Capítulo 8.- Omega enfermo

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Después de su desagradable primera cita de cortejo, Jiang Cheng tuvo la oportunidad de volver a su departamento con Huaisang. Le contó todo sobre su plática con su madre, mencionó su nueva motivación para casarse y también acerca de su cita con el Lan.

A-Sang feliz de que su amigo se mostrara más positivo después de verlo entrar en shock en la residencia Lan, se dedicó a hacer planes con él y a decidir qué harían después de que se divorciara. Ambos terminaron coincidiendo en que irían a Londres y de una vez por todas Wanyin conocería al Dage de su amigo, el cual hasta el momento solo había visto en fotografías.

Jiang Cheng se sintió mucho mejor pasando sus vacaciones con Huaisang y disfrutando de los obsequios de cortejo que cada dos días llegaban a casa, les emocionaba abrir los paquetes y encontrarse desde cosas comunes hasta joyería costosa, pero lo que más les gustaba eran las deliciosas y suntuosas comidas que recibían.

Pues eran las que llegaban más a menudo y no por eso eran menos apreciadas. Ya que amablemente les mandaban comida y cena. Sin embargo después de una aparatosa indigestión que los hizo vomitar toda la noche Wanyin llegó a una asombrosa resolución.

—Creo que Wangji quiere matarme—dijo bebiendo su suero y sintiéndose todavía enfermo.

—¿De qué hablas A-Cheng?—cuestionó el Nie luciendo igualmente indispuesto.

—La comida —afirmó— creo que tiene veneno, nunca me había sentido tan mal en toda mi vida. Además no es la primera vez que me siento extraño, cuando mandó pollo frito me dio asco y la vez que llegó la sopa me desoriente horrible. No quiere casarse con un espécimen tan bello como yo y ahora quiere ponerme en peligro de extinción.

Huaisang no tenía fuerza para burlarse de su amigo, pero no pudo evitar responder.

—Si te hicieron sentir tan mal esas comidas ¿Por qué te las acabaste? Además, ¿No crees que estamos enfermos porque hicimos competencia para ver quien comía más alitas? A parte también nos comimos dos litros de helado, tal vez fue eso.

—No seas ingenuo Huaisang, ese idiota cree que puede matarme y por supuesto que no le daré ese gusto. Así que ya no comeremos nada de lo que envíe.

Jiang Cheng realmente estaba decidido, A-Sang trató de persuadirlo de que su indigestión había sido por su culpa, pero no logró nada, y la próxima vez que llegó un platillo delicioso Huaisang mirándolo con evidente apetito preguntó.

—¿En serio no lo comeremos? ¿Tenemos que tirarlo? A-Cheng tirar comida es malo.

El Nie al ver tan pensativo a Wanyin creyó que lo haría desistir de su idea, pero él simplemente declaró.

—Llévaselo al vecino de a lado, siempre nos acusa con el dueño del edificio por hacer ruido y es un pesado por las mañanas. Dejemos que le ponga música horrible San Pedro.

—Pero A-Cheng ¿Y si se muere? Me llevaran a cárcel— preguntó preocupado mientras miraba la comida que A-Cheng estaba dejando en sus manos para que se la regalara al vecino.

—No te preocupes, nadie sospecharía de ti. Por eso vas tú y no yo.

Huaisang no vio fallas en su lógica y desde ese día cada vez que llegaba comida, rápidamente iba dejársela al vecino. Sin embargo para la quinta ocasión A-Cheng vio un delicioso pay de queso y preguntó.

—¿Cómo has visto al vecino? ¿Ya se ve con un pie en la tumba?—dijo anhelando probar un trozo de ese rico postre.

A-Sang miró con el mismo apetito el pay y con algo de molestia respondió.

—No A-Cheng, incluso parece más feliz.

—Tal vez es más sano de lo que pensamos, mira llévale esto antes de que nos den más ganas de comerlo— dijo apartando la vista y colocando el postre en las manos del Nie. Sin embargo este rápidamente lo dejó sobre la mesa y se negó.

𝙱𝚘𝚞𝚗𝚍 𝚝𝚘 𝚢𝚘𝚞 💎Where stories live. Discover now