Pas le choix

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No había dormido en toda la noche por culpa de Sarah, que me obligó a estar en llamada hasta muy tarde. Ahora me encontraba en clases muriéndome de sueño.

-¡Buenas Buenas!. -Escuché la voz de Theo atrás mío. -Hoy es un hermoso día para ignorar que hace menos de 72 horas murió alguien en el pueblo.

El pobre chico no dejaba el tema atrás, estaba traumatizado.

-Hoy es un hermoso día para agradecer que no fuimos ninguno de nosotros tres. -Soltó Sarah. -Ya pasó Theo, tranquilízate.

Theo bufó.

-¿Cómo pueden estar tan tranquilas? No entiendo a la gente la verdad, hasta ya me enteré que quieren hacer otra fiesta. Es irrespetuoso.

En ese sentido entendía a Theo, no era muy común que asesinen a alguien en el pueblo. Que digo, fue algo inesperado, nunca había pasado.

-Nunca quise dar a entender que estaba tranquila. Es más, me invitaron a esa fiesta y no pienso ir. ¿Y si mejor nos juntamos en alguna casa y hacemos pijamada?. -Pregunté con entusiasmo.

-¡Ay si! Yo me apunto. -Dijo Sarah.

Theo nos miró a las dos como si no tuviéramos remedio.
-¿Qué palabra del "no salgan de sus casas" no entendieron?

-Es por nuestra salud mental, una noche con amigos nos va a calmar un poco. No va a pasar nada Theo, te lo prometo. -Le aseguré.

-Y si alguien intenta hacer algo, le daré una paliza y lo noquearé.

Theo miró a Sarah con el ceño fruncido por lo que acababa de decir.
-Eso no ayuda.

-Y yo ayudaré a mi amiga a esconder el cuerpo. -Dije con diversión.

-No sabía que era amigo de las asesinas del pueblo.

A Sarah se le borró la sonrisa de inmediato.
-Bueno, ¿Hoy a la noche en mi casa?.

-Lo pensar...

-¡Perfecto! Llevo pizza, Theo tu encárgate del postre. -Solté, interrumpiendo a mi amigo.

Puso los ojos en blanco mientras Sarita y yo teníamos una sonrisa de victoria.

No me había dado cuenta que Elena, la profesora, entró al salón.
-¡Buenos días! Hoy tengo para darles mucho trabajo, así que prepárense. -Dijo con entusiasmo.

Todos soltamos quejas mientras Elena parecía divertida.
-Para que no sea tan pesado, quiero que trabajen en grupo.

Ahora nos gustó más la idea hasta que...

-Pero los elegiré yo.

Y de nuevo las quejas.

Por suerte me había tocado con Felipe, otro de los pocos que me caen bien. Él es de esas personas que no te imaginas haciendo algo fuera de lugar, es tan amable y bueno que da gusto tener conversación. Aunque a veces es difícil, el chico es demasiado tímido, pero conmigo ya había agarrado confianza.

-Hola mi amor. -Me gustaba llamarlo así y ver como se ponía rojo de la vergüenza.

-Hola querida Hannah, que bueno que nos toque juntos en el trabajo.

-¿En serio te da gusto? Pensé que ya no me soportabas. -Dije con un tono divertido

-Hannah, eres de las pocas personas que quiere hablar conmigo y no me trata de raro, el que está sorprendido de que me soportes soy yo.-Me miró con sus ojos verdes y sus pestañas largas que lo hacían muy tierno.

-Cállate idiota, eres genial.

Me dedicó una sonrisa que hacían resaltar sus pecas.
-¿Cómo vas con tu escritura?

Ábralin [+18]Where stories live. Discover now