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— ¿A-ah? — Susurra confundido, mientras Taehyung jadeaba frustrado, sacando suavemente sus manos de las mejillas ajenas para así tirar su cuerpo hacia atrás y dejar de forma vaga su espalda contra el reposa espaldas de la banca. Jimin le miraba confundido. – ¿P-pasa algo malo conmigo?

Taehyung suspira, negando y ya sin saber qué hacer. — No eres tú el problema, Jimin. Soy yo. He intentado darle su jodido lugar, hacer lo que te dije que iba a hacer y — Gruñe bajo — por la mierda, es imposible.— dice sin más, mirando el cielo algo nublado al mismo tiempo que dejaba una de sus manos detrás de su nuca, cerrando sus ojos para dar suaves masajes ahí. — Mi lobo se lleva mejor contigo que con ella, eso ya te resume absolutamente todo. — Le mira, mientras Jimin le miraba ahora entendiendo mejor, con sus cejas algo elevadas antes de mirar hacia otro lado.

Taehyung mira al omega sintiendo como su lobo refunfuñaba queriendo acercarse, hundir su nariz en su cabello y poder sentir ese aroma tan exquisito, rodear su pequeña cintura con su brazo, abrazarlo y que se acurruque en su pecho, sentir esas delicadas y suaves manos acariciar sus mejillas como si se tratasen de un diamante único en el mundo.

Todos esos pensamientos lograron hacer que Kim quisiera sacarse ese jodido cerebro y patearlo unas veinte veces de la frustración. 

Esto debía parar. No podía ser que su maldito lobo lo controlase más de lo que el se controlaba a sí mismo.

Pasa sus manos por su rostro antes de voltearse al menor. 

— Jimin. — le llama, haciendo que el omega le mire con sus ojos brillosos, provocando que el alfa se acerque a él, acomodando un mechón de su cabello detrás de su oreja sin pensarlo siquiera.

El omega le miraba algo embobado por este acto y Taehyung no había que tener tantos ojos encima para notar que le estaba mirando igual. Ambos como si estuvieran en una extraña burbuja donde Jimin no tenía que ir a dejar esa flor otra vez al invernadero, una burbuja que no incluía la cita que había planeado Taehyung por agobio, una burbuja a la cual no le interesaba nada que esa chica viniese a vivir al palacio.

Esa burbuja jodida que siempre estaba ahí, esa burbuja que era la maldita debilidad de Taehyung. Es burbuja que tenía nombre y apellido; Park Jimin.

Jimin sube una de sus manos a la mejilla del mayor, viéndole cerrar sus ojos mientras recargaba ligeramente su cabeza contra el tacto del omega haciendo que Jimin sonría de forma suave. — Todo estará bien... — Susurra. — Sólo ... necesita tiempo, ¿si? Por favor no se presione...

El alfa abre sus ojos, sintiendo como parecía tener palabras atrofiadas en su garganta, como su corazón latía fuerte por quien no debía de latir y se sentía como un maldito pecado, tan prohibido. Su mano va hasta el mentón del menor y su pulgar acaricia con suavidad el labio inferior del omega, cayendo poco a poco ante el, bajando asi su mirada a estos mismos. Suelta una suave risa nasal, mirando sus labios tratando de conterse al notar lo abultados y ese tono fresa natural que tenian. — ¿Por qué no puedes comprenderlo?

Murmura con una voz baja y grave.

Se había ido a la mierda.

No pudo siquiera controlar el acercar su rostro al omega, con una de sus mano subiendo hasta su mejilla para así unir sus labios con lentitud. Sus belfos chocan contra una superficie blandita, abultada. Con solo sentirla gruñó bajo, casi que regañándose a sí mismo por sentirse en la gloria por los labios ajenos.

Siente como el omega no tarda en responder a sus labios, provocando que Kim muerda su labio inferior y ronronee de forma grave, de manera sutil. El alfa no tarda en rodear su cintura con uno de sus fuertes brazos haciendo que Jimin se acerque a él. El de ojos azules aprieta la ropa que el alfa traía y después, rodea su cuello con sus brazos.

El corderito del lobo - VminWhere stories live. Discover now