—He terminado. —Dije, después de haber llenado las respuestas del examen como Chanyeol me había dicho.

—¿En serio?— Preguntó el maestro Do tomándolo y corrigiéndolo con sus propios ojos. Mordía mis labios con frustración.

— Oh, por lo que veo es una posible A. —Dijo el sorprendido, y con una sonrisa en el rostro—. Felicidades Sora. —Felicitó, dando una sonrisa—. Puedes irte ahora.

— ¿De verdad? —Pregunté sorprendida. Lo cuál el asintió mirando el examen con una sonrisa.

— Vamos. — Dijo Chanyeol caminando de frente. Tomé mis cosas y fui detrás de el.

—¿Qué te ocurre? —Pregunté con algo de sorpresa y enojo a la vez.

—Estoy aburrido. —Dijo el haciendo una mueca.

— ¿Aburrido? —Pregunté de repente, todo eso porque estaba aburrido. Él asintió levemente.

—Hagamos algo divertido. —Propuso.

— ¿Algo divertido? ¿Cómo que?

—Wow, entonces tu solo estudias y te la pasas detrás de las ideas de tu amigo, ¿No? ¿No te aburres? —Preguntó el, arqueando una ceja. No dije nada al respecto, por lo cuál el solamente se rió—, ¿Es en serio? —Preguntó el mirándome—. Vamos. Tenemos que hacer el contrato.

—¿Contrato? ¿Por qué un contrato? —Pregunté confundida.

— Tienes que estar a consciente de que vas a recibir de mi. Y que me ofrecerás a mi. —Dijo el usando los posesivos para tocarse el pecho aclarando sus palabras.

—Tengo otros exámenes. —Dije señalando detrás de mí—. Tengo que tomarlos.

— Solo vamos. —Dijo tomando mi brazo y sacándome de la universidad. No decía nada. Prácticamente era arrastrada por el mientras salíamos. El es insoportable y demasiado vanidoso.

— Y no es broma. —Respondió el con confianza. ¿Está leyendo mis pensamientos?— Si. —Dijo y abrió las puertas de un convertible negro—. Entra.

—¿De donde sacaste esto? —Pregunté, con curiosidad.

—Eso no te importa.—Dijo el mientras entraba al auto. Subí al asiento de copiloto, me coloqué el cinturón de seguridad y mire a Chanyeol con preocupación.

—¿Te gusto? —Preguntó el curioso dando una risa. El miraba al frente dando una mirada completa de seguridad a la calle.

—No. — Dije con seguridad.

—Es una pena, soy mas guapo que el chico que te gusta.—Alardeó de sí mismo, podía sentir cómo su ego era más grande que el mismo.

— Ya quisieras. —Dije dando una risa mientras miraba por la ventana. Chanyeol me miró por unos momentos y se quedó observándome. Otra vez sentía el sentimiento de ser observada en la ducha. Lo cuál me hizo sentir un poco incómoda.

—Baja. —Dijo el en un murmuro. Miré la localidad y era el departamento donde vivía. No dije ni una palabra mientras caminábamos al elevador, busqué mis llaves en mi bolso y apretaba estas en mis manos, intentando no sentirme nerviosa o ansiosa al respecto. Una vez estando solos en el ascensor, pude sentir su mirada en mi, lo cuál me hizo mirarlo.

—¿Te encuentras bien? —Preguntó, pero en ningún momento movió los labios.

— ¿Como tu...? —Pregunté, sorprendida. Mi dedo índice señalando sus labios. El en cambio no dijo nada, mientras una sonrisa era visible en su rostro, y caminaba hacia mi, cada paso más cerca, me llevaba más al rincón del elevador. Estaba tan cerca que podía oler su aroma.

—Eres demasiado ilusa... — Susurro con una voz ronca, mientras acariciaba mi pelo, y posteriormente mi rostro.

—Muévete. — Le pedí, nerviosa.

— Muéveme. — Sugirió el, dando una sonrisa de descaro.

Eso podrá ser fácil... Pensé, y cómo había aprendido en mis clases de defensa personal –las cuáles solo fui una vez–, traté de subir mi rodilla para pegarle en su intimidad. Pero eso no había servido de nada. Chanyeol sostuvo mi pierna, esta vez teniéndola cerca de las suyas. Aún mirándome a los ojos.

— Hazlo, Sora, muéveme. —Dijo retandome con los ojos.

¿Qué demonios era el?

—Sora, es momento de que entiendas que yo lo sé todo antes de que lo intentes. No soy el patético de tu amigo, y mucho menos un tipo cualquiera. —Dijo en un susurro, el cuál pude escuchar claro y fuerte—. Ni siquiera tengo buenas intenciones, por lo tanto lo mejor que haces es no hacerme enojar.

Podía sentir como mi corazón latía con fuerza, y mis piernas empezaban a fallar. Se me hacía un poco costoso respirar con tranquilidad. Chanyeol soltó mi pierna, lo cual me apoyé de la pared del elevador mientras este aún se quedaba frente a mí.

—No pienso hacerte daño.

—¿Por qué? —Me atreví a preguntar.

—Porque eres mía. —Respondió, aún manteniendo su sonrisa—. Yo suelo cuidar mis cosas, Sora.

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editado 2023

mirror ー p. chanyeolWhere stories live. Discover now