•18• Estabilidad Perturbada.

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Las dos se comienzan a desvestir hasta lucir sus lindos trajes de baño. Yo también llevo uno, pero no me molesto en mostrarlo.

-¿Qué pasa, no vienes?- Hanna me mira.

-Uh, no, no me apetece, prefiero irme a descansar.- digo sin muchos ánimos, poniéndome el pelo detrás de la oreja.

-Uhm, bueno, como quieras.

-No seas boba, chica. Acompáñanos.- Naomi me insiste.

-No tengo ganas, de verdad.- me niego nuevamente.

Ellas se rinden, y a penas se marchan camino a la piscina, me levanto yo también del mueble y me adentro a la casa, pasando desapercibida ya que las otras dos chicas atraen la atención de todos. Cuando cruzo el marco de la puerta con intenciones de tomar algo de comer en la cocina e irme a la habitación a ver al menos una película, me llevo la sorpresa de encontrar a Yumi, al parecer sirviéndose agua.

Ella me nota, pero obviamente no gesta ni me dice nada, sólo sigue en lo suyo.

Abro el frigorífico, y hay varias frutas. Los recipientes me dan a escoger entre manzanas, peras, uvas y también trozos de piña perfectamente picados. Me llevo dos manzanas verdes y par de ramitas de uva y las coloco en la encimera. Saqué un bol de la alacena alcanzando a duras penas y cogí el cuchillo que me pareció mejor de los que habían para empezar a cortar en pedazos las manzanas.

El traste tenía bastante filo, y no sé de que manera me descuido pero me corto en el dedo anular, lo que me obliga a soltar el cuchillo y gemir de dolor.

Yumi, que aún no se a ido por la simple razón de estarme observando atentamente - cosa que intentaba ignorar- suelta una risita, viéndome arrugar el rostro en un cesto de dolor. La trapo en el acto, y con cinismo finge que no ha estado a punto de carcajearse.

-¿Te causa mucha gracia?- alzo una ceja.

-¿Es que no tengo derecho a reírme?- se defiende, y eso me sorprende más de lo que creo.

-No si lo haces de mí.- espeté.

Ella torció el gesto como si no le importasen mis palabras, y yo no puedo sentir más molestia en ese momento. Quisiera que Jungkook se apareciese ahora mismo y fuese testigo de su 'Yumi no rencorosa'.

-Llevo todo el día pensando en el castigo que habrá sido para Jungkook el que le hayan obligado a casarse contigo.- suelta mirándome, insinuando más de una cosa con sus palabras.

-Así que es eso.- la analizo, y cruzo los brazos sobre mi pecho, aparentando no haberme dado cuenta de su problema conmigo desde un principio- Estás ardida porque me he casado con Jungkook de gratis y tú al parecer... estas enamorada, ¿no?- me río con burla.- ¿Es eso, niña?

-Vaya, me caes mucho más mal de lo que pensaba.- escupe, dejando el vaso del que ha estado tomando agua sobre el mármol de la encimera con evidente repulsión.

-Lo mismo digo.

-Es una pena que Jungkook tenga que someterse a esto, la verdad.- se está envalentonando conmigo, pero se nota lo nerviosa que está enfrentándome. Ni siquiera puede mirarme a los ojos más de dos segundos.

-¿Por qué hablas por Jungkook?- le pregunto, arisca.- ¿Acaso sabes lo que él piensa sobre mí? Tal vez no está sufriendo tanto conmigo como dices ¿Qué sabes tú de él o de nosotros?

La chica no hace más que mirarme con furia, no tiene como replicar contra mis palabras, y no puedo sentirme mejor con eso. Entonces me pasa por el costado chocándome el hombro, acción dolida que me aguanto porque ya le he herido bastante con mis palabras. Será mejor evitar un enfrentamiento físico y que la noche se nos amargue a todos.

Me dedico a cortar las frutas de nuevo cuando percibo una silueta a mi izquierda. Es Jungkook.

-¿Qué le ha pasado a Yumi? - me pregunta preocupado, como si estuviese seguro de que yo tenía la respuesta.

Fruncí el ceño, fingiendo no saber de lo que me habla con naturalidad.- ¿A Yumi? Ni idea. Pero yo me he cortado, mira.- le muestro mi dedo con sangre.

-Ouh. Tenías que tener cuidado.- me cogió la mano para mirar la herida.

-Lo sé.- encojo los hombros.

-¿No te duele?- me pregunta, y me tomo unos segundos admirando lo bien que le luce en cabello mojado en la frente, o mejor aún, su torso sin camisa atrayendo mi mirada con magnetismo.

Negué con la cabeza haciendo un sonidito de negación.

Pero Jungkook se lleva mi dedo a la boca de todas formas y limpia mi sangre con confianza.

-No era necesario.

-Espera, creo que tienes por aquí.- me limpia cerca de la boca con el pulgar y yo lo miro algo perdida.- ¿te llevaste el cuchillo a la boca o algo?

-¿Qué? ¿De qué...?-

Jungkook olvida los centímetros que separan su rostro del mío para besar casi encima de mis labios sin darme explicaciones, luego me sostiene el mentón. Entiendo sin dificultad la escusa que ha usado para besarme, y como no puedo negarme nunca, le doy mi mirada más permisiva. Pongo las manos en su cuello, y siento como crea más cercanía entre nuestros cuerpos. Ha bebido, su aliento es puro vodka, sin embargo no me desagrada para nada. Alzo la cabeza todo lo que puedo para alcanzarle, él también pone de su parte para que el beso fluya con más facilidad. Sus manos se posan en mi cintura, le noto intenciones de levantarme en peso, no se si es a su cintura o a la encimera, pero pongo de mi parte y termino sentada y con él entre mis piernas. Me dejo ir entre sus labios y su lengua, disfrutándolo como siempre. Pero de repente sus manos están en mis muslos, y por algún motivo la estabilidad de mi sistema nervioso se perturba. Jungkook nota lo alerta que me coloco con esa simple acción.

-¿Qué pasa?- susurra.

-Nada...- miento.

Él bajó la mirada hasta sus manos y las deslizó con soltura y lentitud por mis muslos. La piel se me erizó debido a eso, y entonces fue muy evidente. Me miró a los ojos, y no sé como pude sostenerle la mirada.

¿Por fin te percatas de lo que provocas en mí, idiota?

Una de sus manos tanteó un poco más por el interior de mi muslo, no deteniéndose incluso cuando dio con la tela de mis shorts de franela. La punta de sus dedos empujó por encima de la tela un par de veces justo en mi centro.

No pude evitar gemir bajito.

Ni siquiera es tan estimulante, pero imaginar esos dedos tocándome directamente es una imagen bastante excitante para mí en estos momentos.

Algo me dice que en parte está haciendo esto porque no está del todo cuerdo, de lo contrario no lo haría tan abiertamente.

Jungkook me vuelve a besar, pero esta vez pone más empeño en sus movimientos. Le correspondo, increíblemente excitada. Su boca se desplaza por mi mandíbula y se queda en mi cuello, me encanta, pero me dan ganas de quejarme cuando aparta la mano de mis shorts y la coloca en mi muslo.

Mientras disfruto de los besos y las succiones, consciente de que nunca habíamos pasado a esta parte, diviso a una tercera persona cerca de nosotros.

Yumi.

Qué oportuna eres, bonita

Y, encantada de que Yumi nos vea, esbozo una incontenible sonrisa impertinente, y tomo de las mejillas a Jungkook, uniendo mis labios con los suyos, siendo correspondida con más euforia de la esperada. Abro los ojos sin que él lo note, tan solo para ver a Yumi yéndose por donde vino con el orgullo, el autoestima, y el ánimo destruidos.

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Graciasxleer.🥰

Casada Con Jeon.Where stories live. Discover now