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— ¿Alguna vez has soñado que eres un hada? — Pregunta Kim, mientras enredaba uno de sus dedos en un rizo del más bajito, este se encontraba con un libro en sus piernas, con su cabeza reposada en los muslos del alfa a la par que leía lo del libro. —

— Creo que comienza a afectarte la falta de sueño. — Jimin ríe, levantando su cabeza un poco para verle, recibiendo una sonrisa del más alto. — Si tiene sueño solo dime, me iré a mi habitación

— No quiero que te vayas. — Dice sin más. —Mi cama es grande, podemos hacer una fiesta de pijamadas.

— ¿mh? ¿Hablas de dormir contigo? — Siente como Kim toma sus mejillas para apretarlas levemente. — ¡Sueltame! — Chilla rodando por la cama antes de hundir su cara en la almohada. —

— Hablas como una ardilla. — El menor saca su cabeza de la almohada viéndole indignado. — Y si, hablo de que duermas conmigo. Esta cama es enorme, anda.

Jimin entrecierra sus ojitos mirándo la gran cama que había entre ellos, asumía que era al menos de unas 3 plazas, caían un montón de personas ahí. Y sobretodo, las sábanas eran jodidamente agradables. Se parecían un poco a las suyas, pero eran de una mejor calidad.

— De acuerdo. — Dice antes de meterse entre las sábanas, dejando el libro a un costado. — Joder, están frías. — Chilla bajito.

— ¿mucho? — Consulta Kim mientras abría las sábanas de su lado y se acostaba ahí también, mirando con una sonrisita a Jimin. — Tienes a un alfa calentito al lado tuyo.

— Ñiñiñi, ni pienses que te voy a abrazar. — Refunfuña el omega con un pucherito.

— ¿Dije yo eso, ricitos? — se burla, apretandole su nariz de botón mientras ambos quedaban mirándose el uno al otro. —

— Fue lo que pensaste en decir aquello, bobo. — Murmura Jimin sintiendo como sus vellos se ponían de punta al estar con frío en las sábanas. — maldito alfa.

— ¿Qué culpa tengo yo de que no me quieras abrazar? — espeta con inocencia. Jimin gruñe bajo mientras se acercaba a el sintiendo como el calor poco a poco le envolvía. — joder, que lento eres. 

Jimin abre sus ojos de más cuando le siente envolver su cintura con sus brazos, apegandolo así a su cuerpo para dejar que el omega quede con su rostro casi pegado al suyo. El de ojos azules sintió como su corazón empezó a palpitar más fuerte, su respiración se aceleró de golpe.

— ¿mejor? — Pregunta el alfa, rozando su nariz con la frente del más pequeño, este asiente mientras mantenía sus manos contra el pecho del mayor. — eres igual de terco, eh

— Duermase. — dice sin más Jimin, bajando su cabeza hasta dejarla en el pecho del alfa. — Buenas noches. — Susurra, sintiéndose atontado por las feromonas que habían ahí.

— Buenas noches, ricitos.

[...]

Los chillidos de repente del primer piso le hicieron suspirar pesado abriendo sus ojos, tallandolos suavemente y viendo a un alfa dando suaves ronquidos con un semblante serio, viéndose tan malditamente intimidante con aquel ceño levemente fruncido. Jimin traga suavemente saliva, llevando sus manos a acariciar un poco con una de estas la mejilla del mayor, sintiendo como si un balde de agua le hubiera caído encima cuando esos ojos cafés se abren de golpe.

El calor subió a su rostro igual que si fuera espuma en una olla hirviendo, rápido. Su corazón dio un vuelco antes de que, cuando trató de escapar, el alfa sostuvo su cintura acercando sus cuerpos con una sonrisa ladina en su rostro.

— ¿Me estabas manoseando? — Jimin siente como eso hace que sus mejillas se pongan aún más rojas, lo que hace al mayor sonreír de lado y acercar más su rostro al del omega. — Responde. ¿Qué pasó con ese omega contestón, ah? — Lleva una de sus manos a tomar el mentón del omega para acariciarlo suavemente. — ¿Y?

El corderito del lobo - VminWhere stories live. Discover now