-Un día antes de que reporten su desaparición.

-¿Lo hizo en su casa, verdad?

-Sí.

-¿Por qué?

No sabía si contarles o no. Ya estaba perdido. Ella era todo lo que me hacía feliz, y lo desperdicié por algo que pensé que era mejor para mí.

-Me voy a meter en problemas, oficial. -Mierda, estaba temblando. No podía llorar, no ahora. Me merecía todo lo que estaba pasando.

-Felipe, necesitamos saber el porqué. ¿La atacaste por algo en especial?

-Porque era el amor de mi vida. -Las lágrimas salieron.

Los oficiales me miraron confundidos, y yo entre el llanto y los nervios, exploté.
-El Señor me obligó, hay que hacer todo lo que él diga.

-¿El Señor? -El policía seguía con el ceño fruncido.

-Sí. No sé cómo explicarles esto, pero pertenezco a una secta.

Los oficiales se pusieron serios. No dijeron nada, así que entendí que era para que prosiga a hablar.

-Se llama Wolvin, consiste en superar a todos y al jefe para ser el nuevo Señor. No sabemos la identidad del líder, pero él si las nuestras.

-¿El líder es su Señor?

-Exactamente.

-¿Y qué les hace hacer su jefe para reemplazarlo?

Suspiré.

-Nos da una lista con nombres a quienes matar. Esos nombres tienden a ser personas las cuales nos importan, ya que demostramos que nada es más importante que nuestra creencia, y que le somos fieles al Señor. Así también se demuestra quién merece el título, y por eso mate a Elena. Mi pobre Elena. -Me llevé las manos a la cara, no podía creer lo que había hecho.

Los oficiales se quedaron un momento en silencio procesando todo lo que había contado.

-Necesito que nos cuentes todo lo que puedas sobre esto, Felipe.