Réveillez-vous

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Me solté del agarre de Felipe y lo miré extrañada.
-Ey, la vamos a pasar bien, no estés tenso.

-Tienes razón. -Suspiró. -Es que es mi primera vez yendo a una fiesta tan grande, y me pongo a sobrepensar las cosas... Y más si no conozco ni a la mayoría de las personas que van a estar allí.

-Tranquilo, cualquier cosa que pase ya prometimos en llamarnos e irnos todos juntos.

Me dedicó una sonrisa tímida y nos dirigimos con los demás que nos estaban esperando.

-¡Dejen de secretearse y vayamos a divertirnos!. -Gritó Sarah.

Básicamente cruzamos la calle y ya habíamos llegado.

La música se escuchaba fuertísimo y había bastante gente, y eso que todavía no habíamos entrado.

-Vengan, por aquí podemos pasar sin que los guardias molesten. -Nos susurró Anna.

Nos llevó a una puerta trasera de su casa que no estaba a la vista, y gracias a ello nos liberamos de la cola que había en la entrada principal.

Apenas entramos vimos a mucha gente bebiendo y fumando, todos eran mas grandes que nosotros, tenían aproximadamente 23 años al igual que Marko.

Los chicos me dejaron sola en el jardín ya que fueron directamente a la barra a pedirse tragos, la fiesta era al aire libre.

Busqué al rubio con la vista, pero no lo encontré.
Había una piscina gigante, las personas estaban en ropa interior dentro de ella.

Seguí observando a ver si lo encontraba, hasta que lo vi fumando mientras se reía con sus amigos y hablaba con algunas chicas, entre ellas, Jessica.

Él ya me estaba mirando desde antes. Hicimos contacto visual y me dedicó una sonrisa ladeada.

Por culpa de las numerosas personas que estaban allí, lo perdí fácilmente.

Lo empecé a buscar de nuevo por un rato hasta que sentí dos manos grandes en mi cintura, y una voz ronca me susurró en el oído:
-¿Desesperada buscándome?.

Mi sonrisa creció. Me di vuelta para tenerlo frente mio y me sonrojé al ver como me analizó.

-Estás muy linda, Hann.

-Gracias... -Me detuve al notar que sus pupilas estaban dilatadas.

-Marko, ¿Qué consumiste?. -Le pregunté con un tono de preocupación.

-No importa. Ven y baila conmigo.

Me agarró de la mano para guiarme a una parte del jardín pero lo detuve.

Me miró confundido. -¿Qué pasa?. Ya estoy acostumbrado a esto, Hann, no es para tanto.

Bueno, en realidad él era bastante grande y sabía lo que estaba bien y mal. Aparte que yo no era nadie para decirle que hacer y que no.

Antes de poder contestarle, una voz chillona me interrumpió:

-¡Cariño!

¿Cariño? Que asco.

Traté de disimular la mueca que hice.

Jessica abrazó a Marko por la espalda y me dedicó una sonrisa muy falsa.

Ella también tenía los ojos rojizos, de verdad que se habían pasado.

-¿No vas a bailar? Te estaba esperando... -Empezó a masajearle el hombro.

No pude evitar poner mala cara.

Marko me observó con los ojos entrecerrados y se le formó una sonrisa incrédula.

Ábralin [+18]Where stories live. Discover now